Salud

La figura de la baja menstrual tiene que ir acompañada de un diagnóstico certero

El Ministerio de Igualdad contempla esta medida en su modificación de la ley del aborto

Alicia Martín.

Alicia Martín.

La decisión del Ministerio de Igualdad de Irene Montero de reformar la ley del aborto e incluir la figura de una baja laboral para mujeres que sufren reglas dolorosas, ha abierto un debate entre ciudadanos y expertos que está muy lejos de cerrarse.

Lo que si parece quedar claro es que hay mujeres que padecen ciertas patologías que se agravan durante la menstruación y que sufren situaciones que las invalidan para llevar a cabo sus tareas normales durante algunos días al mes, pensamiento mayoritario entre los médicos y un sector , de perspectiva más social, que consideran que hasta ahora no se ha hablado de salud menstrual porque vivimos en una sociedad marcada por el patriarcado.

La vicepresidenta de la Sociedad Canaria de Ginecología y Obstetricia, Alicia Martín asegura que «no hay datos objetivos sobre cuántas mujeres sufren algún dolor invalidante durante la menstruación y las que no; pero también es verdad que tratamos pacientes con dolencias muy reales, relacionadas con  la regla, y que son realmente invalidantes para que una mujer haga su día a día con normalidad».

Por esta razón, la doctora Martín cree necesario, «que exista un control muy exhaustivo a la hora de adoptar este tipo de medidas, como una baja médica , porque una legislación clara, que permita una aplicación justa de la medida para que no provoque otro tipo de discriminación, queriendo eliminar una, terminemos sumando otra».

Una postura muy parecida ha sido hecha pública ayer por el presidente de la Sociedad Española de Ginecología, Txanton Martínez-Astorquiza, que manifestó que «cuando la regla duele, duele de verdad y para muchas mujeres es incapacitante».

Este profesional de la medicina también demanda un diagnóstico asociado, dado que la mayoría de las veces «los ginecólogos no encontramos el motivo del dolor, pero eso no significa que no duela».

Frente a este enfoque científico hay otros matices sobre los que incide la directora del Instituto Canario de Igualdad, Kika Fumero, para quien este debate sobre la baja menstrual tiene mucho que ver con el hecho de que la salud de las mujeres en este ámbito «se esconde porque vivimos bajo el patriarcado y este tema nunca le ha afectado».

«Un mundo hecho por hombres con un imaginario de hombres donde la salud menstrual nunca se les ha pasado por la cabeza», continúa explicando Fumero.

«Somos el 52% de la población pero estamos discriminadas en tanto ámbitos que éste es uno más, la salud integral y específica de las mujeres, no les interesa en absoluto», señala.

«Pero también hay que tener muy clara algunas cosas, la primera, que la menstruación no es una enfermedad, ojo con eso, porque ya venimos de siglos donde nos decían que cortábamos la mahonesa, que estropeábamos el vino; Venimos de ahí, pero es verdad que hay muchas mujeres que en su ciclo natural de la vida, que este proceso hormonal tienen muchas dificultades, muchos dolores, por una discriminación, lo llevamos como un tabú, es transgresor hablar de nuestra intimidad. Es algo que hemos llevado en silencio, se trata de salud menstrual y hay que ponerla sobre la mesa».

«Eso no significa que vayas al médico a pedir la baja», asegura la responsable política, «confiamos en la competencia del personal médico y tienen que ser ellos los que pongan su conocimiento al servicio de estas mujeres y las ayuden».

«La incomodidad de una regla se soluciona como se arreglan otras indisposiciones que te puedan pasar y que con una pastilla mejoras. Para eso no se necesita una baja laboral», asegura.

«Hay que tener especial atención y ser muy escrupulosas porque podemos ir contra nosotras mismas, mucha cuidado con llegar a la conclusión de que baja por salud menstrual equivale a menstruación y por tanto a enfermedad. Mucho cuidado con eso», señala Fumero.

La directora del ICI asegura que «en la Salud con mayúscula se debe aplicar una perspectiva de género; en todos los ensayos médicos la mujer nunca ha estado. Se debe aplicar la perspectiva de género en todo lo que representa la Salud con mayúscula».

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