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Sólo el 5% de las mujeres que sufren ciberviolencia presentan denuncias

La Consejería de Igualdad del Cabildo hace público un informe realizado por la ONG 'Opciónate'

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Sólo el 5% de las mujeres que viven en la isla y que sufren ciberviolencias machistas denuncian los hechos ante las autoridades. Una encuesta a 331 mujeres adultas sobre la existencia de ciberviolencia ha evidenciado que casi la totalidad de ellas reconocen haber sufrido este tipo de maltrato, un 98,8%, y que la mejor solución para evitarlo es la educación y la formación para saber cómo denunciarlo.

El estudio, llevado a cabo entre los meses de octubre y noviembre de 2021, fue presentado ayer por la consejera del área, Sara Ramírez y la responsable de la ONG Opciónate, Ana-Lydia Fernández, como un estudio pionero «porque es la primera vez que hablamos de este colectivo y no de jóvenes, que siempre han sido los elegidos para estos análisis».

 Las diversas formas de la ciberviolencia machista se canalizan por Whatsapp, Instagram y Twitter y sólo el 5 % de las víctimas las denuncia, bien por que no saben cómo, bien por creer que si lo hacen se les acabará culpabilizando. El trabajo, financiado por la Corporación Insular con un presupuesto de 20.000 euros, ha revelado la necesidad de visibilizar las formas que puede adoptar la violencia machista en internet y las vías para protegerse de ellas, de forma que su denuncia acabe con la detención del autor o autores.

Fernández explicó que «conocer bien las políticas de las redes sociales donde se tiene presencia para saber cuáles son los supuestos en los que se permite bloquear o denunciar al supuesto agresor, recopilar antes todas las pruebas que existan de los hechos que se pretenden imputar y asesorarse jurídicamente, bien de forma particular, en las oficinas municipales e insulares de atención a las víctimas de violencia machista o en la web del Instituto Nacional de Ciberseguridad, son algunas de las recomendaciones que hacemos a las mujeres ante estas situaciones».

En la exposición de este informe también destaca que al 80% de las mujeres encuestadas ven un alto riego en el uso y la participación en redes sociales, razón por la cual alrededor de un 20% de ellas se autocensuran ante el temor de ser atacadas por lo que exponen en las redes o se excluyen y salen de aquellas donde han sufrido algún tipo de violencia machista.

Ante este panorama, también se suma la necesidad de tomar medidas, si fuera posible a través de un mediador, para tratar de parar la situación que afecta a la víctima, quien ha de expresar claramente a su agresor que no quiere seguir recibiendo sus mensajes, ha apuntado la coordinadora de esta investigación, Ana Lidia Fernández, quien ha resaltado que, sin bloquear a esa persona, lo que impediría seguir recopilando pruebas de su actuación, existen vías para derivar sus agresiones a una carpeta sin tener que leerlas, lo que ahorra mucho sufrimiento a quien las recibe.

Concretamente, el informe de la investigación llevada a cabo en Gran Canaria detecta una casuística muy diversa que va más allá del entorno conyugal, es decir, que las participantes han revelado haber sufrido ciberviolencia machista no solo por parte de parejas o exparejas, sino de personas desconocidas y también de compañeros de trabajo, lo que ha supuesto un doble impacto, ya que han tenido que soportar a la vez los perjuicios de un acoso telemático y el miedo de la cercanía física de su agresor, que encima se ha comportado como si nada pasara.

Junto a estos perfiles, Ana-Lydia Fernández también ha aludido a la existencia de los «troleos machistas organizados por empresas contra mujeres conocidas».

Sin embargo, el 50 % sí ha sufrido al menos una ciberviolencia machista de carácter sexual, el 16 % dice conocerla de primera mano y el 66 % refiere haber sido objeto de ella por parte de su pareja o expareja.

La mitad de las participantes en esta encuesta ha reseñado que estas experiencias han impactado en su salud generándoles ansiedad, sentimiento de culpabilidad, baja autoestima y hasta problemas para conciliar el sueño.

El 55 % de las víctimas de violencia machista en la red ha terminado por bloquear o dejar de seguir a la persona que la agredía y el 19 % optó por no actuar.

Ante el desconocimiento que existe sobre este fenómeno, esta investigación propone incrementar la educación a todos los niveles, «desde infantil», sobre las formas que puede adoptar la violencia contra la mujer, ya que muchas víctimas «sienten sus efectos pero no identifican lo que les está ocurriendo».

De la misma manera, insta a mejorar las políticas de las empresas del sector de las tecnologías de la información y la comunicación para que no permitan que se viertan en ellas contenidos que puedan vulnerar la legalidad, un ámbito este, el legal, que Fernández ha estimado que hay que actualizar a nivel nacional porque «aún no reconoce todo los tipos de delitos encuadrados en las ciberviolencias machistas». Además, agregó que no existe perfil específico del agresor.

La consejera de Igualdad, Sara Ramírez, ha destacado que diagnósticos y «fotografías» como esta permiten a la corporación seguir especializándose en su atención y ayuda a las víctimas de violencias como la sexual, la de género, la que sufren las mujeres con adicciones o la digital, para continuar promoviendo propuestas.

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