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Fuerte calor en Arinaga y San Agustín (13/07/2023)José Carlos Guerra

Reseteando

Javier Durán

Golpe de calor

Situado en el abismo de no saber cómo repercuten las altas temperaturas en el funcionamiento del hígado, riñones o páncreas, uno se abandona a la molicie placentera de imaginar cada sombrajo de esta ciudad desarbolada como un paraíso que deja entrever un cocotero, una copa con un liquido naranja o un mar lleno de reflejos mezclados con una curvas preclaras. Pero al final no deja uno de estar en un acera sin una migaja de verde, sin una fuente consoladora y sin el manguerazo orgásmico que recibió Carmen Maura en La ley del deseo, de Pedro Almodóvar, ya en la lista negra de Vox. Establecido en la crónica turbulenta de un verano distinto por culpa del 23J, con el voto del correo manifestándose como nunca, no envidio a esos miles de carteros que saturados de sudor corren de un lado a otro, vigilados por Feijóo, que sueña con encontrar un solar con sacas de votos y decretar pucherazo. Ya se dijo en el día de autos que el maridaje entre la campaña electoral y la explosiva climatología nos iba a poner ante situaciones muy correosas. El calor asalvajado erosiona la sensatez y amplifica la irritabilidad, cimentando una crispación que, en terminología estival/chanclas, pasa a la denominación de debate «embarrado» o «bronco», eufemismos que solo tratan de tapar y domar la visceralidad que provoca el sanchismo en Feijóo, y el último en la altura de tiro al aro de nuestro aun presidente. Sigo por esta urbe con fuego y brasa de barbacoa que expande un vaho sancochado y blanquecino del que asoma la testuz de Santiago Abascal. Pero a cada paso que doy me tropiezo con amigos cubiertos por un Panamá (no todos son auténticos) para escapar del melanoma, el carcinoma o la quemadura. Viejas amistades que me paran en la calle y me preguntan qué está pasando, como si este que pone la firma fuese un oráculo capaz de saber que será de Canarias con Clavijo. ¿Pero cómo entablar una conversación sesuda con la fogalera que amenaza con incendiar el cuerpo y el alma? Y en la observancia de la calidad del sombrero, subo peldaños: ¿Y el alma estará ya chamuscada?

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