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Entrevista | Luis Alberto Serrano

"El feminismo ha sido necesario, pero hoy en día hay que hablar de 'igualismo"

"Los Reyes Magos debían desaparecer ya en el primer capítulo para poder narrar la historia de sus mujeres", explica el celador, publicista y escritor

El publicista y escritor Luis Alberto Serrano, creador de la novela 'Las tres reinas'. ANDRÉS CRUZ

¿Qué lecturas o vivencias le han inspirado la invención de las esposas de los tres Reyes Magos?

He tomado como referencia El Alquimista de Paulo Coelho. Tiene el ritmo y la cadencia. Se cuenta una historia sin más, pero por el camino se aplica también mucha sabiduría. El que sepa leer entre líneas aprenderá mucho.

¿Hay constancia histórica de su existencia o son un producto puramente imaginario?

Puramente imaginario. Una de las razones para escribir la obra fue buscar unos personajes que no existieran. Comercialmente había que encontrar a alguien que tuviera un tirón. Barajé posibilidades como algún hijo oculto de un emperador hasta que un día se me ocurrió hablar de las esposas de los Reyes. A sus mujeres parece que las conocemos de siempre.

¿De dónde extrajo los nombres de estas reinas?

También han sido inventados, con una visión comercial de la gente que provenimos del campo de la publicidad.

Zelmis (esposa de Melchor), Ptomila (de Gaspar) y Kadina (de Baltasar) tienen perfiles más interesantes que los de sus esposos, ¿no cree?

Sí, al ser creados en la actualidad. Una ventaja al comenzar a escribir esta historia es que conocemos poco a los Reyes Magos, no tenemos su perfil, ni de dónde son ni por qué aparecieron, algo que yo he aprovechado para inventar en mi novela y decir que eran los representantes del Consejo de los Astros de la Biblioteca de Alejandría.

El caso es que mientras ellos seguían la estrella hasta el portal de Belén, las tres protagonistas, afrontaban responsabilidades de mucha enjundia...

Los Reyes no querían dejar a sus esposas atrás. Cuando les obligó el Consejo de los Astros ellos intentaron negociar que, al menos, se quedaran bien atendidas. De modo que al estar en ese tiempo a cargo del Consejo necesitaban un trabajo para verse entretenidas. No debían sentirse en una cárcel. La trama empieza cuando se les manda una tarea en un mundo de hombres y quieren firmar sus estudios con sus nombres de mujer que, en aquella época, carecían de credibilidad.

¿Ha formulado con este relato su propia tesis feminista?

Sí, es otro de los leitmotiv, el cambio del feminismo que en su momento fue necesario. Gracias a él ha habido muchos avances en España. Creo que ahora hay que crear un término más adaptado a los tiempos, el igualismo. El feminismo todavía nos parece a muchos hombres una lucha de la mujer por ser mejor que nosotros. Aún hay que modificar esas lacras. Creo que con igualismo los hombres también nos podemos incluir en esa lucha por la igualdad de género.

Pese a su advertencia de que todo es fabulación, no historia, parece creíble la superioridad intelectual de aquellas mujeres. En realidad, no está muy clara la razón de que sus esposos se dieran el atracón del viaje a lomos de camellos...

Sí estaba justificado el viaje porque ellos eran astrónomos que querían descifrar el enigma de las estrellas. A los 12 astrónomos del Consejo de los Astros hay una estrella que, en un momento dado, les está dando unas coordenadas en la Tierra. Era más importante para los tres reyes ver qué eran esas coordenadas que estar con sus parejas todo el tiempo. Melchor fue elegido para ir por su don de gentes y Baltasar porque al ser de la zona conocía a todas las tribus del territorio que iban a atravesar. Incluyo también en el relato la leyenda de un cuarto Rey Mago enviado, el joven Artabaín que aparece en Alejandría cuando los otros tres ya se han marchado y que era conocedor asimismo de las tribus de la zona.

El Consejo de los Astros de la legendaria Biblioteca de Alejandria, ¿tuvo una buena idea al separar a Melchor, Gaspar y Baltasar de sus mujeres para que estas estudiasen a sus anchas?

No estaban a sus anchas. Se negaron a que les impusieran un encierro. Se les aclaró que era para que pudiesen trabajar. Yo no quería en esta novela que ellas se fueran con los Reyes, quienes tenían que desaparecer en el capítulo uno para poder narrar la historia de sus mujeres. El hecho del encierro provoca, además, mucho juego, mucha lucha. Tienen que aprender a conocerse entre sí procediendo de tres generaciones diferentes.

¿Cuál de las tres le parece más atractiva: la astrónoma Zelmis, la relacionista Ptomila o la futura reina consorte de Nubia?

Zelmis y Ptomila son muy influyentes en sus ámbitos. Kadina tiene solo 19 años. Es la esposa más joven de Baltasar. Al dar con personas más adultas crece mucho durante la novela y focaliza lo que quiero que vaya aprendiendo el público. Sale de Nubia, en el bajo Egipto, con Baltasar, y viaja hasta llegar a Alejandría. Zelmis vivía en una sociedad guerrera del centro de Europa y parte de allí junto a Melchor para llegar a Alejandría. Ptomila y Gaspar ya viven en este lugar. Ella tiene un palacio y es nieta de Julio César y Cleopatra.

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