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Música

La verdad sobre el Festival de Música

El gran filósofo español Xavier Zubiri, en su tesis doctoral se refirió acerca de la verdad matemática. Pues bien, para él la verdad de los números es el centro de gravitación.

Para nuestro Gobierno de Canarias, sin embargo, la verdad parece que es una cuestión no central en materia cultural por la que gravita de forma excéntrica.

La artimaña mediática continua en las redes sociales y prensa de los nuevos mediadores culturales?; la tardanza en dar respuestas a preguntas (con datos incompletos) en el Parlamento a preguntas de parlamentarios?; las entrevistas o declaraciones confusas de la consejera Mariate Lorenzo con cálculos matemáticos que fallan casualmente a su favor y parecen un ejercicio de cinismo político y burdo uso de verdades a medias me llevan a escribir sobre algunos números de nuestro Festival

Si es verdad que usted, con su política cultural y desconocimiento de lo que es un Festival Internacional de Música, ha permitido el escándalo de que sólo se vendan 680 abonos (casi la mitad, ¡permítame la aproximación matemática!), pese a rebajarlos hasta el 60 % sobre el precio anterior y seguir su venta sin éxito fuera del calendario establecido; si sólo 73 (siguen siendo datos oficiales) han sido los que se han apuntado a su nueva programación; y si ni siquiera la reducción del número de conciertos, unido a la bajada de precio, han sido estímulo suficiente para acompañar esa nueva programación. ¿No será que la nueva programación no mola?

Hay ratios aproximados entre ventas de abonos/entradas que nos permiten decir sin temor a equivocarnos que los iluminados dirigentes de este Festival y los políticos que los amparan (empezando por el presidente del Gobierno) no creen tampoco en las matemáticas. Si Canarias Cultura en Red ha recaudado para el Festival 88.533 euros y la aportación del ejecutivo es de 1.300.000 euros, tendrían que salir más de 500.000 euros de ventas de entradas para cubrir presupuesto. Luego ya conviene plantearse que habrá que tapar otro gran agujero, como el que ha tenido que tapar el Ejecutivo canario inyectando en los nuevos presupuestos de Canarias Cultura en Red una importantísima cifra.

La tradición del despilfarro poco útil de los Septenios? (¡ llenos de caros amigos!), y las bancarrotas continuas de Canarias Cultura en Red S.A. no ejemplifican precisamente una buena gestión de la cultura canaria. Como se sabe, el Gobierno canario gestiona su política cultural a través de esa sociedad mercantil en el punto de mira de Hacienda, la Audiencia de Cuentas y de cualquiera que tenga sentido común. Piénsese que en 2012 alcanzaba un déficit de casi dos millones de euros. Y para 2016 la entidad vuelve a arrojar un nuevo saldo negativo de 871.000 euros, que es la cifra que figura en el anexo de transferencias corrientes con las que el Gobierno canario inyecta una nueva (de las periódicas y continuas) trasfusiones de sangre. ¡Estamos en hemorragia continua! Además esta se agravará en 2017 con los resultados económicos del nuevo Festival.

Va sólo un ejemplo de mala previsión, desconocimiento y despilfarro: los nuevos gestores programaron inicialmente algo que era inviable y que en otro artículo lo dijimos: la participación de los dos coros de las orquestas sinfónicas canarias. Ahora, los presupuestos para los ensayos de las dos orquestas canarias y dos coros que finalmente ha habido que contratar (incluyendo los ensayos de los Gurre-Lieder de Shoenberg), el coro de la Opera de Tenerife y el Coro Filarmónico Eslovaco suponen entre transporte y dietas: 69.980 euros. ¡Suma y sigue!

Malos músicos (en la gestión y programación), instrumentos muy desafinados (la instrumental Canarias Cultura en Red S.A.) y muy mala dirección orquestal (Gobierno de Canarias): por eso nos suena tan mal -y lo decimos con pena- este XXXIII Festival.

