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Ciencia

Proteínas, factor de doble sentido

Una dieta rica en prótidos puede ser protectora para quienes ya padecen una dolencia inflamatoria pero perjudicial para quienes tienen predisposición al cáncer colorrectal

Un paciente, en una sesión de quimioterapia. RICARDO SOLÍS

Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) han descubierto que la cantidad de proteínas en la dieta puede ser un factor importante en la prevención del cáncer colorrectal en distintos grupos de riesgo, actuando en un doble sentido. Por una parte, quienes ya padecen una enfermedad inflamatoria intestinal podrían beneficiarse de una dieta rica en proteínas. Por el contrario, un bajo consumo de proteínas puede ser lo mejor para aquellos que presentan una predisposición genética a sufrir cáncer de colon.

Además, el trabajo revela por qué un determinado tipo de fármacos empleados contra el cáncer colorrectal, los inhibidores de mTORC1, son prácticamente inefectivos en algunos pacientes, lo que "abre vías para optimizar y personalizar los tratamientos", escriben los investigadores en la revista Cell Metabolism.

Los investigadores generaron ratones modificados genéticamente para entender la función de este sensor y corroboraron los resultados con muestras humanas de inflamación intestinal (derivados de enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa) y cáncer colorrectal. Así, corroboraron que algunos tratamientos contra este cáncer actúan sobre mTORC1 inhibiendo su actividad, pero en la clínica se observa que en ciertos pacientes, los inhibidores de mTORC1 son prácticamente inefectivos.

El trabajo muestra que la inactivación de mTORC1 solo puede ser beneficiosa en este tipo de cáncer que tienen una base genética importante, en concreto en aquellos pacientes que presentan mutaciones en un gen llamado APC, que representan menos del 5% del total. Este estudio también da información sobre el resto de cánceres colorrectales, que engloban a la inmensa mayoría y que se desarrollan en personas con inflamación intestinal y sin mutaciones hereditarias en APC.

Según el oncólogo Carlos Romero Reinosa, el cáncer colorrectal es en términos absolutos la segunda enfermedad neoplásica más prevalente en ambos sexos. "De hecho, es la segunda en incidencia en varones detrás del de próstata y el segundo en mujeres tras el de mama", explica.

Aunque se desconoce la causa exacta que lo provoca, todo apunta a que hábitos como una alimentación inadecuada, la falta de ejercicio físico, fumar y consumir alcohol pueden afectar el sistema digestivo y desencadenar dolencias inflamatorias y cáncer colorrectal.

"Se sabe que las dietas ricas en grasas y pobres en frutas y verduras frescas aumentan el riesgo de desarrollar este topo de cáncer y que enfermedades previas, como la presencia de pólipos vellosos y dolencias inflamatorias como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, también pueden predisponer a padecer esta e enfermedad", explica el médico, que añade que solo el 25% de los cánceres colorrectales tienen un componente genético y un 10%, hereditario.

Se da mayoritariamente en personas mayores, a partir de los 70 años, aunque cada vez se está detectando más en personas de 50 años o menos. "Esto es así también porque cada vez hay mejores métodos diagnósticos y los programas de cribado a partir de los 50 también hacen que detectemos antes la enfermedad, lo que también mejora su pronóstico", explica el especialista, que recomienda acudir al médico ante la aparición "de cualquier signo sospechoso," como sangre en las heces o alteraciones en el hábito intestinal.

"En todas las enfermedades la detectión precoz es importante, pero en esta incluso más. Si se detecta de forma temprana, los porcentajes de curación son muy altos", añade el especialista.

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