Centenares de personas arroparon a la familia del futbolista asturiano José Roberto Suárez Ovalle, el joven de 18 años que falleció tras golpearse con dureza contra un muro de un campo el sábado 15 de septiembre, en pleno partido. "Esto no debería pasar nunca". "Qué tristeza tan grande. "No es justo". Fueron algunas de las frases que dejó un inicio de funeral muy emotivo, celebrado en la iglesia parroquial de Santa María de la Barca de Navia, y que tuvo como protagonistas las lágrimas y el sentido homenaje de sus compañeros de equipo.

Los deportistas dejaron una camiseta del club de fútbol, con sus firmas de despedida, sobre el féretro. El joven era muy querido en la villa.

De conocida familia deportista, su espectacular fuerza física le dio el sobrenombre de "muro". No pudo superar las graves heridas que le provocó el golpe contra el muro. Su cuerpo descansará para siempre en el cementerio de Oneta (Villayón), lugar de origen de parte de su familia.

Una fatalidad

En tanto llegaban las emergencias, José Roberto Suárez Ovalle fue asistido por el pediatra naviego Venancio Martínez, que se encontraba casualmente viendo el partido de los juveniles. "No se pudo hacer nada, fue algo castastrófico, una fatalidad, uno de esos accidentes imprevisibles", describió. El impacto del joven contra el murete "sonó como un barreno" en todo el campo, y heló la sangre a todos los presentes. Al ver que el asunto era grave, Venancio Martínez corrió hasta el lugar donde estaba tendido el chico, desde el otro lado del campo.

Roberto, que sangraba abundantemente por la zona de la oreja, "estaba semiinconsciente". Lo primero que el pediatra ordenó fue que lo mantuviesen tendido, para que no se agravasen sus lesiones, pero "era casi imposible mantenerle inmóvil, estaba muy agitado y no dejaba de moverse con una fuerza descomunal".

Fuerte dolor

Llegaron a ponerse sobre él para que evitar la agitación. El chico se llevaba la mano constantemente a la zona del golpe, tal era el dolor que debía sentir. "En el campo, no se pudo hacer más, no había medio alguno", rememoró el pediatra, que aún no se ha recuperado de la experiencia en el campo del Navia: "Me afectó mucho".

En el campo se desató el caos: los padres, preocupados, acudieron corriendo para tratar de ayudar; algunos niños, impactados al ver la sangre y el estado de postración en el que estaba un jugador tan sólido y fuerte como "Muro", se tiraban al suelo llorando. Entre los asistentes al encuentro estaban los propios padres de "Muro", José Manuel y María Pilar, y también su hermana Noelia. Mientras el padre acudía corriendo para ver el estado de su hija, la madre se quedó al otro lado del campo junto a la niña, que lloraba desconsoladamente.

José Roberto fue trasladado inicialmente al Hospital de Jarrio, donde se le realizó un escáner. Los médicos comprobaron que el chico presentaba una fractura compleja -que al final fueron dos- y una hemorragia subdural. No había medio para tratarle adecuadamente y fue trasladado al HUCA. Allí le harían un nuevo escáner. Se mantuvo consciente hasta la noche del domingo al lunes 17, pero entonces empeoró.