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El lápiz de la luna

Quevedo y su himno pospandémico

No sé si habrá alguien que este verano no haya bailado, cantado a voz en grito o tarareado el «Quédate» del artista canario Quevedo. Que esta canción es un temazo es una realidad. Porque para mí un temazo es aquel que no logras quitarte de la cabeza, que hace que se te olviden los problemas y que te hace feliz con tan solo escuchar los primeros acordes. He visto vídeos en redes sociales de mareas de personas ondeando banderas, muchas Canarias, mientras coreaban la canción.

Vídeos de varios países, no solo de España. Sin embargo, hace unos días me topé en un medio distinto a este, un artículo sobre el cantante en el que, además, aparecían opiniones de críticos musicales. Me llamó especialmente la atención el dictamen de un crítico de El País y de la Cadena Ser, que venía a decir que la canción era «La canonización de la nada» o «Nadie recordará esta cosa de aquí a un año», entre otras lindezas.

La gente siempre recuerda los momentos en los que fue feliz, me gustaría decirle al señor. Quizá dentro de cuatro estaciones el tema no sea número uno en listas, como lleva siéndolo varias semanas, pero la gente recordará aquel verano en el que después de un confinamiento, varios periodos de fases, idas y venidas en restricciones y el infierno de las mascarillas, pudo disfrutar de la vida y de los suyos al ritmo de «Quédate, que la noche sin ti duele…».

También comentaba el crítico que la letra era «Un bochorno sonrojante». ¿Es el amor o la sexualidad algo bochornoso? ¿Es echar de menos a alguien sonrojante? Quevedo ha comentado en alguna entrevista que empezó a componer música durante los meses de encierro por la COVID, ya que estaba tocando fondo. No tiene un álbum aún en la calle y ha logrado colocarse en el número uno desbancando a muchos artistas ya consagrados. Acaso ¿no es eso arte? Durante los meses más duros del virus la canción «Resistiré», popularizada hace varias décadas por el Dúo Dinámico, se convirtió en el himno de resistencia.

Dos años más tarde «Quédate» se convierte en el himno de supervivencia. Porque sí. Habrá a quien le guste y a quien no, pero Quevedo ha compuesto un himno con tan solo veinte años. Y no solo eso, sino que ha paseado a nuestro archipiélago por el mundo, orgulloso de sus raíces y llevando el sentimiento canario por gallardete. Sobre la música no todo está escrito, ni compuesto, me gustaría decirle también a este señor al que prefiero no nombrar, más que por respeto, por paz mental.

La música nos debe hacer felices, puede gustarte más o menos, pero no creo que sea acertado llamar «Nada» a algo por no estar dentro de sus encorsetados gustos musicales. Tal vez este señor quiso ser músico en lugar de crítico y su falta de talento no se lo permitió y, ahora, no consigue gestionar la frustración… Yo me siento orgullosa de ver todo el talento que hay en Canarias y de que lo estén llevando por el mundo. Olé, Quevedo, y «Quédate, que tu ausencia a la música le duele».

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