Sol y sombra

La esperanza liberal malograda

Inés Arrimadas, Ciudadanos, después de anunciar su retirada de la política.

Inés Arrimadas, Ciudadanos, después de anunciar su retirada de la política. / José Luis Roca

Luis M. Alonso

Luis M. Alonso

Está cada vez más extendida la idea de que las opciones políticas de centro no tienen clientela en una España de rojos y azules, polarizada ideológicamente. Nadie lo puede negar si nos fiamos de los fracasos de la UCD, el CDS, la UPyD y el más reciente de Ciudadanos, que quiso convertirse en la esperanza liberal y acabó consumido por las dudas de sus líderes y la necesidad de los españoles de volver a las viejas trincheras para seguir desafiándose. Ciudadanos es el partido que más se acercó a esa tercera España que siempre pierde todas las batallas de un país frentista y guerracivilista en el que los electores que eligen la moderación terminan por querer encontrarla en los partidos que en algún momento renuncian a ella para ensanchar su espectro de izquierdas o de derechas.

Años después del adiós de Albert Rivera asistimos a la despedida de Inés Arrimadas, cuando el fracaso de las urnas ya se ha consumado del todo para la formación naranja. Arrimadas fue una atractiva figura parlamentaria hasta que un día ella misma decidió dejar de serlo al hacer las maletas y abandonar el jardín constitucionalista que había cultivado en Cataluña para trasladarse a Madrid, donde pasó a ser una más. Nadie lo entendió, como tampoco nadie antes había entendido su decisión de no plantear batalla tras haber ganado unas elecciones y hecho morder el polvo al secesionismo. Envejeció prematuramente en el exilio madrileño por querer evitar desgastarse en el clima envenenado que precedió al procés, algo que humanamente puede resultar comprensible. Como también hay que comprender, años más tarde, la decisión de Rivera de no juntarse con Pedro Sánchez, del que no se fiaba. En ese sentido se puede decir que fue de los primeros que lo vio venir. A muchos de los que le reprochan aquella supuesta oportunidad perdida de pactar quisiera verlos yo acompañando a semejante personaje sin sentir la daga en la espalda o el precipicio como única salida.

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