Las AMPAS cargan contra la decisión de la suspensión de clases en Canarias

Cada vez que el Gobierno suspende las jornadas lectivas por cuestiones climáticas está reconociendo que los colegios y los institutos no son entornos seguros para la comunidad educativa”, afirman

Las AMPAS cargan contra la decisión de la suspensión de clases en Canarias

La Consejería de Educación del Gobierno de Canarias anunció la suspensión de las clases de miércoles y también el viernes -el jueves es festivo- en todos los niveles educativos debido a la situación de altas temperaturas que está afectando al archipiélago.

Ante este anuncio la Federación de Ampas de Gran Canaria, Fapa Galdós se ha sumado a las circunstancias que ha llevado al cese de clase en estos días. “Al igual que cuando llueve o sopla mucho viento, los centros escolares de las Islas no son seguros para la comunidad educativa. Lo entendemos porque lo sufrimos”.

“Cada vez que el Gobierno de Canarias suspende las jornadas lectivas por cuestiones climáticas está reconociendo que los colegios y los institutos no son entornos seguros para la comunidad educativa”, aseguran.

“La administración educativa considera que los niños y las niñas de 2 a 16 años están seguros estando solos en casa, con independencia de la situación climática”, apostillan.

También afirman que es un riesgo que haya que encomendar la seguridad de los niños y las niñas a los abuelos, personas mayores, también especialmente sensibles a estas temperaturas.

Entienden que la administración no está resolviendo un problema. “Se lo quitan de encima cargándolo en las espaldas de las familias, especialmente la de las madres que son quienes en mayor proporción cargan con los cuidados familiares”.

Docentes

También indican que el personal de administración y servicios y los equipos docentes son liberados también de acudir a sus puestos de trabajo donde siempre hay mucho por hacer, más allá de dar clases. “Los únicos padres y madres que van a tener la tranquilidad de que sus hijos están seguros son los propios docentes y aquellas unidades familiares en las que uno de los progenitores no trabaje o no tenga otras responsabilidades familiares”, añaden.

“Mientras los entornos escolares no sean seguros frente a distintas situaciones climáticas, exigimos que cada vez que se suspenda la actividad lectiva, las patronales y la propia administración libere a uno de los progenitores, o al único en caso de familias monoparentales, para que puedan garantizar la seguridad de sus hijos e hijas”, sentencian.

Para afrontar estos problemas insisten en la necesidad de planificar la resolución de problemas y de adecuar los centros para que sean entornos seguros en cualquier circunstancia.