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Salud

La semana más esperada

Nueve niños canarios, con enfermedades encológicas, acuden a la 22ª edición de las colonias de verano en Lleida que organiza la Asociación Española Contra el Cáncer

El presidente de la Asociación Contra el Cáncer en Las Palmas, Fernando Fraile, y la directora de la Fundación DISA, Sra Mateos, junto a siete de los niños que van al Valle. RUBEN GRIMON

Un grupo de nueve niños canarios, de entre 11 y 17 años, con enfermedades encológicas, podrán disfrutar de la 22ª edición de las colonias de verano que organiza la Asociación Española Contra el Cáncer, y que se celebra en el Valle de Arán entre el 17 y 24 de julio. Los pequeños podrán practicar senderismo, excursiones, piscina, gymkhana, educación ambietal, manualidades o rafting durante una semana inolvidable.

«Mamá, mamá, yo quiero volver al Valle de Arán». Estas son las palabras que repiten muchos de los niños y niñas, con alguna enfermedad encológica, que han podido disfrutar de una semana en esta localidad de Lérida durante sus vacaciones. Y es totalmente comprensible porque esta iniciativa, que organiza la Asociación Española Contra el Cáncer, para que los pequeños puedan salir de su rutina diaria, está pensada milimétricamente para que experimenten intensamente una de las semanas más inolvidables de sus vidas.

Y este año van a tener la suerte de vivirla un grupo de nueve niñas de la provincia de Las Palmas en la 22ª edición de estas colonias de verano. Concretamente, serán dos niñas de Lanzarote y siete de Gran Canaria, con edades entre los 11 y los 17 años, que irán a este enclave situado en la zona más septentrional de la geografía española entre el 17 y el 24 de julio.

Protagonistas

Un vídeo previo a la presentación de las jornadas mostró los comentarios positivos tanto de sus protagonistas, cómo de los padres, monitores, enfermeras o coordinadores. Durante la presentación, que tuvo lugar ayer en la sede de la asociación en la capital grancanaria, su presidente, Fernando Fraile, aclaró que han podido retomar las actividades tras un parón de dos años «y nos alegramos mucho porque son las que más nos gustan por motivos obvios, las que más disfrutan los niños, produce una gran satisfacción ellos y a las personas de la asociación que puede los acompañan».

Senderismo, excursiones, piscina, gymkhana, educación ambiental, manualidades, rafting o talleres de música, son algunas de las ocupaciones que tendrán los pequeños en este entorno natural. Para Fraile lo importante es que en una semana «salgan de su rutina diaria difícil, se alejen de hospitales, médicos y familiares y puedan socializarse con niños de una edad parecida». El presidente destacó que hay tres ‘d’. «Diversión porque todos los días hay deportes, caminatas o excursiones en contacto con la naturaleza. Descanso porque hay algunas actividades más tranquilas como piscina o actividades culturales. Y desarrollo personal porque aprenden a ser solidarios, amables, y a tener una relación diferente a la de un amigo del colegio o contacto con una realidad que no les afecte a ellos que pueda mejorar la autoestima y autonomía de las personas». Las menores estarán acompañadas en todo momento por dos profesionales de la Asociación en La Palmas.

Fraile insistió en que «es importante que nuestras niñas puedan desconectar y disfrutar en un contexto lúdico-educativo, sin descuidar la atención y cuidados médicos y psicológicos que necesitan. Los procesos por los que pasan estas niñas y sus familias son muy duros, y las colonias de verano les permiten expresar sus emociones a través del juego, en un campamento en plena naturaleza. Rodeados de niños de otros lugares de España, con similares inquietudes, consiguen vivir de una manera normalizada esos días de vacaciones». Un total de cien niños convivirán con otras cien profesionales entre monitores, médicos, enfermeros, psicólogos o técnicos. Como en anteriores ediciones, la Fundación DISA ha contribuido «de manera desinteresada» para «facilitar que los menores puedan acudir sin tener que preocuparse de si lo van a poder pagar o no», comentó su directora Sara Mateos. «Para nosotros es importante retomar esta colaboración que viene años realizándose y que les permite crecer, desconectar y compartir vivencias», que contribuirán con 4.100 euros para destinar a la compra de billetes de avión y transporte hasta el valle.

«La única obligación de los niños en verano es pasárselo bien, que disfruten de la infancia y sean felices», añadió. A continuación, Verónica Olivares, madre de dos de las niñas que acuden a este campamento, subrayó que «Los niños se hacen más independientes y los padres perdemos el miedo, nos cambia la vida». Finalmente, Una de las niñas, Sasil González, añadió que «desde que llegas ves las montañas, las flores, las personas con la que compartir, estás todo el año esperándolo».

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