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Entrevista. Actor

Yon González: "El cine español está haciendo bien las cosas y por eso engancha a más gente"

El artista confiesa sentirse afortunado, ya que tiene la mesa llena de proyecto - La semana pasada estuvo en la presentación del thriller 'Matar el tiempo'

Yon González. ARCINIEGA

Rodada en español y en inglés, Matar el tiempo, la nueva película de Antonio Hernández, compone una pequeña sinfonía en la que se habla del peligro que significan las nuevas tecnologías. Yon González, actor de series como El internado, Gran Reserva y Bajo sospecha, también actualmente en cartelera con la comedia Perdiendo el norte, comparte protagonismo en este thriller con su hermano Aitor Luna, Ben Temple, Frank Feys y Esther Méndez.

La cámara de un ordenador puede acabar con los planes de delinquir de uno, pero también con su intimidad y su reputación.

Es así: en un segundo te puede cambiar la vida de la forma más inesperada.

Y con las redes sociales nos hemos convertido en espías de la vida de la gente, pero también somos espiados.

Claro. He conocido a gente que tiene la capacidad de meterse en los ordenadores de otros y mirar a través de las cámaras. Vete a saber si a mí me han visto en mi casa. Nadie se entera cuando lo hacen: solo lo saben ellos.

¿No cree que la tecnología ha trastocado nuestra manera de comunicarnos?

Sí. La manera de comunicarse ha cambiado. Antes la gente se miraba a los ojos. De repente, desde que llegó el móvil y el wasap, uno puede incluso tener relaciones sexuales por mensajes, sin ver la cara del otro. Me gusta más lo clásico, lo de antes: mirar a la gente a los ojos.

En la mirada, el gesto y la palabra se sustenta el trabajo de un actor. ¿Atiende a todas estas partes por igual?

Todas las partes están unidas en el momento en el que inicias el viaje. Cuando sabes cuál es tu cometido en una escena y, sobre todo, disfrutas el momento, ya no tienes que pensar en cómo debe salir la voz o desde qué energía. Lo tienes que sentir. De lo contrario se convierte en una cosa muy técnica y sin sensaciones. Y de lo que trata este trabajo es de hacerle sentir cosas a la gente. En mi caso, para poder hacerlo tengo que sentirlo yo primero.

¿El idioma supuso una dificultad?

No. Yo no soy inglés y mi personajes habla como un español que chapurrea inglés, lo que me resultó más fácil, claro.

¿Y no teme que un productor en Hollywood descarte darle un trabajo al ver el acento tan marcado que tiene en esta película?

Bueno, no sé... ¿Te imaginas? Espero que no se me mire desde esa perspectiva. Además, en noviembre tengo una película en inglés y ahí tendré la oportunidad de que me vean fuera.

¿Cómo se titula la película?

Pues... Me acabas de pillar. Espera...

Bueno, eso es síntoma de que tiene mucho trabajo...

Sí, la verdad es que tengo un montón de proyectos, aunque todos en el aire. Espero que se acaben cerrando. Por lo pronto tengo dos películas y una obra de teatro para el año que viene.

Se sentirá afortunado...

Ya ves. Y más tal y cómo están las cosas. Tener trabajo y encima bueno, porque lo cierto es que también se hacen muchas mierdas. Y además, como es mi caso, poder elegir. Me siento un privilegiado.

El cine español está de enhorabuena. El 2014 fue un año de aúpa y este año parece que también se va a registrar una buena taquilla. ¿Qué está pasando?

Creo que cada vez se van haciendo mejor las cosas y por eso cada vez se engancha más gente al cine español. Y la propia profesión parece que cada vez acierta más con los gustos del público. Para llegar al nivel de los norteamericanos aún nos queda, pero se están haciendo cosas muy buenas, como La isla mínima, que me encantó, o esta película.

Sus admiradoras se le tiran encima allá a donde vaya. ¿Le gustaría por momentos ser invisible y tomarse una caña en un bar sin que le asalten?

Ese pensamiento lo tienes a veces. Lo que ve la gente en ti es un producto y no a la persona. Lo que ve la gente es la idealización que se ha hecho de esa persona. Pero igual, si la gente no hiciera eso, pues yo no hubiera hecho tantos trabajos. Al final, nosotros comemos gracias a la gente. Cada vez he cogido más popularidad, pero también, conforme he ido creciendo, la gente tiene más respeto a la hora de acercarse y entablar una conversación. Pero no lo cambiaría. Ten en cuenta que hago lo que poca gente puede hacer: vivir de lo que me gusta.

En noviembre hay elecciones. ¿Qué me dice de la política de este país?

Es un cuadro... Lo único que escuchas es a unos y a los otros echándose la culpa. Se critican unos a otros en vez de aportar soluciones. A veces pienso que más que política se trata del "Cuore" o "Salsa Rosa". ¡Hablad de lo que vais a hacer, preocupaos por el país y no tanto en criticar al de enfrente para que baje en votos! Parece que el interés final son ellos mismos, cuando debería ser el país. Cada vez que pongo el telediario solo escucho eso: críticas entre ellos y aplausos a discursos vacíos.

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