Universidad

La lucha canaria contará con su propia cátedra en la ULPGC

El teguestero Emilio Rivero, adalid del deporte vernáculo, da nombre al proyecto

Vidal Suárez, Víctor Alonso, Florencio Rodríguez y Pedro Santos, junto al busto de Emilio Rivero.

Vidal Suárez, Víctor Alonso, Florencio Rodríguez y Pedro Santos, junto al busto de Emilio Rivero. / Carsten W. Lauritsen

Domingo Ramos D. R.

La lucha canaria se prepara para contar con su propia cátedra universitaria, que será la primera en el mundo sobre luchas tradicionales y que se creará en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC). Emilio Rivero (1883-1959), prohombre del deporte vernáculo y exalcalde del municipio de Teguise, en Tenerife, de tradiciones y viñas, le dará nombre a una figura universitaria que se muestra como una oportunidad para el fortalecimiento de esta práctica deportiva y contra esa espada de Damocles que es la ruptura del vínculo entre la lucha y el conjunto de la sociedad.

«Las cátedras universitarias son una figura que está contemplada y que básicamente consiste en conectar la universidad con la sociedad», contextualiza Víctor Alonso, profesor de Sociología y perteneciente al Departamento de Psicología, Sociología y Trabajo Social de la ULPGC, quien precisa que ahora mismo solo resta firmar el convenio de creación para la puesta en marcha de esta Cátedra. Alonso es también es aficionado a la lucha e investigador durante más de un decenio en aspectos luchísticos. La combinación de ambas facetas lo llevó a realizar una propuesta a la ULPGC que se encuentra a punto de cristalizar.

«La constitución de la Cátedra Universitaria Emilio Rivero de Lucha Canaria busca consolidar, fortalecer y estrechar la relación de más de treinta años mediante la colaboración mutua entre instituciones, empresas y tejido social», detalla el documento de presentación de la iniciativa. En esas páginas también se recoge la idea de «apoyar, fomentar y realizar distintas iniciativas y acciones para la divulgación y el desarrollo de la lucha canaria como patrimonio cultural canario».

Entre los objetivos específicos del proyecto están potenciar el nexo entre lucha canaria y sociedad; procurar un impacto social efectivo mediante distintas acciones de investigación, formación, divulgación y transferencia de conocimiento científico y académico; la ejecución de una estrategia central basada en los Objetivos de Desarrollo Sostenible; distinguir el tratamiento académico de la lucha canaria; desarrollar acciones formativas y de capacitación vinculadas a este deporte; divulgarlo en el entorno escolar, universitario y al conjunto de la sociedad, e implementar estrategias de fomento de la investigación científica sobre esta práctica y otras luchas tradicionales.

«Cada una de las líneas va a trabajar en distintas comisiones y proyectos desde la formación hasta, por ejemplo, conseguir bolsas de estudio y becas para estudiantes que estén vinculados directamente a la lucha como luchadores, mandadores, monitores, directivos, árbitros…», expone Alonso sobre el amplio rango de trabajo de la Cátedra Emilio Rivero. Se detiene en la intención de colaborar con colegios y otros centros docentes, y añade que «la idea es apoyar a las federaciones de lucha para dar formación partiendo del conocimiento que hay en la Universidad y enlazando el saber que tienen personas como Vidal, Pedro y Florencio, gente con experiencia pero que ya no está en la gestión de la lucha. Ese conocimiento hay que ponerlo en valor porque es un patrimonio».

Terrero Mencey Tegueste

Vidal, Pedro y Florencio son Vidal Suárez, Pedro Santos y Florencio Rodríguez. Se trata de unos amantes teguesteros de la lucha canaria y a los que, respectivamente, se les puede presentar como exalcalde de la Villa, exdirectivo del Club Deportivo Pérez Abreu y exdirigente –durante nada menos que 39 años– del Club de Lucha Tegueste. Los tres acompañan al profesor Víctor Alonso en el encuentro con este periódico para explicar el proyecto, a las puertas del Terrero Insular Mencey Tegueste, donde también está el busto de Emilio Rivero.

«Estaba la inquietud por hacer algo en torno a Emilio Rivero y ellos plantearon que sería interesante que la Universidad investigara. Yo les comenté que había una figura que son las cátedras y lo vieron perfectamente. A partir de ese momento, que fue el año pasado, comenzamos a darle forma institucional», recuerda Alonso sobre la génesis de la iniciativa. «De todo ese trabajo y del contacto que hemos tenido con promotores surge la propuesta ya en firme, mientras que ahora falta solo rubricar el convenio de creación de la Cátedra», indica.

Santos, Rodríguez y Suárez celebran los pasos que se han dado. «No solo estamos encantados, sino que era nuestra ilusión», apunta el último. Los tres conforman un grupo de investigación y recopilación de datos históricos sobre el deporte vernáculo. «No solo por la lucha canaria, sino que fue alcalde de este pueblo. Fue detenido y perseguido al máximo», precisa Pedro Santos sobre la figura de Emilio Rivero, del que agrega que hizo el primer reglamento de la lucha canaria.

La idea no solo la celebran en la Villa estos amigos de la lucha, sino también existe un respaldo institucional. «Para mí lo más importante es que lleve ese nombre, que se impulse esta Cátedra y, sobre todo, que sea desde Tegueste», resalta la alcaldesa, Ana Rosa Mena. Y prosigue: «Creo que es el sitio donde se debe impulsar una cátedra como esta. Es un trabajo que no se hace a pico y pala; se hace con el alma y con el corazón». «Mucho orgullo y mucho apoyo, y ya la venderemos porque nos va a enorgullecer explicar que esta Cátedra ha nacido aquí porque es aquí donde debe nacer», completa en relación al peso de esta práctica deportiva en Tegueste y al inveterado vínculo que el municipio ha tenido con ella.

