Canarias mantiene a raya el sarampión, pero no cumple con el reto de Sanidad

El Archipiélago es la séptima región del país con menor tasa de cobertura vacunal con la segunda dosis de la triple vírica

La profilaxis crea inmunidad de por vida

Un bebé recibe la primera dosis de la vacuna triple vírica.

Un bebé recibe la primera dosis de la vacuna triple vírica. / LP/DLP

Canarias es la séptima región del país con menor tasa de cobertura vacunal con la segunda dosis de la profilaxis triple vírica frente al sarampión, la rubéola y la parotiditis (SPR). Así lo refleja la última actualización de los datos que maneja el Ministerio de Sanidad, que corresponden a 2022. Según el documento, esta inyección había llegado en ese momento al 90,32% de la población diana, un dato que sitúa al Archipiélago por delante de Extremadura, con un 90,29%; Castilla-La Mancha, con un 88,81%; Melilla, con un 88,69%; La Rioja, con un 88,1%; el País Vasco, con un 88,05%; y Ceuta, con un 20,9%. Solo siete comunidades superan la horquilla del 95% –la marca ideal que ha establecido el Ministerio de Sanidad–: Cantabria, Andalucía, Navarra, Aragón, la Comunidad Valenciana, Asturias y Murcia, si bien Baleares no aporta información al respecto. La media nacional es de un 93,92%

En materia de primeras dosis la situación es otra, pues además de estas siete regiones, hay otras cinco que rebasan el porcentaje: Galicia, Madrid, Extremadura, el País Vasco y Ceuta. Por su parte, Canarias, Cataluña y Castilla y León rozan el umbral. No obstante, las Islas se mantienen sin casos de la patología. Tal y como confirmó hace unos días la Consejería de Sanidad del Ejecutivo autonómico a este medio, el pasado año hubo seis casos sospechosos, pero finalmente, no correspondieron a esta enfermedad

 «Las dos dosis son muy importantes para estar protegidos, pero la primera es fundamental. Desde hace varios años, Canarias no registra cuadros de sarampión porque el porcentaje de vacunación es muy alto, a pesar de que no llegue al objetivo», valora Amós García, jefe de la sección de Epidemiología y Prevención de la Dirección General de Salud Pública del Servicio Canario de la Salud (SCS). En el territorio peninsular, en cambio, fueron constatadas dos infecciones en 2021 y una en 2022, mientras que el pasado año fueron reportados 12 contagios –seis de ellos importados, otros cuatro vinculados a los anteriores y uno de origen desconocido–.

Archivo - Niña con sarampión en Yemen.

Archivo - Niña con sarampión en Yemen. / MAJD ALJUNAID - Archivo

Panorama desigual

Las cifras son muy reducidas, pero el panorama no es el mismo en todos los países de Europa. De hecho, las autoridades europeas han alertado de que las bajas coberturas vacunales que tienen algunas naciones pueden derivar en un rebrote de la patología en el continente. El contexto inquieta a la Organización Mundial de la Salud (OMS). Ya el pasado diciembre advirtió sobre el alarmante aumento de cuadros que se estaba produciendo en Europa, en un momento en el que Rumanía había declarado la infección epidemia nacional. Según las estadísticas, entre enero y octubre de 2023 se registraron más de 30.000 notificaciones en 40 de los 53 Estados miembros

En el transcurso de 2023, fueron detectados 12 casos en la Península, seis de ellos importados

«La situación no es la misma que la nuestra por varias circunstancias. Por un lado se encuentran los movimientos contrarios a la vacunación, que han causado un gran impacto en países como Reino Unido o Italia. Por otro, los efectos de la crisis económica de 2008, que mermó las políticas vacunales en muchas naciones», señala el doctor Amós García. Pero no son los únicos factores que han influido, pues al listado se suman los desplazamientos de ciudadanos que no han accedido a la inmunización a otros territorios, los conflictos bélicos y la pandemia de coronavirus. «Todos estos problemas confluyen en la posibilidad de que se produzcan brotes en Europa», remarca el especialista.

