Canarias ha ganado a 25 jóvenes científicos de excelencia que empezarán a desarrollar sus investigaciones en los centros de investigación de las Islas a partir del año que viene. Los jóvenes se han enfrentado a un proceso selectivo estatal muy competitivo con el que han conseguido uno de los contratos postdoctorales de excelencia Ramón y Cajal o Juan de la Cierva, que premian los mejores currículos de España. Con estas dos ayudas estatales, Canarias recibirá cuatro millones de euros con los que gestionar la contratación de estos nuevos investigadores durante el próximo lustro.
Aunque las dos modalidades de contrato son distintas –una está destinada a investigadores postdoctorales senior y la otra a junior–, ambas resultan un aliciente para los científicos más jóvenes y un caramelo para los centros de investigación. Estas convocatorias, además de estar mejor dotadas económicamente (oscilan entre los 32.000 y los 40.000 euros anuales), garantizan el desarrollo de su carrera científica en el Archipiélago, por lo que, de forma paralela, permite a los centros de las Islas retener los mejores currículums científicos de España a un precio menor durante varios años.
Canarias contará este año con 15 nuevos investigadores Ramón y Cajal que permanecerán durante un máximo de cinco años desarrollando su línea de investigación en un centro canario. «Son los mejores contratos que se financian en España», destaca el vicerrector de investigación de la Universidad de La Laguna (ULL), Ernesto Pereda. Y es que este contrato nacional –con posibilidad de concurrencia internacional– sirve como certificación de la calidad científica de los investigadores. «Quienes lo consiguen tienen un currículum equiparable al de un científico titular, pero como ha habido problemas con las tasas de reposición, tienen más dificultades para acceder», manifiesta Juan Ignacio Padrón, director del Instituto de Productos Naturales y Agrobiología (IPNA-CSIC), que insiste: «son el futuro de la ciencia de las Islas». También lo destaca la vicerrectora de investigación de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), Marisol Izquierdo, quien remarca que captar estos contratos es de «extrema importancia» para «preparar un relevo generacional» que no merme la competitividad de los centros.
Pero además, en el último año la Ley de Ciencia favorece la incorporación definitiva de estos investigadores a los centros. Esto se refleja en uno de los requisitos del contrato que abre la posibilidad de que, tras tres años de contrato, el investigador pueda evaluar su actividad para conseguir un certificado R3. Esto, por un lado, les permite incrementar su salario pero también ayuda a los centros a crear plazas para ellos.
«En las ofertas de empleo tenemos un porcentaje de plazas reservadas a investigadores con certificado R3, con lo que podemos incorporarlos más fácilmente a la universidad cuando se les agote el contrato», explica Pereda. Esto último es indispensable para poder garantizar la agilidad en el relevo generacional.
Siete de ellos comenzarán su andadura en la ULL, dos ULPGC, dos en el IPNA-CSIC y cuatro en el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC). En total, el Ministerio de Ciencia destinará un máximo de 3,5 millones de euros a la contratación de estos investigadores jóvenes durante los próximos 5 años. Es decir, Canarias ha captado un 2,2% de los fondos destinados a esta convocatoria a nivel nacional, dotada con 152,9 millones de euros.
Con respecto a los Juan de la Cierva, serán una decena de jóvenes científicos los que se incorporen a centros de I+D del Archipiélago. En concreto, cuatro comenzarán su contrato en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), tres lo harán a través de la Fundación Canaria Instituto de Investigación Sanitaria de Canarias (FIISC) y se incorporarán a alguno de los hospitales de las Islas, dos en el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y uno en la Universidad de La Laguna (ULL).
Estos últimos son contratos destinados a facilitar los primeros pasos de los investigadores dentro de la investigación tras acabar el doctorado. «Es algo menos exigente y tiene el requisito de que el investigador no puede haber recibido otro contrato en la universidad en la que desarrollará el Juan de la Cierva», explica Pereda. Además, el máximo de la duración del contrato es de dos años, por lo que, posteriormente, tendrá que centrarse en buscar otros programas que le permitan acabar su etapa postdoctoral.
Canarias ha captado a través de esta convocatoria medio millón de euros (648.000 euros) que se dedicarán a pagar el sueldo y la seguridad social de estos investigadores. Esto supone el 2% del presupuesto total que la Agencia Estatal de Investigación (AEI) destina a los Juan de la Cierva, que asciende a 31,1 millones de euros, y de los 481 contratos que se han formalizado en toda España.
Pereda valora el «incremento» de investigadores con contratos de excelencia que han tenido este año, especialmente notable en los Ramón y Cajal. En el mismo sentido se ha manifestado Padrón, quien afirma no recordar «tantos investigadores de este tipo a la vez en el centro». Izquierdo afirma que en los últimos años han aumentado un 40% los contratos de este tipo en la ULPGC. Pero ni ella ni Pereda se muestran del todo conformes con los datos. «Queremos atraer a más investigadores, nuestro objetivo es conseguir una promoción de 40 o 45 contratados», explica. A día de hoy son unos 25. «Es muy importante seguir incrementando en número estos investigadores», sentencia Izquierdo.
