Retiro lo escrito

Santa Noemi Diet

'La sociedad de la nieve' de Bayona logra dos nominaciones a los Óscar de Hollywood

'La sociedad de la nieve' de Bayona logra dos nominaciones a los Óscar de Hollywood / Toni Albir

Alfonso González Jerez

Alfonso González Jerez

La tradición de las izquierdas más o menos comunistas, comunistoides o comunisteras es como la odisea de los pasajeros del avión uruguayo que cae en Los Andes y que terminan alimentándose de los cadáveres de los fallecidos en el accidente. La única diferencia es que dichas izquierdas comienzan a comerse a los demás pasajeros izquierdistas camino a la Utopía nada más despegar el avión. A veces se mordisquean unos a otros todavía con el aparato en el hangar. Bayona sabría contar perfectamente la caída de Podemos. Salvo que acaba mal. Porque no hay generosidad, ni lucidez, ni compañerismo, ni valentía. Solo un sórdido instinto de supervivencia.

Después de conseguir casi milagrosamente un escaño en las generales de julio pasado y convertirse en una de las cinco diputadas de Podemos Noemí Santana lo tenía muy claro: había que reconstruir el partido en las islas. Entiéndase, atornillarse como coordinadora general de Podemos en Canarias, después del breve mandato de la siempre tutelada Laura Fuentes. Porque la llamada reconstrucción no es otra cosa que cimentar un ridículo cesarismo sobre una organización diezmada y malherida.

Lo primero que hizo Santana fue garantizarse (por supuesto) el apoyo de la dirección nacional, y lo obtuvo sin mayores dificultades en esa pequeña sociedad de socorros mutuos que ha devenido el partido y no se diga el subgrupo parlamentario. Lo siguiente consistió tocar a rebato a los subalternos. El círculo de leales más próximo a Santana son sus subordinados en los cuatro años en los que desempeñó la Consejería de Derechos Sociales del Gobierno autonómico: Francisco Javier Bermúdez, Gemma Martínez Soliños y Silvia Jaén.

En un discreto segundo plano están otros compañeros que también fueron cargos públicos en la anterior legislatura, como María Antonia Perera o Manuel Marrero. Todos ellos se integraron en la lista encabezada por Santana para la elección de una nueva dirección, Tejiendo futuro la han llamado con poético cinismo. Todo es tan grotesco y divertido que en la candidatura figura también (¡tachán!) César Merino, exsecretario de Organización que dimitió – fue el único en hacerlo – después de las terroríficos resultados de Podemos en las elecciones autonómicas y locales de mayo.

Merino no ofreció ninguna explicación comprensible de la catástrofe, pero al menos tuvo la gallardía de marcharse. Ahora se puede entender que no era un adiós, sino simplemente un hasta luego. Es decir, que se produce una hecatombe político-electoral que deja sin representación a Podemos en el Parlamento, en los cabildos y en la inmensa mayoría de los ayuntamientos canarios y la principal responsable política del partido y el secretario de Organización se presentan seis meses después para repetir porque sin ellos ni el proyecto ni la militancia son nada.

Falta lo mejor. Pese a las presiones y distracciones del santanismo se presentaron otras tres candidaturas, de las cuales dos fueron eliminadas sin mayores problemas, pero la propuesta de Milagros Hormiga sobrevivió, hasta que encontraron un fallo en su lista: no cumplía estrictamente con la paridad que exige el reglamento. El error le fue comunicado a equipo de Hormiga, a través una dirección electrónica poco habitual en estos lances, cuatro o cinco horas antes de finalizar el plazo para subsanarlo. No les dio tiempo y la candidatura de Hormiga fue invalidada.

Los críticos se enfurecieron. Han pedido que intervenga la comisión nacional de garantías, y sin duda lo hará, pero para respaldar a la diputada Noemí Santana. Hormiga y sus compañeros temen que ni siquiera puedan formar parte de la asamblea autonómica – el órgano que representa a los militantes de Podemos y teóricamente controla a los dirigentes— y muchos anuncian que se darán de baja en los próximos días o semanas. No sería la primera vez. La purgas en Podemos han devastado las asambleas insulares y autonómicas en varias ocasiones. Yo creo que el proceso es imparable. Una mañana veremos a Noemí Santana devorando su propio brazo en el escaño y podremos certificar, por fin, que lo ha conseguido.

Suscríbete para seguir leyendo