«Yo parto de una idea que siempre he mantenido: tenemos, y más en la universidad, la obligación de devolver al sitio de donde somos lo que hacemos y lo que tenemos. Yo no sé luchar; yo sé hacer esto e intento ayudar de esta forma», expresa Víctor Alonso. También para él hay un componente personal y emocional en este proyecto. Y es que, aunque reside y trabaja en Gran Canaria, es hijo del núcleo teguestero de El Portezuelo. «Formé parte del equipo que hizo el Plan Estratégico de Lucha Canaria y he realizado trabajos de investigación sobre el perfil de los luchadores en la isla de Gran Canaria», apunta un docente que también dedicó su tesis doctoral a la lucha y que próximamente publicará un libro sobre una luchada celebrada en 1834.

Alonso destaca la receptividad que tuvo la ULPGC con la propuesta de cátedra. «Hay una apuesta de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria firme y total, y de La Laguna también. Hemos hablado con ellos y están encantados. De todas las instituciones hay apuesta, porque la lucha tiene el significado que tiene para todas las personas que viven en Canarias, sean nacidos aquí o no», explica. «Esto para la Universidad de Las Palmas es un reto. Es una deuda que tiene con la sociedad, porque desde que se creó está vinculada a la lucha. Y entendíamos que tenía que estar también la Universidad de La Laguna, para que aparezca como parte integrante», agrega. Así es que la academia lagunera también formará parte del proyecto.

Bien de Interés Cultural

Víctor Alonso pone de relieve que el Consejo de Gobierno del Ejecutivo autonómico declaró en 2018 la lucha canaria como Bien de Interés Cultural. «Es una de las razones por las que la Dirección General de Patrimonio apoya esto», apunta sobre el reconocimiento oficial al deporte vernáculo y la participación del Gobierno de Canarias. «Nosotros lo que venimos es a intentar aportar y ayudar, no a inventar nada», aclara en cuanto a la hoja de ruta y las intenciones de la Cátedra Emilio Rivero.

«La idea de la Cátedra es crear un espacio con el soporte de la Universidad y el apoyo de la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, la Dirección General de Deportes Tradicionales del Ejecutivo regional y el Ayuntamiento de Tegueste, y con toda probabilidad se sume alguna institución más, pero eso todavía no está confirmado», amplía el profesor. «Con ese soporte material y económico, la Cátedra crea un espacio donde se agrupan personas que están vinculadas a la universidad, otras que lo están a la lucha y algunas relacionadas con esas instituciones que tienen interés por la lucha canaria y por la Cátedra», manifiesta. «Y a partir de ahí se desarrollan distintas líneas de trabajo pensadas para y por la lucha canaria», remacha acerca del sistema de trabajo.

Sería un éxito para este proyecto en desarrollo que la conexión lucha-sociedad se estrechase en el transcurso de los años venideros y que los más jóvenes estuviesen más pegados a este deporte. Víctor Alonso ha presenciado en primera persona lo contrario en las aulas universitarias. «Si tú le preguntas a los alumnos de la Universidad de Las Palmas o de La Laguna –que yo lo he hecho en clase– cuántos de ellos han ido durante el último año a ver una lucha o han practicado, el resultado suele ser de 1 de cada 100, 2 de cada 100… ¿Y quiénes han visto lucha por la tele en el último año? Cuatro o cinco. No es como hace 30 años», lamenta. «Nosotros estamos para intentar que le den el significado real», completa.

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Vidal Suárez, Pedro Santos y Florencio Rodríguez, al que todos llaman Encho, han tenido también su papel en el impulso de la Cátedra Universitaria Emilio Rivero de Lucha Canaria. Hace unos años se aliaron y empezaron a trabajar en la elaboración de un libro sobre el deporte vernáculo en Tegueste. Se reúnen periódicamente, comparten datos y van avanzando en algunos frentes. Por ejemplo, ya tiene un inventario de casi 900 luchadores. El proyecto de la obra bibliográfica sigue en pie, pero recientemente hicieron un parón para confeccionar el artículo Avatares de la lucha canaria: el primer Campeonato Regional de Lucha Federada e Individual, publicado en el número 10 del Boletín del Archivo Municipal de Tegueste. «Todos los niños de nuestra generación teníamos como primer deporte la lucha canaria», expresa Vidal Suárez, que fuese alcalde teguestero de 1987 a 2007. «Pedro Santos es el que primero estuvo vinculado con el Archivo, Florencio llevaba 39 años al frente del Club de Lucha Tegueste y yo siempre he creído que la lucha canaria es algo más en el municipio de Tegueste que una simple actividad deportiva», presenta Suárez al equipo. «La lucha en Tegueste ha ido más allá de los terreros. En la era, al terminar de trillar, los chiquillos se echaban a luchar unos con otros», rememora Santos. Florencio Rodríguez, que fue luchador además de prolongado presidente, mira con dudas el futuro de esta práctica deportiva. «Gracias a la televisión está aguantadita», opina. «También hay menos luchadores. Antes, los luchadores a los 30, 33 o 34 años dejaban de luchar porque venía un potencial detrás que los hacía retirar. Y hoy vemos que hay luchadores de 45 años, 47… Perfecto que hagan lucha; pero esto se produce porque no viene una base detrás», afirma, antes de referirse a la importancia de inculcar desde la infancia este deporte. «La única solución que veo yo es que se implante como deporte oficial de Canarias en todos los sentidos y que esté presente en los centros escolares», manifiesta en su análisis sobre el presente luchístico. |

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