El Hierro recibió ayer las sacudidas de dos sismo de magnitud 3,9 en la escala Richter, uno a las 13.05 horas y otro a las 7.46 horas, que acercaron los niveles de actividad sísmica a los de la jornada previa a la erupción del pasado día 10. A estos hay que sumar un tercer movimiento, de 3,2, pero que también fue sentido por la población. El epicentro de estos sismos se localiza en el mar al noroeste de Frontera, y a una importante profundidad, en torno a los 20 kilómetros.

La creciente intensidad y frecuencia de los movimientos hizo pensar a los científicos que siguen el fenómeno que se podría producir una segunda erupción submarina, esta vez frente a la costa norte de la Isla, pero esta posibilidad fue, de momento, descartada posteriormente.

Así, el director general de Seguridad y Emergencias del Gobierno canario, Juan Manuel Santana, informaba en la tarde, tras una reunión con miembros del Plan de Protección Civil por Riesgo Volcánico (Pevolca), que el aumento de sismicidad no implica, de momento, riesgo para la población ni obliga a tomar medidas extraordinarias de Protección Civil, aunque se mantiene una vigilancia constante del proceso eruptivo que determinaría cualquier cambio importante. Además no existen indicadores que permitan advertir la existencia de una erupción inminente.

Asentamiento tectónico

Santana especificó que la sismicidad, registrada en Frontera, a más de 20 kilómetros de profundidad, podría darse por un asentamiento tectónico del terreno, generado por la erupción que se está produciendo en el sur de la isla.

Por otra parte, sí destacó que hay que seguir más de cerca la sismicidad que se está produciendo a menos profundidad, que si bien es cierto es menos frecuente y de menor magnitud, es la que podría ser indicadora de un proceso eruptivo.

En cuanto al escenario del sur de la isla, el de la erupción, ayer los científicos constataban una remisión en el aumento de la deformación, según datos recabados en la estación GPS de La Restinga.