El presidente del Gobierno canario, Ángel Víctor Torres, explicó la dimensión de la herida en primer lugar y, de esa manera, justificó el tipo de tirita a colocar. El crecimiento constante de los contagios de coronavirus en los últimos meses llevó al Ejecutivo a decretar ayer el aislamiento de Tenerife, mediante la prohibición de entradas y salidas, excepto por razones de fuerza mayor durante los próximos 15 días. Y, además, las autoridades recomiendan que no haya desplazamientos entre municipios. La respuesta de la administración regional ante la magnitud del problema en la Isla se concreta en una docena de propuestas, que suponen una vuelta de tuerca a las actuales restricciones y a la implantación de nuevas medidas. Y esto ocurre en algunas de las semanas del año en que se registran mayores niveles de movilidad entre municipios, más actividad comercial y una cifra más importantes de comidas y encuentros familiares.

Torres reconoció que las medidas adoptadas hasta ahora en Tenerife no han funcionado. Si en septiembre la media de casos diarios en la Isla fue de 90, en octubre llegó a 125, para escalar hasta los 150 en noviembre y hasta más de 180 en algunas ocasiones en lo que va de diciembre. Como ejemplo de la escalada imparable, Torres mencionó que hace tres días se llegó a 256 casos y ayer se rozaron los 250 de nuevo. La cifra de episodios nuevos se ha duplicado en el último mes. 

Entran en vigor el sábado

De forma paralela han aumentado las hospitalizaciones de pacientes, que se han acelerado de manera considerable desde finales de noviembre. Así lo refleja el informe elaborado por los epidemiólogos de Salud Pública del Ejecutivo autónomo en el que, en teoría, se ha basado el Consejo de Gobierno para adoptar las nuevas restricciones, que entrarán en vigor en la medianoche del viernes al sábado.

La incidencia acumulada en España en estos momentos en los últimos siete días ha sido de 88,60 contagios por 100.000 habitantes, mientras que en Tenerife se ha situado en 110,26, así como de 23,26 en Gran Canaria. Si se toman como referencia las dos últimas semanas, la incidencia acumulada en todo el país es de 193,65 y de casi 213 en Tenerife, por 45,58 en Gran Canaria.

La primera medida es la restricción de las entradas y salidas de Tenerife. La excepción a este aislamiento son acudir a centros sanitarios, para acudir al trabajo o a actividades profesionales, asistencia a centros educativos y universidades, retorno a la residencia habitual o familiar, asistencia a mayores y menores dependientes o discapacitados, cuidado de animales, desplazamientos para actividades financieras y de seguros, actuaciones requeridas o urgentes ante los órganos públicos, judiciales o notariales, renovación de permisos y documentación oficial, así como los trámites administrativos inaplazables, realización de exámenes o pruebas oficiales inaplazables, por causas de fuerza mayor o situación de necesidad o cualquier otra actividad de análoga naturaleza debidamente acreditada. También para las salidas y desplazamientos entre islas serán necesarios “test de antígenos u otros”, en el caso de los residentes canarios los costeará el Gobierno. 

El Ejecutivo recomienda evitar los desplazamientos entre municipios, para que haya la menor movilidad posible. El toque de queda, que ahora estaba fijado a las once de la noche, se adelanta a las diez y durará hasta las 6 de la mañana. La actividad en cafeterías, restaurantes o bares se suspende en el interior de los locales, pero se permite hacer comida para llevar. En las terrazas se permite un aforo del 50% y se podrán sentar solo personas convivientes. 

Centros comerciales

En los centros comerciales se reduce el aforo en un 33% por planta y la medida también se aplica al comercio minorista. La capacidad de los aparcamientos de los edificios comerciales también se queda a la mitad. Se suspende toda actividad deportiva en interior y en el exterior solo se autoriza si se hace de forma individual, excepto para los profesionales. Se suspende cualquier evento multitudinario (mercadillos, ferias, verbenas, entre otros), así como las salidas de los residentes de geriátricos y las visitas de sus familiares, salvo gravedad máxima. También quedan prohibidas las visitas a hospitales, salvo episodios de extrema gravedad, embarazadas y menores. El aforo de transporte público regular de viajeros se baja al 50% en tranvía y guaguas. Las comidas y cenas de los días 24, 25, 31 de diciembre y 1 de enero se reducen a seis personas y un máximo de dos unidades de convivencia (la familia de esa casa y otra más). 

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Torres recalcó la importancia de que “no nos hagamos trampas” en las comidas familiares, que las restricciones “no significan 10 personas por la mañana, otras tantas a mediodía, una decena por la tarde y diez más por la noche, sino las mismas seis todo el día. Advirtió de que, aunque llegue la vacuna, “tendremos que convivir con el coronavirus durante meses; y está en juego nuestra salud y la economía de nuestra tierra”.

No habrá limitaciones en el transporte aéreo y marítimo hacia o desde Tenerife. En el Consejo de Gobierno de ayer también se habló de aprobar ayudas a los pequeños empresarios, pero Torres no especificó cuáles. Y estas se sumarán a las del Gobierno estatal para ayudar a la hostelería, el comercio y el Turismo, que se prevén aprobar la próxima semana. El presidente aclaró que en Gran Canaria en agosto la pandemia creció en muy pocos días y bajó igual de rapido, a la vez que se concentró en algunos núcleos y distritos, pero en Tenerife ha habido un aumento sostenido durante meses y se ha extendido por toda la Isla.