Canarias, tres décadas de jornada continua en sus centros públicos

La Comunidad Autónoma fue precursora del horario intensivo en los colegios,

un sistema al que ya se ha sumado la práctica totalidad del territorio español

Un padre y su hija acceden a un centro escolar de las Islas. | | CARSTEN W. LAURITSEN

Un padre y su hija acceden a un centro escolar de las Islas. | | CARSTEN W. LAURITSEN / Patricia Ginovés

Patricia Ginovés

Patricia Ginovés

Fue en la década de 1990 cuando Canarias decidió introducir la jornada intensiva para alumnos y profesores en los centros educativos públicos de la comunidad autónoma. Se convirtió así en un territorio pionero, que con el paso del tiempo ha ido exportando este sistema al resto del país donde, no obstante, se han generado diferentes debates, sobre todo del lado de las familias, y su implantación no está del todo clara en algunas ciudades. La falta de colegios necesarios para atender a todo el alumnado fue la razón de este cambio en el Archipiélago; sin embargo, otras comunidades la han introducido para contar con tardes libres o en las que ofertar actividades para los menores.

A pesar de ser pionera, en Canarias aún existen centros en los niveles de Infantil y Primaria que mantienen la jornada partida, en el caso de colegios concertados o privados. No obstante, todos los colegios públicos de Canarias, Extremadura, Castilla-La Mancha, Murcia y La Rioja cuentan con jornada intensiva en la actualidad, mientras que Baleares, Cantabria, Castilla y León, Asturias, Aragón, Andalucía, Galicia y Navarra también cuentan con ella, y Madrid y la Comunidad Valenciana, en menor medida. Por el contrario, el porcentaje de centros con este sistema en Cataluña y País Vasco es hoy en día anecdótico.

El catedrático de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de La Laguna, Amador Guarro Pallás, hace hincapié en la necesidad de establecer metodologías educativas idóneas para el alumnado, más allá de una jornada partida o intensiva. «Lo más sensato es establecer cuál es la mejor forma de que los alumnos mantengan su atención en clase, porque está claro que con una metodología expositiva eso es imposible».

En este debate, el experto destaca que, a pesar de que se está exportando la jornada intensiva canaria al resto del Estado, «lo ideal hubiera sido hacerlo con el sistema que se gestó en la década de los 90»: jornada intensiva para el profesorado y partida para el alumnado. Por eso defiende un «pacto para la reorganización de la jornada, para mejorar la que tenemos, que en la actualidad perjudica enormemente al alumnado más desfavorecido». Avanza que el futuro trae aparejada una evolución del sistema puesto que «la revolución tecnológica hará caer las fronteras del tiempo y el espacio, y la jornada, sea la que sea, terminará desdibujándose».

Más allá del debate entre el tipo de horarios, la presidenta del Consejo Escolar de Canarias, Natalia Álvarez, indica que lo importante es brindar siempre el apoyo al alumnado más vulnerable, para que sea atendido de manera correcta. «Tras más de 30 años de historia de este sistema, la jornada intensiva se ha normalizado en el aspecto socioeducativo, de manera que entendemos que las familias ya están organizadas de este modo, pero no dejamos de solicitar a ayuntamientos, a diferentes entidades y a los propios centros educativos que complementen las clases con actividades que favorezcan la conciliación y complementen la formación de los menores», relata la presidenta.

Hasta el momento, Álvarez indica que existe una estructura socioeducativa normalizada en las Islas y «no detectamos ninguna demanda de cambio» pero insiste en la necesidad de realizar «una llamada de atención» tras la publicación de su Informe sobre la realidad educativa de Canarias 2022 centrado en las políticas para la igualdad de oportunidades y la equidad educativa porque «los centros necesitan el apoyo de las administraciones para poder permanecer abiertos más allá del horario estrictamente escolar».

En este sentido recuerda que el trabajo en los centros educativos va más allá de lo meramente educativo, ya que juegan un papel social. Por eso resalta que «la conciliación familiar no debe recaer solo en la escuela, sino que se debe implicar también a las empresas para que revisen sus horarios y estos sean compatibles con la jornada continua de los centros».

La presidenta de la Confederación de Ampas de Canarias, Grimanesa González, explica que «una administración pública realmente comprometida con la educación establecerá la jornada que sea óptima para lograr una educación de excelencia». No obstante, alerta de que es necesario aportar los recursos necesarios, tanto desde el área de Educación como desde otras carteras como Servicios Sociales, Economía o Trabajo, «para que el sistema educativo sea además compatible con la conciliación». Por ello resume que «la jornada es lo de menos, lo importante es que las horas de clase se aprovechen como es debido y que el horario sea compatible para que no sean las familias las que deban adaptarse a la jornada, con cargo a sus bolsillos» .Y esto, puntualiza, «no es un problema individual, sino colectivo».

La experiencia

La directora del CEIP Camino de La Villa, Irene Niebla, habla de los beneficios de la jornada continua en los centros educativos, en concreto para las etapas de Infantil y Primaria. «Se puede intuir que si se pusiera en marcha la jornada de mañana y de tarde experimentaríamos dificultades debido a la escasa atención que se le podría dar a los alumnos, porque los menores se muestran poco receptivos cuando las sesiones se alargan», relata y añade, en este sentido, que ya se notan claras diferencias en la atención de los alumnos incluso entre las clases de 45 o 60 minutos. «El cansancio incrementa la irritación y eso también puede hacer aumentar los conflictos en los centros», concluye.

Sin embargo, su mayor preocupación es que los alumnos dispongan de tiempo de calidad con sus familias y por eso defiende la jornada intensiva, que además está asentada entre las familias, y que permite disponer de las tardes libres para que familias y profesores lleven a cabo las formaciones necesarias.

Albano Alonso de Paz es el director del IES San Benito y explica que, tras tantos años con este sistema en los institutos canarios, «no notamos que pueda incidir negativamente en los alumnos» y en cualquier caso existen centros en los que incluso se organizan dos recreos para ayudar a los alumnos. «Pero si la jornada se extiende aún más los alumnos se pueden cansar y eso se vendría a sumar a los signos de estrés que ya muestran los jóvenes tras la pandemia», relata el docente quien dice ser «partidario de adaptar las jornadas laborales a las características de la escuela».

El docente se muestra de acuerdo con estos horarios ya que «España es un país con muchas horas lectivas, más que la media europea, e incrementar la cantidad de tiempo que los chicos pasan en el centro los alejaría más de las familias», recuerda. «Tenemos escolares sobrecargados por los exámenes, a los que les afectan los cambios de las leyes educativas, y eso es lo que debe centrar el debate, y no si deben pasar más horas en los centros».

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