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Entrevista | Ignacio Urquizu

"La gente corriente es la que ha sacado España adelante"

"Los españoles medios son gente moderada, más cercana a la izquierda que a la derecha", manifiesta el sociólogo

Ignacio Urquizu. JOSÉ PUCHÉ

¿Por responder a la pregunta del título y en pocas palabras, ¿cómo somos los españoles?

La mayoría tiene entre 35 y 50 años, vive en ciudades intermedias, gana entre 900 y 1.200 euros al mes, tiene una formación media baja y trabaja principalmente en el sector servicios, con una categoría de trabajador cualificado. Esto es la gente corriente, la que cuando sales a la calle ves en los bares, en todos los sitios.

¿Somos quizás demasiado corrientes los españoles?

Bueno. Cada contexto es el que es y el estudio es de este momento. Hace 40 años la sociedad era distinta, y dentro de 40 también lo será. ¿Somos mejores que hace 40 años? Sí, tenemos más formación, hemos mejorado el salario medio...

Por tanto, dentro de 40 años estaremos mejor.

Pues sí, la gente tendrá más formación, otras habilidades... Si la comparación es al futuro, somos peores que dentro de 40 años.

Las cuartas elecciones generales

En la última encuesta del CIS se ve que dentro de la franja más moderada, la de gente corriente, la abstención declarada es de ocho puntos más que hace cuatro meses. Y hay otro indicador llamativo: que más del 50% de los encuestados creen que los políticos son el principal problema del país. Así que la crisis política no sólo no ha disminuido, sino que ha aumentado.

"El hombre medio en España ha sido siempre un dique de contención de los extremismos". Lo pone la introducción de su libro.

Es que la gente corriente en algunos países se pone como el actor principal que ha propiciado victorias como la de Donald Trump, el triunfo del brexit o el ascenso del Frente Nacional en Francia. Se asocia esta categoría de ciudadanos a comportamientos extremistas o que quieren soluciones más rompedoras. Y en España no es así: los españoles medios son gente moderada, más cercana a la izquierda que a la derecha y que vota mayoritariamente al PSOE. Cuando comencé a escribir el libro una de las inquietudes era que si lo que había pasado en Estados Unidos o Europa podría pasar aquí y aupar a la extrema derecha. Yo vaticiné que no. Nosotros somos moderados, con posiciones más templadas.

Usted es juez y parte. Pues aparte de sociólogo ejerce de alcalde en Alcañiz. ¿Le ayuda la profesión para entender mejor a sus vecinos?

La política consiste en hacerse cargo del estado de ánimo de la gente, una definición que en su día usó Felipe González. Me es útil;la sociología lo que me aporta es saber que cada vez que tomas una decisión tienes que tener en cuenta a la sociedad. No significa hacer lo que la gente quiere, sino que es algo distinto: saber la opinión de la gente para estar preparado cuando hay que tomar decisiones difíciles.

Usted gobierna gracias a Ciudadanos e IU, dos formaciones en polos opuestos. Todo un ejemplo de lo que no se ha sabido hacer a nivel nacional.

En las ciudades pequeñas siempre importa mucho el factor personal. Cuando estás seguro de lo que piensas, no tienes ningún problema en pactar con alguien que no piensa como tú, porque tus principios nunca se pondrán en cuestión. El acuerdo no tiene que ver con las convicciones ni las debilita, sino que las fortalece, porque demuestras gran seguridad al no tener ningún problema en llegar a acuerdos con gente distinta. A mi no me costó. Por mi formación, estudié los gobiernos de coalición en 24 democracias en los últimos 30 años y lo normal es que haya gobiernos de coalición: el 65% son así.

No somos dados a pactar en España, quizás.

Sí que somos, los hay a nivel municipal y autonómico. Han sido los líderes nacionales lo que no han pactado. El ciudadano está preparado para todo, otra cosa son los dirigentes nacionales, que no están habituados. En Aragón no se conoce otra cosa, en Cataluña... Es algo frecuente. Pero hay que ver si esta generación de dirigentes nacionales están preparados para pactar.

¿Hasta dónde debemos hacer caso a las encuestas? Se contradicen en muchas ocasiones sobre un mismo asunto.

Primero hay que mirar si está bien o mal hecha. Y luego pedirle lo que puede dar. Pero siempre se pide lo que no puede dar una encuesta: el futuro. No predicen. Pero sí hacen la fotografía del presente.

Teruel fue pionero en llamar la atención sobre la despoblación y alzar la voz desde la ahora llamada "España vacía". Como alcalde en la provincia, ¿qué receta cree eficaz para frenar el éxodo rural?

Es un asunto complejo porque depende de la gente, factor difícil de controlar. No hay una única receta. Me preocupa que se vincula despoblación con infraestructuras, y no es así. Hay más problemas añadidos. También me preocupa que al hablar de la España interior se da una imagen negativa, de que no hay nada. Y no es así. Lo primero que tenemos que hacer los que vivimos en ella es hablar bien de ella. Contar que aquí se puede vivir, se puede trabajar, hay ocio... Todo distinto, sí, pero ni mejor ni peor.

Usted habla constantemente de la gente corriente y en términos positivos, cuando hoy en día parece que hay obsesión por salirse de lo corriente, que se percibe como algo vulgar.

Es cierto que hoy en día la tendencia es hablar de lo excepcional, y se habla muy poco de la gente normal. Yo me siento orgulloso de venir de gente corriente, mis padres son gente corriente. Es el grupo que ha sacado adelante este país, que trabaja todos los días, que se esfuerza, que paga sus impuestos. La gente debe sentirse orgullosa de ser normal, de ese grupo que saca el día a día adelante, encima con muchas complicaciones.

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