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Canarias ensaya una nueva manera de llevar las matemáticas a las aulas

El proyecto 'Matemáticas para la vida' plantea una pedagogía de la asignatura más cercana a la resolución de problemas reales y alejada de las abstracciones

La pizarra sigue estando presente en la metodología que ensaya José Vidal, pero ya no es el epicentro de la clase.

Las matemáticas también pueden ser una herramienta útil para brujulear en la vida. ¿Quién dijo que su conocimiento no puede facilitarnos la toma de decisiones y capacitarnos para analizar mejor los problemas cotidianos? Desde hace unos años el Consejo Escolar de Canarias trabaja junto a la Sociedad Canaria de Profesores de Matemáticas Isaac Newton en el proyecto Matemáticas para la vida, que busca convertir esta materia tradicionalmente áspera y abstracta en algo atractivo y significativo para los estudiantes de Primaria y Secundaria. Diferentes estrategias didácticas se imbrican para dar forma a una nueva manera de plantear esta enseñanza. Sí, sigue habiendo ecuaciones de primer grado, pero los alumnos llegan hasta ellas por un camino totalmente diferente al que los estudiantes venían transitando hasta ahora.

La necesidad de abordar una manera distinta de llevar las matemáticas a las aulas se planteó tras conocerse el Informe de la Realidad Educativa de Canarias, elaborado en 2011 por el propio Consejo Escolar, en el que se daba cuenta de una serie de deficits que se presentaban en los alumnos isleños en relación con esta asignatura, y que tenían que ver con la forma en la que se venía impartiendo. Según concluía este documento, los estudiantes mostraban especiales dificultades a la hora de resolver problemas que obligan a combinar ideas o imponen una reflexión matemática amplia. Se destacaban también los escollos para solucionar problemas que emergen en diferentes situaciones de la vida y sus contextos. Además, finalizaba el informe, algunos estudiantes no comprendían bien los enunciados debido a dificultades en la lectura y comprensión.

Matemáticas para la vida inicia su implantación en Tenerife, donde diferentes centros han adoptado ya sus metodologías. En Gran Canaria varios profesores la están incorporando en sus clases. Es el caso de José Vidal, que imparte esta asignatura en el IES Playa de Arinaga. "Algunos profesores estamos estudiando el método y llevándolo llevarlo al aula, aunque no es una metodología fácil", comienza explicando este docente, especialmente preocupado por vehicular de forma óptima el contenido de su materia.

El proyecto propone una metodología de enseñanza que se asienta en las propuestas de Constance Kamii y de Polya, encaminadas a estimular la autonomía en el alumnado, su capacidad para razonar a niveles progresivamente mayores y fraguar sus propias opiniones. El factor participativo es fundamental, se trabaja constantemente en grupos, estimulando la búsqueda de soluciones, resolviendo los problemas siguiendo tres fases: comprender, eligir estrategia, ejecutarla, y por último analizar los resultados y responder.

Vidal señala cuatro fases que deben tenerse en consideración en la enseñanza de las matemáticas. Así, habla de la vivenciación, es decir que el alumno sea protagonista; una manipulación, que aprovecha la percepción sensorial de objetos provocando comprensión y razonamiento; una parte gráfica, pues estos problemas tienen una representación en dos dimensiones, en un dibujo; y una parte simbólica, en la que que se traducen los significados al lenguaje matemático, adentrándose en la abstracción. Se pasa de lo concreto y palpable a lo abstracto.

Regletas y pirámides

El profesor se asiste de una serie de herramientas que le ayudan en la puesta en práctica de estos conceptos. Así, están las regletas de Cuisenaire (juegos de piezas de diez tamaños, de 1 a 10 centímetros, y diferentes colores) que permiten que el alumnado aprenda la descomposición de los números, que se inicie en el cálculo, evidenciando las fracciones, la divisibilidad, las relaciones longitudinales y volumen de prismas, entre otros aspectos. Convierten el aprendizaje matemático en algo tangible y manipulativo. Por otro lado, en uno de los pasillos del IES Playa de Arinaga cuelga del techo una pirámide de Sierpinski elaborada el curso pasado por los alumnos con bastoncillos y tanza. Dicha pirámide está basada en el triángulo ideado por ese matemático polaco a principios del siglo pasado, un fractal que es ejemplo de esa filosofía de cristalización de las ideas matemáticas en objetos tangibles. Con esta experiencia, el alumnado, entre otras cosas, descubrió una aplicación de las potencias.

Además, Vidal ha incorporado otras herramientas al arsenal del que utiliza en sus clases de matemáticas. Así, hay unos figuras de madera huecas que rellena con sémola, para trasmitir de forma plástica la noción de volumen a sus alumnos, y una serie de poliedros de diferentes colores. También tiene cajas de fósforos y fichas de colores completando este utillaje tan especial.

El profesor de matemáticas del IES Playa de Arinaga da comienzo a su clase a los estudiantes de 1º de la ESO con una serie de cálculos mentales, de forma que solicita a los alumnos que por el momento dejen de lado sus calculadoras. Se trata de obtener el doble y la mitad de una serie de cantidades. Las adiciones y las restas no se realizan a la manera habitual, efectuando la operación algebraica de multiplicar o dividir por dos. En este ejercicio de cálculo mental los alumnos descomponen los números en sus centenas, decenas, unidades... y proceden a obtener la mitad o el doble de cada una de ellas, que después adicionan.

A continuación reparte cajas de fósforos y fichas a los estudiantes. Dan comienzo una serie de juegos en los que se enseñará a los alumnos la modelización y la estrategia de ensayo-error. Deberán ir acercándose al resultado correcto deduciendo el camino de los errores previos. Como les explica el profesor antes de arrancar con el ejercicio, "ustedes van a descubrir algo como si fueran detectives".

El ejercicio es una transposición al formato de juego detectivesco, que en su momento le llevará a las ecuaciones de primer grado. Lo que sería una mera formulación matemática aquí cobra vida, pues los alumnos deben deducir cuántas fichas deben ir en cada una de las cajitas de fósforos. El docente les anticipa que existe otra forma más efectiva de resolver esta clase de problemas, aunque hoy no se adentrarán en ella: "Más adelante aprenderemos una estrategia más efectiva y más rápida, las ecuaciones de primer grado". La metodología pedagógica consigue sus efectos, los chicos se involucran con entusiasmo en la propuesta y asimilan los conceptos matemáticas que anidan tras el juego.

A José Vidal, la puesta en práctica de estas nuevas estrategias para impartir su asignatura también le han supuesto un reto como profesor. Son unas herramientas exigentes que también piden del docente una adaptación.

"Yo creo en la educación como algo fundamental para las personas. Pero el ejercicio de esta profesión es muy complicado y de extrema responsabilidad. Nadie te enseña a dar clase, y considero que los conocimientos no son lo más importante. Luego te tienes que plantar en una clase con 30 adolescentes", finaliza.

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