La angustia sigue aún entre los seres queridos de Juana Ramos, vecina de La Paterna (Las Palmas de Gran Canaria), de la que se desconoce su paradero desde el pasado día 21 de agosto. La orden de la titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número dos de la capital grancanaria de que ingrese en la cárcel Miguel Ramos, el exnovio de Juana, no ha cambiado para bien o mal entre los familiares.

"Siempre teníamos claro desde el principio que ella no volvería y que ella no regresó a su casa", reiteró ayer Samuel Falcón, sobrino de la comerciante desaparecida. "Lo que deseamos es que mi tía aparezca, que la encuentren, y que podamos velarla y hacer lo que se merece. Ese es el dolor que tenemos hasta que sepamos dónde está. También nos duele, y no nos parece justo, que él vaya a la cárcel, cumpla condena y salga en unos años. Mientras, mi tía no va a volver nunca", destacó Samuel Falcón.

Respecto a si la entrada en la cárcel del sospechoso llega tarde, el portavoz afirmó: "Lo hubiéramos deseado antes, pero la policía si tardó dos semanas en detenerlo y llevarlo ante un juez será porque necesitó ese tiempo para buscar las pruebas suficientes".

En relación con las pruebas, Lidia González, representante de la familia del detenido, destacó que les parece mal que vaya a prisión. "Estamos en desacuerdo. No queremos que se le condene sin pruebas suficientes. Deseamos que se aclare a todo", añadió. En respuesta, Samuel Falcón señaló que no quiere entrar en polémica. Eso sí, manifestó que "está claro que no se puede defender lo indefendible". "La juez lo ordenó porque habrá pruebas suficientes. Pienso que la familia de la expareja no sabe ni la mitad de todo. Queremos que pronto se levante el secreto de sumario y sepamos lo que le hizo, y que lo pague. Si él no dice dónde está, tarde o temprano la encontrarán, y será peor para él. Que tenga vergüenza y revele dónde se encuentra", reclamó.