Salud

Un 5 de mayo especial

Una semana después de asistir al concierto de Bruce Springsteen,

la OMS declaró el fin de la Emergencia Internacional por la Covid

Un 5 de mayo especial

Un 5 de mayo especial / Amós García Rojas

Amós García Rojas

Parece una gran metáfora, pero es que justo una semana después de mi asistencia, junto a 60.000 personas, al concierto de Springsteen en el Estadio Olímpico de Barcelona, la OMS declaró el fin de la Emergencia Internacional por la Covid. Y ambos eventos me han producido una sensación similar.

En un caso, conforme me acercaba al estadio el ambiente era cada vez más fascinante, caras de satisfacción entre los fans, tensión sostenida ante lo que se va a ver y ante la certeza de que se presenciará un acontecimiento difícilmente repetible. Algunos tarareaban Born to Run, otros Thunder Road. Todos respiraban satisfacción y un deseo de que se plasmara ese ejercicio de contundencia sonora y energía colectiva que supone un concierto de Springsteen. Y comenzó nada menos que con el No Surrender, Sin Rendición, y efectivamente eso es lo que hemos tenido que hacer a lo largo de estos tres años y tres meses de «Emergencia Internacional», no rendirnos.

Ya se vislumbraba, habían comentarios al respecto, se cuchicheaba, y todos entendíamos que el cambio en la situación epidemiológica, logrado fundamentalmente gracias al esfuerzo de los profesionales sanitarios, las vacunas y el comportamiento excepcional de la ciudadanía, así lo señalaba.

Y llegó el 5 de mayo del 2023, una fecha que ya forma parte de la historia sanitaria. Y todos respiramos un poquito más. Habían sido unos años duros, muy duros: Trabajar hasta caer exhaustos, ver demasiado dolor, demasiado sufrimiento, sorprenderse de que de los aplausos a los sanitarios, se pasara en ocasiones al insulto, la amenaza o incluso a la agresión. Física y psíquicamente la pandemia nos había noqueado. Pero afortunadamente el escenario fue cambiando. Y llegó ese día, el 5 de mayo del 2023, y la mayoría nos sentimos mejor.

Y en ese nuevo escenario, debemos señalar que afortunadamente hemos logrado mejorar la cara terrible, espantosa, que tenía la enfermedad, y que estaba vinculada a la amargura de las UCI’S, los fallecimientos. Pero tenemos que tener claro, que el virus no va a desaparecer, no se va a ir, va a seguir con nosotros y tenemos que mantener y crear elementos que nos permitan la convivencia con él. En este sentido, las vacunas van a seguir teniendo un papel fundamental.

Y que pena que se olvide de que todavía hay otras situaciones de emergencia abiertas, las cuales parece que queremos olvidar. Y es que claro, están ligadas a los condicionantes que determinan las diferencias tremendas que siguen habiendo entre países ricos y países pobres y como esas diferencias determinan los estados de salud de unos ciudadanos y otros.

Ojalá todo lo sufrido sirva para entender esto, y para prepararnos para las próximas pandemias, que, con toda seguridad, van a venir. Ojalá sirva para comprender que el sistema sanitario como pieza angular del estado de bienestar no puede ser recortado, sino cuidado y mimado, que es necesario abordar en profundidad la salud mental, potenciar la atención primaria de salud y la estructura de salud publica... Ojalá, ojalá...

La noche del concierto dormí mal. Poco y tremendamente excitado por todo lo que acababa de ver. Al día siguiente me levanté, me duché y tras un frugal desayuno me puse los cascos y fui hacia el aeropuerto. Sonaba The River. La noche del 5 de mayo, también dormí mal. Muy nervioso por lo que acababa de pasar, y preocupado por el futuro.

Al día siguiente me levanté algo más tarde de lo habitual, me senté en la cama, miré para mi mujer y no pude menos que emocionarme. Todo parecía igual, pero nada sería lo mismo. Y dentro de algunos años cuando avancen los tiempos, podré decir: «Yo estuve en aquel concierto», y además, «sufrimos mucho durante aquella emergencia, pero la logramos superar juntos».

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