De llegar a ocurrir, la séptima ola de coronavirus será «como un pico de la gripe estacional» y todo ello es gracias a la acción de las vacunas. Así lo resaltó el epidemiólogo Amós García Rojas, que recordó, minutos antes de inaugurar las XXI Jornadas sobre Vacunas y Salud Pública que pese a ello, es necesario «mantener la tensión» para evitar «que la incidencia acumulada se descontrole» porque las medidas restrictivas –que se eliminaron hace una semana en las Islas– «son reversibles».

La primera sesión de esta jornada organizada por el Servicio Canario de Salud (SCS), bajo la premisa de que el mundo se está enfrentando a una nueva etapa de la pandemia, puso de relieve la labor social de las vacunas contra el coronavirus, que han sido las que han permitido afrontar a las sociedad la vuelta a la normalidad con menores daños colaterales. El objetivo de estas jornadas es reflexionar sobre el abordaje de la pandemia desde distintos puntos de vista más allá del sanitario, como son el de la comunicación o el de la cultura.

Son las vacunas y su eficacia las que han permitido llegar a un punto de la pandemia nuevo. «El escenario ha cambiado y la cara terrible de la pandemia se ha modificado», resaltó García Rojas. Una reflexión con la que coincidió el consejero de Sanidad, Blas Trujillo, quien destacó que «la vacuna ha supuesto la vuelta a la vida». En este sentido, el consejero destacó la importancia de llevar a cabo estas jornadas en un momento en el que la pandemia ha cambiado el rumbo, dado que permitirá «evaluar» las circunstancias que han imperado en términos sanitarios en Canarias durante los últimos dos años.

No ha sido fácil para el país afrontar un reto mundial de tal calibre como ha sido la vacunación frente a la covid. Se ha tenido que realizar un trabajo desde varios estamentos sanitarios que han influido en acortar los tiempos habituales para disponer de una protección vacunal, hasta establecer una estrategia común que permitiera a todos los países de la Unión Europea y a las comunidades autónomas acceder de manera equitativa a este recurso. En este sentido, Agustín Portela Moreiras, de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), destacó que la colaboración internacional de todas las agencias reguladoras permitió acortar los tiempos en los que disponer de una protección efectiva. Concretamente, de los 227 días de media que se tarda en autorizar una vacuna, con las de covid se pudo disponer de ellas hasta en 76 días, como es en el caso de la de Pfizer o 121 días, en el caso del suero de AstraZeneca.

Esto se logró gracias a una rápida respuesta internacional que empezó a consolidarse cuando «apenas estaba llegando el virus a España», en marzo de 2020, como destacó Portela. «Nos reunimos para concretar qué tipo de datos íbamos a exigir a las farmacéuticas», explicó Portela durante su ponencia. Fue en ese momento en el que se dieron cuenta de que podían empezar muchos desarrollos directamente en la fase 1, sin necesidad de pasar por la autorización preclínica. Cuando las vacunas ya estaban cerca de ser una realidad, España se puso manos a la obra para crear una Comisión de Vacunación responsable de crear las estrategias «basándonos en las evidencias que había en ese momento», resaltó Aurora Limia, jefa del área de vacunación y subdirectora de Promoción de la Salud y Prevención del Ministerio de Sanidad. En la redacción inicial, por tanto, imperaba un contexto de incertidumbre que ha sido revisada en varias ocasiones durante el último año y medio para dar cabida a las novedades científicas conocidas en relación a las vacunas, así como la disponibilidad de este recurso de protección.

«Gracias a las vacunas hemos eliminado la cara terrible de la pandemia»

Amós García - Jefe de Epidemiología

Pero no solo estos aspectos han sido claves a la hora de desarrollar las políticas vacunales en el país. Vicente Bellver Capella, miembro del comité de bioética de España, parte de los retos a los que se enfrentaron los miembros del gobierno y los técnicos de Salud Pública durante este tiempo fueron éticos. Ya durante la pandemia tuvieron que hacer frente a algunos de ellos, como «a quién tratar en caso de falta de medios o si se podía obligar a los sanitarios a hacer su labor cuando no tenían recursos ni para protegerse a ellos mismos», como destacó Bellver. Cuando llegaron las vacunas, los debates éticos se centraron en cómo priorizar la distribución de las vacunas, si el suero debería ser o no obligatorias, ordenar la vacunación infantil y que responsabilidad y papel ha tenido España en la vacunación universal de todo el planeta.

