Tropezones

De higos a brevas

Cuando un español prevé que el evento sí pueda darse, pero a largo plazo, utiliza también una expresión pegada a la tierra: «de uvas a peras» o «de higos a brevas», en ambos casos un período bastante similar, rondando el año

Lamberto Wägner

Lamberto Wägner

Me preguntaba si los giros idiomáticos propios de una lengua podían tal vez guardar cierta relación con la idiosincrasia de los nativos que los utilizan.

Y por concretar un ámbito, echémosle una mirada a los dichos sobre el tiempo cronológico.

Cuando un español quiere expresar la imposibilidad de que algo ocurra, suele invocar algún dicho por el estilo de: «cuando meen las gallinas», «cuando las ranas críen pelo» y menos frecuente pero muy bonito «hasta la siega del pepino». Si prevé que el evento sí pueda darse, pero a largo plazo, utiliza también una expresión pegada a la tierra: «de uvas a peras» o «de higos a brevas», en ambos casos un período bastante similar, rondando el año.

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Nuestros vecinos los ingleses se inspiran en fenómenos a una escala más ambiciosa. Si algo está lejos de ocurrir, lo hará si acaso: «when hell freezes over», o sea «cuando se congele el infierno», y para un acontecimiento de muy rara frecuencia también hacen uso de una imagen de dimensión telúrica: «once in a blue moon», literalmente «cuando salga la luna azul». La expresión se refiere a un fenómeno atmosférico que se produce aproximadamente cada dos años, con la excepcional aparición de la luna llena dos veces en un mismo mes.

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Los italianos parecen tan rústicos y pegados al terruño como los españoles; cuando ponen en duda un suceso, es que este sobrevendrá : «quando gli asini voleranno», o sea «el día que vuelen los burros». (Un dicho por cierto muy parecido al catalán: «quan las vaques volin», «cuando vuelen las vacas»). Y tratándose de un hecho insólito el italiano echa mano del giro: «quando il gallo avra cantato tre volte» «cuando el gallo haya cantado tres veces».

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Los franceses, tan cartesianos ellos, se atienen a expresiones más ligadas al dios Cronos. Algo que dista mucho de ocurrir, acontecerá «tous les 36 du mois» o sea «los días 36 del mes» o «la semaine des quatre jeudis:», «la semana de los cuatro jueves». Para situaciones más propias de intervalos cortos no parecen tan cartesianos pues utilizan el mismo plazo imaginario, de «los días 36 del mes» u otro de fecha tan indefinida como ficticia: «le jour de Saint Glinglin», «el día de San Glinglín».

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Los alemanes tienen un dicho divertido para un evento que está lejos de ocurrir y también echan mano del santoral. Para ellos habrá que esperar: «am Sankt Nimmerleins Tag», aproximadamente «hasta el día de San Nuncajamás» o al más socorrido del «letzte Gericht» o «día del juicio final». Y para un acontecimiento poco frecuente suelen utilizar otro giro relacionado asimismo con las prácticas religiosas: «am Jubeljahr», «hasta el año del Jubileo».

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Aunque naturalmente, gracias a los clásicos, siempre podremos disponer de los dichos de nuestros antepasados, que nos sacarán de apuros en cualquiera de los idiomas anteriores. Y si verbigracia nos ilusionamos con la lotería o la quiniela, ya podemos esperar «ad calendas graecas». Siendo las calendas los primeros de mes del calendario romano, es tan improbable que nos toque como que las calendas puedan tener cabida en un almanaque griego.

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