De acuerdo con el calendario vacunal de la comunidad autónoma de Canarias, la primera inyección de la triple vírica debe administrarse al cumplir el primer año de vida, mientras que a la segunda hay que acceder a los tres años. Ahora bien, ¿una sola dosis de la vacuna confiere unos niveles de protección suficientes? El experto es contundente al respecto. «En realidad, aporta bastante protección frente a la triple vírica, pero lo recomendable es administrar las dos dosis para que sea completa», apostilla. 

Las manchas rojizas en la piel son características del sarampión.

Las manchas rojizas en la piel son características del sarampión. / Andrii Biletskyi. Adobe Stock.

Crisis del coronavirus

En este sentido, el epidemiólogo hace referencia a la crisis sanitaria motivada por la irrupción del SARS-CoV-2, ya que ha sido responsable, en parte, del descenso de los niveles de vacunación. «En nuestro país, muchos padres y madres no querían llevar a sus hijos a los centros de Atención Primaria, lo que se tradujo en un descenso de la vacunación contra estas y otras patologías. Cuando acabó la pandemia, los niveles se recuperaron rápidamente, por lo que estoy seguro de que continuará aumentando la demanda», anota.

En palabras del también expresidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV), la vacuna triple vírica es «una de las mejores que hay en el mercado». Y es que además de provocar escasos efectos secundarios, la profilaxis aporta inmunidad de por vida. «Lo más común es experimentar una sensación leve de dolor en la zona del pinchazo, fiebre y cierto malestar que desaparece de forma muy rápida», detalla.

Enfermedad muy contagiosa

El sarampión es una enfermedad muy contagiosa que es provocada por un virus que pertenece a la familia paramyxoviridae. Se transmite a través de la diseminación de las gotas que se expulsan al toser, hablar o estornudar, o bien, por mantener contacto directo con un sujeto infectado. Suele comenzar con fiebre, rinitis aguda, conjuntivitis y tos. Aunque en general provoca cuadros leves, también puede causar complicaciones como neumonía, otitis, rinotraqueitis y diarrea. En ocasiones, es capaz de producir encefalitis, e incluso, la muerte de los aquejados.

En España, la profilaxis triple vírica se introdujo en el calendario vacunal infantil en 1981. Ya en 1996 se incorporó la segunda dosis. La llegada de estos sueros se tradujo en una importante reducción de las epidemias de sarampión, de tal modo que desde el año 2000 es una enfermedad infrecuente que afecta a adultos que no han accedido a la inoculación.

Erradicación

En 2001, el país se sumó al objetivo de eliminar el sarampión que lidera la OMS. Para ello, se estableció un plan de erradicación a partir de dos estrategias fundamentales: fortalecer la inmunidad de la población frente a la patología, alcanzando tasas de coberturas vacunales iguales o superiores al 95% con ambas dosis, y establecer un sistema de vigilancia para identificar cualquier caso sospechoso. En 2017, el organismo de las Naciones Unidas declaró a la nación libre de transmisión endémica de sarampión, ya que los escasos focos que se identificaban eran importados de otros países.

Posteriormente, nació el Plan Estratégico para la Eliminación del Sarampión y la Rubéola 2021-2025, que actualiza la iniciativa del año 2001 y el Protocolo de Vigilancia de Rubéola y el Síndrome de Rubéola Congénita de 2007. Las tres líneas estratégicas del proyecto se centran en alcanzar y mantener unas tasas de vacunación iguales o superiores al 95% con las dos dosis, potenciar el sistema de vigilancia y de actuación en brotes y reforzar las estrategias de comunicación, información y asesoría.

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Hace casi 25 años, el doctor Andrew Wakefield publicó en The Lancet un estudio que vinculaba a la vacuna del sarampión con el riesgo de desarrollar autismo, lo que sembró el pánico entre muchos progenitores. Más tarde, varios estudios demostraron la falsedad de la investigación. «Cuando se constató este fraude, el colegio de médicos de Reino Unido lo expulsó. De hecho, The Lancet difundió un editorial lamentando la publicación de ese artículo», recordó Amós García, jefe de la sección de Epidemiología y Prevención de la Dirección General de Salud Pública del Servicio Canario de la Salud (SCS). «La vacuna triple vírica no puede provocar autismo en ningún caso. De hecho, el peor efecto secundario que puede causar es no administrarla», concluye el responsable de la citada área.  | Y. M. 

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