Un equipo de buceo experimentado comenzó ayer las tareas de extracción de los viejos cables submarinos que durante la década de los 70 del siglo pasado hacían posible la comunicación entre las Islas, y también del Archipiélago con el exterior.

El objetivo: cuatro tendidos de acero que continuaban bajo la arena de la playa de Las Canteras y sumergidos en sus aguas hasta que hace alrededor de dos semanas las fuertes mareas consecuencia de los últimos temporales marítimos los dejaron al descubierto, al igual que miles de piedras que se amontonan en la zona de baño de la Cícer.

"El mar los dejó a la vista y pueden resultar inseguros en una zona como la playa, muy transitada además de que ofrecen una imagen no muy agradable", explicó ayer José Miguel Carrera, técnico de la compañía Telefónica, empresa propietaria del cableado que se instaló hace más de cuarenta años.

De acero y con tecnología axial, por tanto con menos capacidad y rapidez de transmisión de voz y datos para las comunicaciones telefónicas e Internet, estas infraestructuras fueron sustituidas en su día por la fibra óptica que impera en el moderno mundo de las telecomunicaciones.

Durante más de cuatro décadas, los cables han permanecido enterrados en la arena, metros muy abajo del lugar utilizado por miles de personas para disfrutar del mar y el solaz en Las Canteras.

Y también bajo las aguas, en donde continúa y se localiza la mayor parte de su trazado de kilómetros hasta conectar las Islas, o estas con el continente.

"Teníamos la notificación del servicio hace dos semanas. Pero estábamos aguardando el día apropiado, con las condiciones necesarias. Y ese día era hoy [por ayer]", señaló José Luis Samper, director de Reprosub, la empresa de buceo profesional encargada de la localización y extracción de los cables.

El requisito indispensable: una marea baja, muy baja, que permitiera horas de trabajo concienzudo. Y así empezó la tarea ayer, a las seis de la mañana, continuando hasta cerca del mediodía, acuciados ya por la subida inexorable del agua.

"Hace cuatro días no hubiese sido posible hacer el trabajo por que no se dieron las condiciones más idóneas. Entonces, los tubos (que contienen los cables) estaban sepultados por la arena, que es su situación natural. La marea los volvió a descubrir y dejó preparado el terreno", añadió José Miguel Carrera.

Ayer se extrajeron y cortaron dos cables a metros de profundidad en la zona de playa, y hoy se repetirá la operación con los otros dos que restan en la misma localización de la arena.

En los próximos días, y dependiendo nuevamente de las características de las mareas, se acometerá la tarea bajo el mar. "¿Hasta qué longitud cortaremos el cable? Pues será mucho menor que en la zona de playa, hasta que limpiemos bien el área habitual de baño", según José Luis Samper.

En tierra y bajo el mar el sistema de trabajo para la extracción de los cables será diferente. Ayer un tractor removió la arena para arrancarlos, después de su detección.

Para realizar la búsqueda o, más concretamente, confirmar dónde se hallan los cables obsoletos, se empleó una guía. "Hay que evitar dañar el cableado que sí está en servicio para las comunicaciones (en esa zona de la playa, otros cuatro cables). Un detector localiza el lugar exacto donde se encuentra. Se inyecta una señal desde la central de baja frecuencia y después se emplea el aparato para confirmar la ubicación y proceder al desenterramiento", explicó José Miguel Carrera. Y, así, con cada uno de los cuatro que hay que arrancar a la arena.

Bajo el mar se emplearán globos de salvamento, capaces de izar mil kilos, con los que se extraerán los cables.