Tenían que haber llegado dos, pero al final sólo aterrizó uno. Su alteza real, el príncipe Haakon Magnus de Noruega fue el único que bajó ayer del avión que lo trajo a la isla de Fuerteventura al mediodía. La princesa Mette Marit no acompañó a su marido en lo que se creyó, en un principio, serían unas vacaciones románticas para ambos pero que se ha convertido finalmente en un fin de semana dedicado al deporte.

En efecto, el heredero al trono del país septentrional se coló en las tierras majoreras con la idea de practicar deportes náuticos: el surf, el kitesurf y la vela son varias de las disciplinas que ha practicado en otras playas españolas, como las de Mallorca y con otros representantes de la realeza europea. De hecho, destacan varias fuentes, el príncipe desembarcó portando una simple mochila -no necesita mucho más puesto que el domingo se marcha-.

El príncipe llegó en un vuelo procedente de Madrid de la compañía Spanair, JK 5128 que, tras retrasarse media hora, aterrizó sobre la una de la tarde.

A la recepción oficiosa del príncipe, ya que su viaje no había sido comunicado a las autoridades majoreras salvo para preparar a un reducido grupo de efectivos de seguridad por si sucedía algo anormal, se acercaron los máximos responsables de la Guardia Civil y de la Policía Nacional de la Isla, el ejecutivo de servicio de AENA y cuatro miembros de los Cuerpos de Seguridad del Estado debidamente uniformados.

Estrategia real

Tras recoger su equipaje y aún dentro de la terminal, el hijo de su alteza real, Harald V, actual rey de Noruega, alquiló un vehículo, se caló una gorra y salió con dos guardaespaldas por la vía de carga del recinto aeroportuario, abierta exclusivamente para que él pudiese abandonar el complejo con la mayor discreción posible, evitando así ser perseguido por los medios de comunicación locales y paparazzis llegados de distintas partes de España y de otros países. Con esta estrategia, Haakon de Noruega, logró dar esquinazo a un numeroso grupo de fotógrafos que pululaban en busca de una imagen para enmarcar.

Nula expectación

Curiosamente, la llegada del príncipe noruego no despertó ninguna expectación entre los majoreros y, las únicas personas que se movían por el aeropuerto, explicaron que ellos simplemente habían ido a buscar a algún familiar; aunque, sí comentaron que les extrañaba que ninguna autoridad política se hubiese acercado a recibir a tan distinguida visita.

Con todo, Haakon de Noruega disfruta ahora mismo de las delicias de Fuerteventura y de sus playas, espacios idóneos por sus condiciones meteorológicas, en las que practicar cualquiera de los deportes con los que tanto disfruta.