Las universidades canarias son las más envejecidas de España

Un cuarto de los profesores de las universidades canarias superan los 60 años

La ULL necesita 12 millones de euros para "rejuvenecer" sus plantillas

Edificio de Humanidades de la ULPGC en el Campus del Obelisco.

Edificio de Humanidades de la ULPGC en el Campus del Obelisco. / Andrés Cruz

Verónica Pavés

Verónica Pavés

Las universidades canarias son las más envejecidas de España. Un cuarto de los profesionales que investigan e imparten docencia en la Universidad de La Laguna y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) han cumplido ya los 60 años. Esta situación, que amenaza a la viabilidad de los propios centros a corto y medio plazo, se ha acelerado en el último año debido a la jubilación masiva de gran parte de la generación del baby boom.  

Es una de las conclusiones a las que ha llegado la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD), que en su informe de 2023 pone de relieve las debilidades y fortalezas del sistema universitario de toda España, incluyendo la empleabilidad de los graduados en cada centro, la calidad de la investigación y la tasa de abandono escolar, entre otros.

 Esta fundación, creada en 2002, tiene el objetivo de dar respuesta a las necesidades de la universidad analizando cada año y en distintos ámbitos su realidad así como su potencial para hacerle frente. Así, a lo largo de cuatro capítulos, 43 colaboraciones de 62 expertos, este informe valora la formación de los estudiantes, la puesta en valor de sus actividades de investigación y las propuestas institucionales abiertas, flexibles y de calidad para la creación y transferencia de conocimiento.

El diagnóstico pone de relieve que, dentro de Canarias, es la Universidad de La Laguna (ULL) la que se encuentra más al límite. "Nuestra realidad es más dura porque un 31,2% de nuestra plantilla tiene 60 años o más", asegura Francisco García, rector de la ULL.

El futuro del centro universitario es, además, poco halagüeño, pues otro 37,5% de las plazas de docente e investigador (PDI) están ocupadas por docentes de entre 50 y 59 años. "Esto quiere decir que el 69% de nuestra plantilla es mayor de 50 años y, por tanto, se jubilará en los próximos años", remarca. 

La situación en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) es algo mejor, pero no por ello requiere un esfuerzo menor. La plantilla de más de 60 años en este centro supone el 25% del total, pero si se incluye a aquellos que se encuentran en la horquilla de 50 a 59 años, el porcentaje es incluso mayor que el de la ULL: un 71%. "En dos años hemos triplicado la convocatoria de plazas", explica Lluís Serra, rector de la ULPGC, que insiste en que se han agotado las plazas de todas las convocatorias desde 2020. "La administración ha hecho un gran esfuerzo para hacerlo porque es muy difícil", afirma Serra.

En comparación con los países de la Unión Europea, según Eurostat, España presenta el porcentaje más elevado de profesorado en la franja de edad de 60 y más edad: 16,7% frente al 15,9% del promedio de los países de la UE que reportan datos completos. Y si bien las universidades italianas tienen un promedio mayor de PDI envejecido que el de España (23,9%), Canarias aún supera con creces ese porcentaje. 

El 70% de las plantillas docentes de la ULL y de la ULPGC tienen más de 50 años

"Nos preocupa este alto envejecimiento de nuestra plantilla", asume García, que insiste en que el rejuvenecimiento del capital docente e investigador es ahora "el reto más importante" que tiene la universidad para afrontar los próximos años. En este sentido, la ULL ha iniciado una reforma de su relación de puestos de trabajo con el fin de "iniciar una transición" que, sin embargo, tendría que haberse iniciado hace años. "Hubiera sido más sencillo", admite el rector de la ULL.

Para "rejuvenecer" la universidad, García ha planteado varias líneas de actuación entre las que se encuentra una provisión histórica de plazas de profesorado –237 plazas–, una reforma de la relación de puestos de trabajo que incluye 119 plazas –100 de ellas de ayudantes doctores– y un plan de modernización administrativa para agilizar las contrataciones y sustituciones. 

La ULGPC, por su parte, "ha cogido un buen ritmo" de contratación, que ha logrado "renovar la plantilla a pasos agigantados". No obstante, el rector admite que aún "cuesta cubrir ciertas plazas", como las que están destinadas a captar talento internacional. "No somos capaces de llegar y uno de los problemas reside en la enrevesada burocracia para contratarlos", revela el rector, que considera que la comunidad autónoma debería hacer un esfuerzo adicional para crear programas específicos de captación de este tipo de profesionales para aumentar la competitividad de Canarias.

Las universidades, no obstante, necesitan una financiación adicional para poder acometer estas mejoras, especialmente para adaptarse a los cambios de la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU). "Es imprescindible que tengamos el apoyo de la comunidad autónoma y del Ministerio", revela García. Tras realizar un diagnóstico sobre esta realidad, la ULL ha cifrado en 12 millones de euros el montante necesario para "rejuvenecer" su plantilla, y compensar la pérdida de horas lectivas de algunas figuras de contratación con la LOSU.

La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria p or su parte, ha calculado que requiere al menos 10 millones de euros para poder contratar al personal necesario para impartir las horas lectivas que quedan huérfanas tras la LOSU. Y es que la nueva normativa obliga a reducir los créditos impartidos en las figuras de ayudante y contratado doctor.

Las universidades canarias son las que más aportan a la I+D isleña; un 38% de la inversión total

De no poder ejecutar esa necesaria actualización de las plantillas, las universidades canarias se verían en graves problemas para poder llevar a cabo tanto la docencia como la investigación, por lo que perderían competitividad. Según García, este "estrangulamiento" de la plantilla podría llevar a la eliminación de determinadas titulaciones, e imposibilitaría la renovación de las mismas así como la creación de nuevos estudios de Grados y Máster.

En lo que se refiere a la investigación, los centros universitarios –que son quienes más aportan a la I+D en Canarias: un 38% de la inversión total–, perderían también calidad. Y es que con los docentes jubilados se perdería tanto experiencia y potencial científico como capacidad relacional, es decir, de contactos con otros grupos de investigación del extranjero.  "Esto es un riesgo que nos podría hacer perder capacidad de producción científica", insiste el rector.

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