Zapatero a tus zapatos. Ahora que los italianos Alessandro Salem y Massimo Musolino ya controlan totalmente Mediaset, quieren recuperar el ADN típico de ‘telecinqüe’. Vuelven al ‘container’, a montar las barbacoas con vísceras de criaturas vivas, y escarban sin manías en las tumbas. Creen que recuperarán el éxito perdido.
En realidad T-5 hoy es noticia porque acaba de estrenar un concursito musical titulado ‘La mejor generación’. Tres grupos de cantantes, de generaciones distintas, ponen voz a unos temas que fueron célebres en su día. Roko, Pablo Carbonell, Sole Giménez, Marta Sánchez, Melody, Marta Sango, Izan Llunas... intentan con buena intención pintar de blanco la fachada de un imperio televisivo que de blanco nunca ha tenido nada en absoluto. A pesar de llevar el sello de la productora Gestmusic, y la dirección de Tinet Rubira, solo han conseguido en su debut un 8,7% de cuota de pantalla. Es un registro bajo. No les sirve. Quizá por eso lo han montado en plan baratito, con música enlatada. A los músicos instrumentistas que les zurzan. Prefieren un karaoke.
Porque la gran esperanza de Telecinco para este 2024 no es la canción, es volver a su basurilla. Ahora mismo, en los programas ‘De viernes’ (le han cambiado de nombre al ‘Deluxe’), ‘Vamos a ver’, ‘Así es la vida’ y ‘TardeAR’, tienen preparado material para escarbar a gusto. El contrato que le hicieron a Ángel Jr. para que pusiera a parir a su madre Bárbara Rey, es un negocio que sigue. Ahora llenan programas contando que a Ángel le dio un ictus, que intentó suicidarse con pastillas, y que su madre pasa olímpicamente del asunto.
Sobre la Pantoja hurgan y convocan a su hija Isabelita para que cuente que ni por Navidades se han visto. «Menos cantar ‘nanas’ en sus recitales y más ver a sus nietos!», le gritan los cotillas televisivos. Y ahora han vuelto a contratar a Julián Contreras para que cuente su versión de cómo se evadía su hermanastro Fran Rivera de las palizas que le pegaba a su madre, Carmina Ordóñez, su marido. Y otra vez removiendo la tumba de Carmina y sacando aquellas fotos, con las huellas visibles de los golpes, que ya utilizaba para hacer negocio –no para hacer justicia– hace 25 años toda Tele 5.
Esta es la canalla zona de confort de este imperio con la que intenta recuperar la audiencia perdida. Lo tremendo es que no descarto que lo consigan.
