Acude a operarse los pechos por estética y acaba con la “invalidez total”

Según la joven, durante la intervención le cortaron tres nervios intercostales, lo que le provocó un "dolor insoportable" | "Tomo opiáceos por el dolor y tengo la invalidez total", afirma la afectada

Imagen de archivo

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Una mujer se opera el pecho por estética y acaba enferma de por vida. "No tener pecho" era un complejo que Elena Antunez había tenido toda la vida. "Desde chica iba a la piscina y me metía algodones en el bañador para disimularlo, incluso nunca me ponía bikini". Por eso, al cumplir 23 años, pidió un préstamo en el banco con el que se pagó su soñado aumento de mama, ese que supuestamente iba a acabar con sus inseguridades. "Mi familia no me quería dar el dinero porque tenía miedo de que me pasara algo en la operación. "¿Y si tienes mala suerte y te toca a ti?, decían. Y tenían razón, me tocó", según ha informado NIUS Diario.

En 2007, la joven se sometió a su primera cirugía a una clínica de Sevilla. "No me veía bien porque hicieron que uno de mis senos fuera más bajo que el otro", le dijo a NIUS. En 2009 volvieron a intervenirla y le corrigieron el defecto, “y entonces empecé a tener mi primer dolor fuerte, el médico que me había hecho dos cirugías, pero empeoró, así que en 2011, Me ofreció volver a intervenirme, una tercera vez, me dijo que parecía que el nervio estaba dañado, y para revisarlo había que abrir y buscar el botón del nervio, me puse en el suyo pero salí de la cirugía. No poder mover mi brazo con un dolor insoportable. Este fue el comienzo de mi pesadilla”, añadió.

Desde entonces, han pasado 12 años y ha sido un "dolor físico y psíquico extremo" para Elena. "He sufrido un dolor neuropático insoportable durante más de una década. Durante la cirugía de mama, me cortaron los nervios d4, d5 y d6. Tengo un documento de la unidad de dolor que lo confirma. Pasé años tratando de probar que esto fue negligencia médica y me arruinó la vida, pero lamentablemente la justicia no me ha dado la razón”, lamentó la joven de 38 años de edad.

Sus abogados llevaron su caso ante el Juzgado de Primera Instancia en lo Contencioso-Administrativo, la Audiencia Provincial de Sevilla, el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional, sin éxito. “La Corte Suprema y el Tribunal Constitucional ni siquiera acordaron revisar el caso”, explicó su abogada Fabiola Guillén, explicando que la sentencia anterior oscureció el hecho de que ella había firmado un consentimiento informado, advirtiendo que la intervención podría conducir a un nivel temporal. de la sensibilidad del sistema nervioso. Dije que sí, pero no tiene nada que ver con lo que pasó. En ningún momento indicó que se arriesgara a afectar los nervios de la zona intervenida, provocando, como ya ha sucedido, daños irreparables en la vida”, subrayó.