García Rojas reflexionó sobre cómo Canarias tuvo que afrontar la pandemia, recordando que fueron las Islas las primeras en enfrentarse a los casos de coronavirus, mucho antes que el resto de España. Admitió que en un primer momento, el abordaje de la enfermedad que había surgido en la ciudad china de Wuhan se hizo con cierta «superioridad y egocentrismo» que, como insistió « es un problema típico de los países en vías de desarrollo». El primer caso de coronavirus al que se enfrentó Canarias, que ocurrió en La Gomera, se gestionó, a ojos del jefe de epidemiología «de una manera implecable» evitando que de ese primer contagio detectado pudieran surgir casos secundarios. Pero la pandemia no tardó mucho más en expandirse y sorprendió a Canarias con un sistema sanitario «muy debilitado» debido a una «política de recortes» que comenzó en 2008 y que afectó especialmente a Salud Pública y Atención Primaria, dos elementos clave que han resultado ser claves para afrontar la pandemia.

«Es necesario establecer procedimientos de colaboración claros entre autonomías»

Aurora Limia - Jefa del área de vacunación

No solo estuvo Canarias afectada por esta debilidad del sistema sanitario, también ocurrió en el resto de las comunidades autónomas. «Tenemos todos muy claro que hay una necesidad de fortalecer la Salud Pública, porque tiene muy pocos recursos en nuestro país», detalló Limia. Sus conclusiones fueron refutadas por José Martínez Olmos, exsecretario de Estado de Sanidad quien recordó que hace años se solicitó dotar a España de un organismo de Salud Pública que pudiera organizar todas las comunidades autónomas, pero nunca se aprobó. Con esta pandemia se ha puesto de relieve la necesidad de que las comunidades tengan una respuesta conjunta hacia algunos problemas de la sanidad. «La insuficiencia de una respuesta única es, probablemente, uno de los motivos por los que han aumentado las pólizas de seguro privado», resaltó Olmos.

«Para conseguir la equidad, la solución no puede ser que cada uno lo haga como pueda». Así lo manifestó José Martínez Olmos, que también es conocido por haber sido el ejecutor de todas las intervenciones de Salud Pública durante la pandemia de la gripe aviar. En este sentido, la covid ha permitido establecer, como nunca antes, un liderazgo para los sistemas de salud de toda España, que hasta el momento han quedado al albur de las decisiones que tomaban los distintos gobiernos autonómicos.

Su buen funcionamiento durante este tiempo ha mostrado, según los expertos, que es necesario mantener esa estrecha colaboración entre comunidades bajo el paraguas de una institución, como lo ha sido el Ministerio de Sanidad, para poder mejorar las prestaciones públicas así como empoderar al servicio para enfrentar una crisis sanitaria futura semejante a la covid.

Nuevas pandemias

Los expertos insistieron en que la pandemia no un hecho aislado que difícilmente se repetirá. «Hay factores ecológicos que nos indican esta posibilidad», resaltó el epidemiólogo Amós García Rojas. El experto insistió en que la salud ambiental, animal y humana están en equilibrio y hoy en día hay factores que pueden ir en contra de él. Hizo referencia así al calentamiento global -que está provocando daños irreversibles en el planeta-, a la pobreza y la consecuente brecha que es cada vez mayor entre países ricos y pobres; así como la estrecha relación que existe entre el hombre y los animales. «No debemos olvidar que la pandemia fue concebida como una zoonosis, y la interacción que tenemos con los animales está muy vinculada al proceso que hemos vivido», remarcó. El epidemiólogo insistió en que la pandemia ha mostrado que «con enfermedades transmisibles nunca podemos bajar la guardia» . | V.P.