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Salud

El sueño, gran olvidado de la salud

Más de un tercio de los adultos tienen dificultades para dormir

El sueño, gran olvidado de la salud

Dormir, algo que toda la población del mundo hace durante cerca de un tercio de su vida, día tras día. Pero mientras la mayoría se acuesta cada noche con la certeza de unas horas de descanso y relajación, millones lo hacen sin esa seguridad, con dudas de si la noche será una de descanso o, por el contrario, de estrés y desesperación. En el Día Internacional del Sueño, expertos canarios coinciden en que en la sociedad se le da muy poca importancia a dormir bien.

Pedro Pérez, neurofisiólogo de la Unidad del Sueño del Hospital Universitario de Canarias (HUC), cree que los pacientes le dan muy poca importancia al sueño, y que incluso aquellos con patologías más graves tardan demasiado en acudir a los servicios clínicos. "Cuando lo hacen ya es tarde y cuesta más tratarlo", explica. Recalca, además, que "a partir de cierta edad" se le quita tiempo al sueño para hacer otras actividades, lo cual contribuye a un progresivo deterioro de la salud. Reconoce también que por parte de los propios médicos en ocasiones "no se valora lo que el paciente se queja", lo cual complica el diagnóstico.

De manera similar se manifiesta Alicia Pérez, neumóloga de la Unidad del Sueño del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria (Hunsc), quien hace hincapié en que se duerme, o se debe dormir, durante un tercio de la vida, y que por ello se debe cuidar la salud del sueño. "La mayoría piensa que dormir es una pérdida de tiempo, sobre todo la gente joven, pero durante el sueño se producen procesos de reparación del sistema nervioso, se segregan hormonas, como la del crecimiento en los niños", que si no descansan bien suelen tener problemas", explica . Otros procesos durante el sueño también pueden verse perjudicados por una mala calidad del mismo, como el control de la tensión arterial o la diabetes.

Que una neumóloga como Alicia Pérez trabaje en una Unidad del Sueño se debe a que la mayoría de pacientes que acuden al médico por problemas a la hora de dormir o por no mantenerse despiertos durante el día accidentalmente deben sus dificultades a problemas respiratorios. El diagnóstico más común es que se trate de algún tipo de apnea, que afecta a cerca de un cuarto de la población adulta, según cifras de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica.

El tipo más conocido y más grave de apnea es el Síndrome de Apnea Hipopnea del Sueño, que interrumpe la respiración durante algunos segundos de manera recurrente a lo largo de toda la noche, lo que provoca que el afectado nunca llegue a conciliar un sueño profundo. Esto puede llegar a causar somnolencia diurna excesiva, trastornos neuropsiquiátricos y cardiovasculares como arritmias, hipertensión o accidentes cardiovasculares como ictus. Alicia Pérez destaca también el incrementado riesgo de accidentabilidad, pues "el 30% de accidentes de tráfico se deben a somnolencias diurnas". Un dato que resulta alarmante cuando se toma en el contexto de que los accidentes en la carretera son una de las principales causas de defunción en España, y que más de un tercio de la población sufre algún trastorno del sueño, según el Instituto Nacional de Estadística.

La otra patología más común junto a la apnea se trata del insomnio, que Pedro Pérez expone que afecta a casi un 25% de los adultos y más del 10% de los niños. Otros problemas habituales son las diversas parasomnias que llevan al afectado a despertarse durante la noche en periodos breves, como el sonambulismo o el bruxismo nocturno, o el Síndrome de las piernas inquietas, que produce poderosos impulsos de caminar o moverse y que por tanto dificulta enormemente la conciliación del sueño, y cuyas causas se desconocen. También la narcolepsia, que produce somnolencia diurna, es frecuente.

El neurofisiólogo, que también desarrolla su labor en Hospital Parque, explica que en el HUC se intentan valorar "integralmente" las causas, que pueden ir desde enfermedades como la mencionada narcolepsia hasta malos hábitos, como usar el móvil hasta justo antes de dormir, llevar una mala alimentación o simplemente no dormir lo suficiente. El facultativo subraya que en la medida de lo posible intentan utilizar métodos de terapia y evitar los tratamientos farmacológicos, pues en general "ofrecen soluciones a corto plazo, pero a largo plazo no tienen los resultados deseados", argumenta.

Presión nasal

En el caso de las apneas del sueño Alicia Pérez detalla que lo más habitual es el uso del aparato de presión positiva continua por vía nasal, CPAP por sus siglas en inglés. Se trata de un sistema que los pacientes de apnea usan mientras duermen y que mantiene la presión en las vías respiratorias constante, evitando así que se cierren y asegurando por tanto que el flujo de aire no sea interrumpido. El CPAP "ha demostrado mejorar la calidad del sueño y disminuir el riesgo cardiovascular", indica.

Los dos especialistas coinciden en que cualquier cosa que impida tener un sueño reparador "puede destrozar la calidad de vida". La neumóloga además señala que las personas con problemas del sueño que no se tratan "tienen tres veces más posibilidades" de fallecer por causas no naturales. "Un paciente que duerme bien tiene mejor rendimiento en su día a día y menos problemas de ansiedad, depresión y comportamiento", concluye.

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