Tarjeta roja y expulsión

«No estamos para gilipolleces»

Rubiales intentó robar un Mundial con sus machiruladas en el palco de autoridades, en el podio y en el interior del vestuario de la selección

Rubiales se disculpa por el beso a Jenni Hermoso

H. U. D.

David Rodríguez

David Rodríguez

No hagamos caso de los idiotas y los estúpidos. No estamos para gilipolleces y tontos del culo». Esa fue la reflexión de Luis Rubiales a los micrófonos de Cadena Cope después de que le preguntaran por el atentado que había tenido con Jenni Hermoso en el podium de las campeonas del Mundo. Llamemos a las cosas por su nombre: atentado. Nada de beso. El beso está reservado para el amor. Una expresión de afecto, que ni mucho menos era lo que el presidente de la Federación había perpetrado ante los ojos de todo el mundo.

Atendiendo a su declaración en el programa radiofónico más escuchado en España, la verdad es que una pizca de razón tenía Rubiales. No deberíamos hacer caso a idiotas, estúpidos y tontos del culo, salvo cuando cometen una vulneración tan grave como la que él se dedicó a repartir el domingo en Sídney.

No deberíamos hacer caso a una gilipollez tan grande como la de agarrar la cabeza de una persona contra su consentimiento si no ocurriese, señor Rubiales. Pero en pleno 2023 estas gilipolleces siguen ocurriendo.

Y no deberíamos hacer caso de los idiotas por estas infracciones cuando lo único que deberíamos estar haciendo es hablar de cómo Olga Carmona fue capaz de recorrer 50 metros para golpear el balón con su pierna y que todo un país dijese ahora: «Olga de mi vida» –tampoco es que Iniesta tenga culpa, pero también es otro de tantos micromachismos que nos rodean en el día a día–.

Rubiales intentó robar un Mundial con sus machiruladas en el palco de autoridades, en el podio y en el interior del vestuario de la selección.

Desde su asiento, una vez concluyó el partido, se dedicó a tocarse sus partes. Un gesto que ya debería estar caduco como expresión de una virilidad que no hace otra cosa que ocultar tantos complejos que cargan sobre los hombros tantos hombres.

¿Se imaginan a una mujer llevándose las manos al parrús? Pues eso, quizás debería haber más mujeres en altos cargos para evitar tanto bochorno.

Desde esta tribuna también aprovecho para pedir perdón a Jenni Hermoso por estar denunciando un delito. Evidentemente es obligación denunciar esas «gilipolleces» de las que habló Rubiales, pero qué bonito hubiera sido que del Mundial sólo estuviésemos hablando sobre lo Reina del Mundo que es ahora con la copa y que estas letras nunca hubieran tenido que ser escritas.

Aun así, ahí seguirán los taquígrafos de la realidad luchando a favor de la igualdad hasta que de una vez por todas se erradique el machismo que nos inunda en la sociedad.

Porque no obviemos que, si el presidente de una federación de fútbol, que actúa desde un organismo que es referente para los más jóvenes, se comporta de esta forma delante de los ojos de todo el planeta, qué no hará cuando la privacidad le ampare.

Y por si no fuera poco, ayer el presidente emitió un vídeo pidiendo disculpas que fue casi tan patético como su comparecencia del domingo pasado en Cope. «Seguramente me he equivocado (...) porque en un momento de máxima efusividad pasó lo que pasó». Vamos, Rubi... déjate de gilipolleces, dimite del cargo de presidente y que te releve una mujer.

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