El presidente Clavijo y la consejera Lorenzo se habían comprometido en la reunión que mantuvieron en agosto con el anterior consejo asesor del Festival a una serie de acciones que recogía la prensa:

A) La consejera anunció que "se abre de inmediato el proceso de elaboración de las bases para la contratación de un nuevo director" que sustituya a Nino Díaz al frente del prestigioso evento musical. Según sus cálculos, "el proceso estará completo antes de Navidad".

No se ha cumplido este punto y ni siquiera se tiene constancia de cuándo pueden convocarse las bases del concurso, si es que se va a hacer. Lo que sí ha hecho Nino Díaz es contratar a tres personas a dedo, algunas con un sueldo cercano a tres mil euros al mes y comprometer la programación del siguiente Festival de 2018.

B) También se dijo: "Será este nuevo director el encargado de definir y diseñar el modelo definitivo, llegará en 2018".

Nino Díaz -ya lo hemos dicho- está haciendo contrataciones para el año 2018, incumpliendo lo dicho en la reunión.

C) "En la elaboración de estas bases tendrá mucho que decir el actual consejo asesor, que se mantendrá estable en su mayoría aunque podría haber alguna incorporación", según indicó la Consejera a la prensa.

Otra mentira, ya que ni es estable ni se le ha vuelto a convocar para elaborar las bases. Acaba de ser sustituido sin haber sido convocado por un nuevo consejo nombrado el día 13 a primera hora de la tarde.

Se ha hecho justo lo contrario que se decía. Otra vez la dichosa mentira disfrazada de verdad.

Y además se ha nombrado un consejo asesor del Festival donde se mezclan personas buenas conocedoras de lo que es el Festival con oportunistas e indocumentados. Hay mucha nómina de amistades en la lista. Para no dar nombres que hieran sensibilidades se ha acudido a presidentes de curiosas asociaciones y presidentas de entidades en las que se representan a sí mismas y sus propios intereses mercantiles. Se ha puesto en el brete a empleados del propio ente organizador del Festival. Algún contratista del propio Festival que factura por su trabajo incurre por lo menos en una situación irregular, pero ha quedado integrado en el nuevo comité recién nombrado. De la veintena larga de integrantes del nuevo consejo asesor del Festival Internacional de Música de Canarias, casi la mitad son políticos, habiéndose incorporado a los consejeros (políticos) de cultura de los siete cabildos. ¿No hubiese sido más lógico suprimir a los miembros políticos en un órgano que pretende velar y asesorar la calidad y prestigio del Festival?

D) Lorenzo dejó claro que "se tratará de sumar" y no de sustituir los contenidos ya consolidados a lo largo de 32 exitosas ediciones del festival. También se dijo textualmente: "Hay que esperar a ver el cambio de modelo y la respuesta del público".

Pero se ha restado la mitad del público del Festival porque se han sustituido los contenidos consolidados. Los abonados -la base del Festival- han huido en masa.

En la reunión con el presidente Clavijo, el Gobierno de Canarias planteó que había que esperar a ver el resultado del público. Ya lo sabemos. Aproximadamente el 50 % de los abonados del pasado año no han renovado su abono. Y eso que muchos lo han hecho -dicen- para no perder su butaca de siempre y porque se han rebajado muchísimo los precios. Los nuevos abonados no superan las setenta y tres personas a pesar de las mil firmas recogidas a favor del nuevo modelo y el anuncio lleno de triunfalismo de la consejera en la Comisión de Cultura del Parlamento de Canarias sobre el éxito de 35 pre-reservas de abonos realizadas. ¿Dónde están esas personas que iban a ser el nuevo maná y que, según dijo el propio Nino y su mejor vocero digital, es donde estaba el futuro y no en los abonados tradicionales?

No hace falta tener una bola de cristal para pensar que el modelo del Festival de Nino y la consejera Lorenzo ha fracasado, pero por favor no se tiren al pozo también en 2018 con esas nuevas programaciones pues ya se ve a donde nos lleva la de 2017, de seguro con el refrendo del nuevo comité (bolivariano) asesor recién nombrado. La única duda que nos queda ahora es conocer el tamaño del agujero económico que van a crear a las arcas públicas en forma de déficit. ¡Queremos conocer la verdad matemática!

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