Retiro lo escrito

Cansancio autonómico

Alfonso González Jerez

Alfonso González Jerez

Seguro que ustedes no lo recuerdan (la gente mentalmente sana no tiene el cerebro colmatado de alfalfa informativa) pero hace algunos años los que exponíamos dudas sobre la lista regional en el contexto de la reforma del régimen electoral canario éramos lapidados por el desprecio de juristas, politólogos y otras almas bellas. El fortalecimiento de la democracia autonómica solo se entendía a través de una reforma electoral y la reforma electoral debería conducirse bajo el criterio primordial de mejorar la representatividad de la ciudadanía. Aunque las fuerzas mayoritarias –en especial CC y también, más disimuladamente, el PSOE– pusieron reparos y retrasaron el proceso al final resultó plenamente admisible la lista regional. Coalicioneros, psocialistas y conservadores hicieron sus cuentas y repararon en que las cosas no cambiarían demasiado. Las elecciones autonómicas de 2019 lo confirmaron y registraron una vieja tradición canaria: fue un pequeño partido personalista, que con apenas 6.215 votos en La Gomera obtuvo tres de los cuatro diputados de la circunscripción insular, el que decidió la formación de un gobierno presidido por el candidato socialista, Ángel Víctor Torres, un profesional de los gafes salvíficos gracias a Casimiro Curbelo.

Los que ahora insisten de nuevo en el supuesto escándalo democrático que supone el poder decisorio del casimirismo siguen sin entender que el sistema electoral canario atiende simultáneamente a una representación popular y a una representación territorial, en equilibrio a través del astuto invento de la triple paridad, solo parcialmente rota por el diputado añadido a Fuerteventura. En opinión del que suscribe sería disparatado pulverizar las circunscripciones insulares para establecer una circunscripción única en todo el Archipiélago. Para empezar las llamadas islas menores o periféricas no lo tolerarían. La legitimidad del sistema político canario y de su edificio institucional pasa (todavía y quizás por muchos años) por la cohesión territorial. Y esa cohesión se garantiza por una sobrerrepresentación en la asamblea legislativa. Inevitablemente. El problema no es que existan partidos insularistas. La Agrupación Herreña Independiente es un partido insularista pero la honestidad de sus dirigentes jamás ha sido cuestionada. El problema son los partidos insularistas bajo caudillajes clientelares como el de Casimiro Curbelo o los que aspiran a articular una satrapía familiar como la que han montado los señores Bravo de Laguna.

Y más allá de eso las patologías democráticas realmente graves en Canarias están menos relacionadas con el régimen electoral que con una cultura política autónoma, crítica y liberal, transparente y participativa. Unas relaciones malolientes entre élite política y élite empresarial, una voluntad de control del imaginario ciudadano desde la asignación de recursos desde el Gobierno, los cabildos y los grandes ayuntamientos, una corrupción ronroneante que nadie escucha y que cuando se hace pública es negada, ridiculizada, invisibilizada, un sistema productivo cada vez más ineficiente a la hora de crear riqueza y oportunidades para la gran mayoría, unas clases medias depauperadas que ya van debiendo hasta la respiración y un ascensor social detenido, un sistema educativo al borde del fracaso. Esos son los males que carcomen cualquier aspiración democratizadora en este país y que juntos están cociendo una crisis de legitimación del sistema autonómico. Porque cada vez está más extendido un síndrome de fatiga autonómica y aquí, como en todas las democracias simulativas, ya no son discutibles las disfuncionalidades múltiples del sistema: las que afectan a su funcionamiento práctico (la capacidad de resolver los problemas cotidianos de la gente) y a su funcionamiento representativo (la capacidad de cumplir con las expectativas específicamente democráticas), tal y como explican Ingolfur Blühdorn y Edentraut Roller. El problema no es el insularismo, Casimiro Curbelo o la circunscripción regional.

Suscríbete para seguir leyendo