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«Serious games»: nuevas posibilidades dentro del aula

DUno de los principales retos de la educación es adaptarse a una sociedad que está en constante cambio, para así mejorar la calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje. Hoy en día, es evidente el protagonismo que han adquirido las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) para nuestra vida cotidiana.

«Serious games»: nuevas posibilidades dentro del aula

Entre dichas TIC los videojuegos ocupan un papel relevante y su introducción en la educación ha planteado una serie de posibilidades innovadoras, ya que tienen ciertas características específicas que los posicionan como una buena herramienta dentro del aula. Entre ellas destaca que están basados en una historia, que puede estar muy vinculada con los contenidos que se quieren transmitir y que normalmente siguen una estructura gamificada, es decir, con un sistema de puntos y objetivos a conseguir, lo que supone una mejora en la motivación. También nos permiten una mayor accesibilidad, por ejemplo, usando los homólogos virtuales para contenidos deportivos que requieren muchos recursos de forma física como es el automovilismo y el simracing, o bien realizar prácticas de Biología y Geología en un laboratorio con muestras virtuales. Cada vez son más los docentes que desean utilizar las TIC, y en especial los videojuegos, por el potencial que tienen.

Pero ¿Existen videojuegos específicos para el ámbito educativo? La respuesta es sí, y se denominan “Serious Games” o “Juegos Serios”. Dichos videojuegos se caracterizan porque su objetivo principal no es el ocio, sino el aprendizaje, la transmisión de valores, el fomento de actitudes positivas, la capacitación de habilidades etc. Las investigaciones confirman el efecto positivo de dichos videojuegos en el aprendizaje, debido a su capacidad motivadora e interactiva, que hace que aumente el interés del alumnado por aprender.

Los Serious Games permiten desarrollar tanto las habilidades duras como las blandas. Es decir, a través de un juego serio determinado, podemos enseñar conocimientos de matemáticas, literatura, historia, inglés… pero a su vez también podemos enseñar capacidades como el liderazgo, toma de decisiones, trabajo en equipo, habilidades sociales, empatía… Además, permiten que el alumnado consiga una retroalimentación inmediata, argumentada y personalizada. Así los alumnos pueden ver dónde se han equivocado, aprender de los errores y conocer su progreso.

Pero, para que se dé un aprendizaje completo, no es solo necesario aprender de los errores, sino que también es necesario poder extrapolar y aplicar el conocimiento a la vida real. Gracias a la capacidad de simulación que ofrecen los Serious Games esto es posible. Actualmente la oferta de Juegos Serios es enorme. Un ejemplo para aprender matemáticas de forma divertida es “Dragon Box Elements” cuyo objetivo es salvar la isla de Euclides, derrotando a un Dragón. Para ello, deberán resolver problemas de álgebra básica.

Otro ejemplo es “Stop Disasters” un juego de simulación de desastres naturales, que está basado en enseñar a los menores a minimizar el impacto de los terremotos, huracanes, erupciones volcánicas… en la población y crear un mundo más seguro a través de la prevención, creando dispositivos de alerta, protocolos de actuación o diseño de estructuras más resistentes.

La utilización de los Serious Games en el aula también supone una programación y participación del profesorado, es decir, a la hora de la práctica no se trata sólo de mandar al alumnado a jugar a un videojuego, sino que hay que acompañarles en el proceso, indicándoles cuáles son las partes que hay que trabajar en cada momento, ser activadores para que descubran soluciones ante los problemas que plantea el juego y ayudarles cuando lo necesiten aportando un feedback formativo.

En conclusión, el uso de los Juegos Serios es una realidad que está adquiriendo cada vez más protagonismo en la educación. Sea para trabajar con un aula de Primaria, Secundaria, Formación Profesional e incluso la Universidad, dichos videojuegos han mostrado beneficios que los convierten en un aliado de la educación tradicional y como una línea más de avance en el proceso de digitalización, ya que permiten aprender a través de la diversión, generando un conocimiento práctico, extrapolable a la vida real y duradero.

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