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punto de vista

Asunción, si quieres, puedes

Después de una larga caminata, en un lugar perdido de nuestra geografía, me espera Asunción. Su sonrisa exuberante muestra rápidamente una de sus emociones dominantes ante la vida: su alegría. Me siento en un banco muy envejecido, me seco el sudor, respiro y contemplo el impresionante paisaje que se dibuja en el horizonte. Y por supuesto, empezamos a hablar, sin prisa. Como Asunción, si quieres, tú también puedes ser una "persona medicina" que tiene sentido del humor, chistosa, que siempre tiene algo bueno que decirte y cuando se va te deja contento.

El buen humor de Asunción. La "persona medicina", como Asunción, ve la felicidad en las cosas más normales y disfruta de todo. Asunción, de 84 años, dice que está fantástica, que se cuida, que es muy generosa y divertida; expresa que no podría vivir sin el "sentido del humor". Parafraseando a Winston Churchill (1874-1965), "la imaginación consuela a los hombres de lo que no pueden ser; el humor los consuela de lo que son". En fin, el buen humor que exhibe Asunción tiene efectos beneficiosos sobre su fisiología a través de la secreción de endorfinas, mejorando la oxigenación de la sangre, la circulación y la resistencia del sistema inmune. Sus chistes cambian el ambiente de una reunión social anodina y hasta puede romper una situación fría y tediosa. El humor de este tipo de personas hace mucho más divertida la rutina diaria e incrementa la satisfacción personal; asegura su autoestima y su optimismo, al tiempo que reduce los miedos o la posible angustia de la propia existencia. Por lo tanto, para mejorar el estado de ánimo, es decir, el sentido del humor, es esencial "pensar en positivo". Todo me va a salir bien. La clave para Asunción es reemplazar los pensamientos negativos por afirmaciones positivas: "soy fuerte", "soy capaz", "estoy contenta", "voy a conseguirlo", "puedo superarlo", "me encuentro feliz"€ Su lema es "hoy no sabía qué ponerme y me puse contenta". Asunción es una mujer comprometida con esta actitud desde que era niña. En su mente hay un eslogan constante, "¡todo me va a salir bien!". Evita las comparaciones y trata de relajarse y hablar sin miedo de los sentimientos. Además cuida su imagen y sale frecuentemente de su casa. Valora los logros de cada día, especialmente, estar viva. Igualmente, saborea las mieles de la vida. La felicidad es un sentimiento parecido al sentir que "estás aquí y ahora". Cada mañana cuando se levanta recuerda y repite la siguiente frase: "hoy es el primer día del resto de mi vida"; "cada momento es único, irrepetible". Para ella, vivir felizmente es verse libre de preocupaciones. La afectividad positiva de Asunción aumenta los niveles de acetilcolina, modera la variabilidad de la frecuencia cardiaca y mejora el control de la presión arterial; reduce la norepinefrina, la frecuencia cardiaca basal y la hiperreactividad cardiovascular frente al estrés; todo ello la hace menos propensa a las enfermedades cardiovasculares (ECV). Un manantial de alegría. Asunción es un manantial de emociones positivas (optimismo, alegría, bienestar, entusiasmo, satisfacción) que refuerzan su sistema inmune y neutralizan numerosas enfermedades incompatibles con la salud y la longevidad. Mucha paciencia, confianza, aceptación y amor son sus escudos protectores para frenar el desgaste mental. En suma, Asunción potencia las emociones agradables y gestiona las emociones desagradables. Y, además, sigue con la máxima vitalidad, pensando en la cantidad de cosas que le quedan por aprender, por vivir y por disfrutar. Su ingrediente vital es entusiasmarse por todo, por cualquier detalle, por cualquier pequeña ilusión. Asunción posee esa interesante habilidad de entusiasmarse. Es decir, de producir una intensa energía psíquica; de estimulación mental y emocional, lo que acentúa su propia vitalidad. Para ella, entusiasmarse, igual que para cualquier otra persona, significa afrontar la adversidad, la pena y el dolor con una sonrisa. Sin duda, el fracaso no es más que un incidente en la vida. Siempre que sufre un revés se supera a sí misma y sale fortalecida. Por eso, es muy importante descubrir el medicamente de nuestra fuerza interior. ¡Descúbrelo! Y, sin duda, ese medicamento tan potente tiene que ver con esa energía positiva que emana de su potente actitud positiva ante la vida. Un espíritu imperturbable. Asunción nos resume en su vida el secreto de una vida plena. Un espíritu alegre e imperturbable, que disfruta de cada momento sin reparar si ayer fue mejor que hoy. Asunción resalta su sonrisa, evita la ambición y la disconformidad. Para ella, ahí radica el elixir de la juventud: en su alegría constante. Ella aprovecha