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Reflexión

Resistencia de materiales

La realidad obstinada de lo que está ocurriendo en España muestra que la resistencia para soportar los embates, cada vez más audaces, de quienes buscan ablandar los pilares constitucionales del régimen del 78 (cuarenta años de estabilidad y progreso) es menor, en la medida en que éstas son más frecuentes y tienen mayor intensidad.

En la última semana de este tiempo de adviento, se han producido hechos que avalan el mensaje que envié a un amigo: "Hay una quiebra de la autoridad y cada vez son más los que, cada día, están midiendo y desafiando la resistencia de materiales". La respuesta no se hizo esperar: "Exactamente: la cada vez más escasa resistencia de materiales".

En esta ocasión, me refería a dos hechos significativos que sirven para ilustrar el temor: la sesión de constitución de las Cámaras y la visita de los secretarios generales de los dos sindicatos más representativos a la cárcel donde cumple condena el líder del partido que negocia las condiciones de su abstención en la investidura pendiente.

Los elegidos por el pueblo español se han sacudido, en el Congreso y en el Senado, el 'juro' o 'prometo' previsto en el reglamento para proferir, en su lugar, proclamas varias. En lugar de acatar la Constitución, algunos diputados aceptaron el cargo con fórmulas que nada tienen que ver con respetar la Ley que los ampara ("por las trece rosas", "hasta la constitución de la república catalana", "por la libertad de los presos políticos y el retorno de los exiliados", "hasta lograr una Navarra soberana y una Euskal Herria libre", "en lealtad primera y última a nuestro pueblo", "por fidelidad al pueblo de Cata- luña"...).

Pese a las protestas de los partidos contrarios a estos descarríos, las recién elegidas presidentas de ambas Cámaras dieron por acatada la Constitución a quienes implícitamente manifestaron que piensan hacer todo lo contrario. Y defendieron su legalidad con el siguiente argumento: "no suponen una contravención a la Constitución, al reglamento de la Cámara y a las sentencias del Tribunal Constitucional que permiten flexibilidad en los acatamientos". Visto lo cual, las palabras según quien las maneje carecen de cualquier significado concreto.

La consecuencia inmediata de este accidentado arranque de legislatura es que tres partidos (C's, PP y Vox) han anunciado sendos recursos ante el Tribunal Constitucional y han amenazado con posibles acciones judiciales por "prevaricación administrativa".

No es difícil imaginar que, sin ordenar el tráfico, el florilegio de las fórmulas de acatamiento irá in crescendo, de forma directamente proporcional a la ausencia de normas claras para un trámite ineludible. Y en esto también consiste la resistencia de materiales, cuando se trata de evitar deformaciones permanentes.

Todo ello sin entrar en la singularidad que supone, dejando a un lado extravagantes cordones sanitarios, que la izquierda radical tenga 3 puestos en la mesa del Congreso, con la mitad exacta de diputados que la derecha radical con uno.

La visita de los dirigentes sindicales a Lledoners (donde están presos los lideres del procés), es de naturaleza distinta ya que tiene que ver más con la ausencia de juicio que con el déficit de autoridad. No es cometido de los sindicatos ir a una cárcel a suplicar a un líder secesionista su apoyo a la formación de un gobierno, sea del tipo que sea.

Con anterioridad a estas visitas, un líder populista ya había inaugurado esta práctica novedosa y reveladora de los nuevos tiempos, en aquella ocasión para tratar de arrancar del mismo capitoste indepe su apoyo a los Presupuestos. No lo consiguió, pero se intentó.

En esta ocasión, los representantes de los trabajadores se han saltado las funciones propias en democracia, donde los sindicatos están para pelear por los derechos laborales de los trabajadores, no para secundar las conveniencias del poder.

No cabe olvidar que, a diferencia de otros países -como Alemania- en que se financian con las aportaciones de sus afiliados, en España con tasas de afiliación bajas, reciben subvenciones con cargo a los Presupuestos.

Aguantar sin romperse. Esto tiene que ver con la progresiva erosión de las instituciones. Lo que sucedió en el parlamento catalán, en septiembre de 2017, cuando los partidos secesionistas derogaron el Estatuto de Autonomía y aprobaron las leyes de desconexión. Lo que dio lugar al juicio que condenó a sus protagonistas por el delito de sedición. No alcanzó la justicia a los prófugos, por estar fuera de España, que siguen pendientes de con-dena.

Aunque no haya habido fractura, Según el colectivo Treva i Pau, "se ha acrecentado un sentimiento de superioridad moral, al que se ha añadido un beneplácito hacia la violencia. Lo peligroso es que el sectarismo resultante va horadando la sensibilidad y la capacidad de autocrítica".

La vulneración del marco legal democrático, con pretensiones de impunidad por parte de sus actores y las deformaciones sin arreglo ablandan los pilares del Estado. Así, el nombramiento de los jueces por los partidos políticos; los aforamientos; la falta de regulación -en cuarenta años- del derecho de huelga; el mantenimiento de una ley electoral, sin corrección de la proporcionalidad (PNV 370.000 votos, 5 escaños. Cs 1.600.000 votos, 10 escaños),

En ambos casos se echa en falta algo tan elemental como la consideración institucional. Claro que son estos tiempos en que hay una aceptación extendida de ignorar la importancia de las formas, al ser estas preocupaciones de menor cuantía.

Nada más oportuno que releer el prefacio de La Alemania de Weimar. Presagio y tragedia, de Eric D. Waze: "Weimar constituye un excelente ejemplo de la fragilidad de la democracia, se trata de una señal de alarma para el momento actual, que nos alerta de lo que puede suceder si las instituciones y las personas que conforman una democracia se ven sometidas a un ataque feroz implacable, si la política se convierte en una guerra por el dominio total de una facción, si determinados grupos son condenados y marginalizados a gritos, si los conservadores tradicionales negocian con la derecha racista y radical, concediéndole una legitimidad que nunca podría alcanzar por sí misma".

En estos cien años, deberíamos haber aprendido que las referencias a la derecha radical son también aplicables a la izquierda radical y las ocurrencias que a algunos les vienen a la cabeza contribuyen a debilitar la resistencia de materiales en una democracia joven con prematuros signos de cansancio.

(En ingeniería, la resistencia de materiales se refiere a aguantar esfuerzos y fuerzas aplicadas sin romperse, adquirir deformaciones permanentes o deteriorarse de algún modo)

Luis Sánchez-Merlo. Abogado y economista

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