El 81,9% de los médicos de la provincia de Las Palmas aboga por la regulación legal de la eutanasia en el territorio nacional. Así lo pusieron de manifiesto ayer el presidente del Colegio de Médicos de Las Palmas, Pedro Cabrera, y el presidente de la Comisión de Bioética y Deontología del mismo órgano profesional, Esteban Pérez, durante la presentación de los resultados de una encuesta activada por la propia institución -el pasado mes de septiembre- con el fin de conocer la opinión de los colegiados sobre esta práctica y sobre el suicidio medicamente asistido -que cuenta con un 68,5% de colegiados a favor de su regulación-. Se trata de un asunto que ha suscitado numerosas controversias en el país, y que ha vuelto a marcar la actualidad, tras haber sido incluida la aprobación de la eutanasia en el preacuerdo de Gobierno firmado el pasado martes entre el PSOE y Unidas Podemos.

Siguiendo esta línea, y teniendo en cuenta el porcentaje anotado en el sondeo, el 68,5% de los que apuestan por regular la práctica sostiene su respuesta con firmeza, mientras que un 13,4% se muestra a favor, pero manifiesta algún tipo de inseguridad.

"Me sorprende, y no esperaba un número tan importante de colegiados, teniendo en cuenta el código de ética y deontología que está vigente a día de hoy. A veces, el pensamiento va por delante de las normas y de la ciencia", argumentó Esteban Pérez.

Según explicó el profesional, el universo de esta encuesta online -que fue realizada entre el 25 de septiembre y el 9 de octubre - lo han conformado los 5.728 especialistas colegiados de la citada provincia, mientras que la muestra representativa se ha traducido en 365. "El nivel de confianza ha sido de un 95% y el margen de error de un 5%", agregó. Asimismo, fueron ocho las preguntas formuladas, con opciones de respuestas múltiples, pero con la posibilidad de seleccionar solo una.

Debate social

Las conclusiones de la encuesta son claras. El 87% de los participantes estima que el debate sobre la eutanasia y el suicidio medicamente asistido debe resolverse en el ámbito social. Además, un 62% piensa que las razones principales por las que un individuo pide poner fin a su vida se centran en "perder su autonomía física completa y la libertad como persona".

Asimismo, el 58% considera que la eutanasia solo debería ser aplicada por un profesional médico. Cabe destacar también, que un 67% avala que la ley ampare a los especialistas para que tengan derecho a negarse, tanto a realizar la eutanasia como el suicidio medicamente asistido, si las prácticas atentan contra de su ideología personal o religiosa. Por último, un 58% garantiza que no solicitaría la objeción de conciencia, en el caso de que finalmente fuese aprobada la ley en España.

"Estos resultados reflejan la opinión de los médicos de la provincia de Las Palmas y en ningún caso es la del Colegio como institución", aclaró Pedro Cabrera. Para después detallar que han sido tres las razones que impulsaron al órgano profesional a realizar el sondeo.

"En primer lugar, hay que tener en cuenta que los médicos estamos presentes en el fallecimiento de nuestros pacientes, por lo que este momento forma parte de nuestra actividad laboral", garantizó. "Además", recordó, "está en la agenda política regular la eutanasia en nuestro país". Por último, puso en valor que la Comisión Nacional de Deontología del Consejo General de Médicos de España " está elaborando un nuevo código de ética y deontología médica en el que se va a tratar también la eutanasia".

Pero el responsable de la institución aprovechó la ocasión para hacer especial hincapié en la necesidad de comprender las diferencias entre las distintas prácticas que buscan evitar el sufrimiento de los pacientes al final de la vida. En este sentido, explicó que la eutanasia consiste en la "provocación intencionada" de la muerte de un paciente aquejado de una enfermedad avanzada -sin posibilidad de curación- o terminal, "a petición expresa de este", en un contexto médico. Mientras que el suicidio medicamente asistido es la ayuda médica para realizar un suicidio, "ante la solicitud de un enfermo", facilitándole los fármacos precisos para que el afectado pueda ejecutar la acción.

No obstante, el presidente del Colegio consideró necesario abordar además la definición de cuidados paliativos y de obstinación terapéutica. Los primeros se centran en un tratamiento que no modifica el curso de la patología, "pero que evita el sufrimiento al final de la vida, aunque pueda acortarla". La obstinación terapéutica, en cambio, se entiende como "la instauración de medidas desproporcionadas o extraordinarias, para evitar la muerte en un paciente tributario de tratamiento paliativo".

Lejos de querer posicionarse, Esteban Pérez aclaró que los médicos "defendemos una vida digna y de calidad". Y añadió que, "la eutanasia no es un impedimento para el desarrollo de cuidados paliativos excelentes".