cada minuto de su existencia para manifestar más alegría y reírse. Por eso, es conveniente para nuestra salud mental no olvidar y, especialmente practicar el siguiente principio: ¡reírnos aunque sea de nosotros mismos! Asunción sabe reírse de sí misma. ¡Además, le echa mucho morro a la vida! Le divierte la vida, le encanta pasear, ir al cine, al teatro, contemplar el paisaje, sentir la lluvia en la hojarasca, disfrutar del silencio y decir ¡gracias! Y, especialmente, le gusta escribir; una actividad solitaria para la que necesita silencio y quietud y una pluma que le conecta con su pensamiento e imaginación. Como Ana María Matute (Premio Cervantes, 2010), autora de libros como, "Los hijos muertos", "La puerta de la luna", "Olvidado rey Gudú", tal vez se habría convertido en una carpintera feliz si la literatura no la hubiera embrujado. "Escribir", dice, "me ha ayudado mucho en momentos muy bajos de ánimo y de salud". En la vejez seguir escribiendo es muy importante, "creo que no me muero porque aún escribo". También Asunción consigue un tiempo mágico y curativo porque se nutre de los latidos que impulsan su mano. Escribir, dice Asunción, le permite soñar y dejar libre su imaginación. "No importa quién lo lea; la escritura es mi testigo mudo del tiempo", apostilla Asunción. Como dijo Voltaire, "la escritura es la pintura de la voz". La escritura la complementa con la lectura y con otras muchas actividades. Asunción puede decir, como Quevedo en la Torre de Juan Abad, aquel memorable "retirado en la paz de estos desiertos, con pocos pero doctos libros juntos en músicos callados contrapuntos al sueño de la vida hablan despiertos". Una mente saludable. Dice Asunción: "el tiempo se hace largo a veces, pero si no te quieren los demás, más vale quererte un poco más a ti mismo". El verdadero secreto de su vida está en aprender en positivo, porque es la semilla del bienestar y de la longevidad. Los pensamientos negativos, dice Asunción, le producen frustración, desdicha e incluso enfermedad. Por eso, le encanta pasear por los bosques, esas zonas de paisaje vegetal en las que se encuentra como protagonista dentro de un cuadro de dicha, armonía y felicidad. Le encanta contemplar el interior de un hayedo, donde la luz llega muy tamizada al suelo, también le gustan los castañedos y las carbayedas. Escribe Asunción que contemplar el bosque de abedul desde su casa del pueblo, especialmente en el otoño, con ese color dorado, es su mayor felicidad. "¡Me siento cerca de Dios!", manifiesta. Tal vez en esos bosques guarda el secreto de su vida y también de su felicidad, porque el bosque es vida y también nos muestra su fin en la hojarasca y el árbol desnudo del otoño y del invierno. Su optimismo ha sabido educar su mirada para descubrir todo lo positivo que se asoma a su alrededor. Precisamente para evitar las turbulencias de la vida y los negros horizontes tenemos que practicar el sentido del humor: gran disolvente universal de todas las preocupaciones. Tal vez, por ello, las personas que lo conocen, lo practican y lo aman tienen menos enfermedades, viven más y, especialmente, son más felices. La vejez para Asunción no es el epílogo de la vida, sino más bien el prólogo de un nuevo renacer de cada día, tal vez llena de altibajos y de fragilidad, pero también preñada de felicidad. Además, una de sus claves favoritas es el amor. El amor a los seres humanos, el amor a los animales, a la naturaleza, a la vida€ Para Asunción el amor ha sido la pasión de su vida. Como dice la escritora Margarita Rebelo en su obra "Alma de pájaro", el "amor vence a la muerte". También ese buen humor es una de las claves de la longevidad, ya que el valor aumentado de inmunoglobulinas (inmunoglobulina A), asociado al buen humor, supone una línea defensiva contra agresiones extrañas reduciendo el nivel de hormonas del estrés, evitando daños psicológicos y físicos. El amor, el buen humor y la paciencia son esenciales para lograr la longevidad. Sentirse feliz como Asunción es la mayor riqueza de la que podemos disponer, el mejor activo para nuestra salud, la clave de nuestra autoestima personal. Y vivir feliz como lo hace ella es el mejor complejo vitamínico, son los auténticos antioxidantes que impiden la destrucción y muerte celular. Sin duda, percibirse feliz como Asunción es una suerte de dicha personal que nos acerca a la armonía del universo. Igualmente, el humor libera endorfinas, relaja los músculos y oxigena el organismo; compartir el sentido del humor es la forma más eficaz de vivir con más armonía. Lo que he vivido yo con Asunción es lo que quiero trasladar a los lectores. ¡Si quieres, puedes!

José Antonio Flórez Lozano. Catedrático de Ciencias de la Conducta

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