Reseteando

Bajo el asedio del frío

Frío y nieve.

Frío y nieve.

Javier Durán

Javier Durán

En la Isla el frío es para pedir calor, y si el termómetro asciende es para recordar lo bien que se pasa con unos grados menos de temperatura. El tiempo se vive como una contrariedad, casi una herencia de un pasado agrícola donde un chaparrón desquitaba al agricultor de la compra de unas horas de agua de riego. El urbanitas, que ni planta ni echa abono, se enfada (o se mortifica) por no saber qué ropa ponerse o por la falta de un abrigo eficaz para cortar el aire húmedo. Toda una frivolidad para los que todavía están escarbando con el sacho. La sequía de ahora no es la misma que la de principios del siglo pasado, desastrosa para las familias y para el equilibrio económico. No sólo para el paisaje, que, por cierto, ha sido subvertido con el hielo del granizo en el mismo núcleo del calor desorbitado: la tierra del fuego, en Lanzarote. O en los sedientos terrenos de Fuerteventura. La sequedad del siglo XXI en Canarias responde, como en todo, a los códigos de la abundancia interminable: imposible que ocurra. Estos son otros tiempos. Pero no sucede lo mismo con el frío, que es la introducción obvia en las charlas de estos días, donde poco a poco crece uniforme la constancia de que nos encontramos inmersos en el cambio climático. Sobre todo por el impacto en las islas mas desérticas. Aparece, ante el trastorno, una incertidumbre de tinte trágico: cualquier cambio meteorológico es posible. Hubo una jornada de calima roja, o bien solamente el polvo sahariano pero mezclado con lluvia. También un aire caliente con extraños torbellinos en el mar. O la amenaza de un huracán... Pero lo que toca es el frío, tanto que abundan las descripciones sobre la capas de ropa que se lleva encima; el tejido; los consejos para comprar un buen abrigo; la mejor madera para la chimenea; el calefactor que menos energía gasta; el grado de impermeabilización de la casa; la manta que más cubre para seguir una serie; lo bien que sienta un chupito (a elegir) para calentar el cuerpo... Los isleños, bajo el asedio invernal, asumen el turno centroeuropeo, mañana será africano y después subtropical.

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