La caída de un muro de unos 60 metros de largo por 10 de alto provocó en la madrugada del pasado sábado el desalojo de diez viviendas unifamiliares en la localidad aruquense de El Trapiche. El técnico municipal, tras la valoración realizada junto con los bomberos del Consorcio, tomó la decisión de que los 40 moradores no regresaran a sus domicilios por prevención y ante la posibilidad de que las estructuras estuvieran afectadas.

Los propios vecinos del complejo fueron los que, sobre la una y media de la madrugada, escucharon un ruido que les levantó de sus camas en el número 37 del Camino de La Palmita. Al comprobar entre la oscuridad que uno de los muros de contención de un terreno se había desprendido, dieron aviso al Centro Coordinador de Emergencia y Seguridad (Cecoes) 112 para que movilizara a los servicios de emergencia.

La sala desplazó al lugar a la Unidad Nocturna de la Policía Local, Guardia Civil, Bomberos del Consorcio y Protección Civil. Los bomberos del parque de Arucas, que recibieron el apoyo de sus compañeros de Telde y Gáldar, tomaron la primera decisión de desalojar los diez inmuebles, tipo dúplex, al verificar la magnitud del deslizamiento de tierra y ante la imposibilidad de, a esas horas, comprobar el estado de la estructura.

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Desprendimiento en Arucas JC CASTRO

El técnico municipal se personó en el lugar por la mañana y ordenó que se procediera a precintar las diez viviendas y los garajes. Al lugar también acudieron los concejales de Urbanismo y Vivienda, Sebastián Guerra, y de Infraestructura, Esther Suárez, quienes prestaron colaboración a los afectados. Todos ellos han podido realojarse en viviendas de familiares y allegados a la espera de que se tome alguna decisión sobre si pueden regresar a sus domicilios.

“Por nuestra parte, como administración vamos a ayudar en la medida de lo posible”, indicó Guerra, quien espera que los inquilinos regresen a su domicilio lo antes posible, aunque incidió que en estos casos la decisión de los técnicos es fundamental. “Entendemos la preocupación de los afectados”, pero “no conviene que nos precipitemos”. Y apuntó que tanto el terreno donde se produjo el desprendimiento como las viviendas son de propiedades privadas.

El edil Sebastián Guerra indicó que los técnicos municipales y los de la propia constructora han estado valorando durante los dos últimos días el estado en que se encuentra el terreno. A la espera de que se asiente el terreno, se ha decidido que continúe el desalojo y durante la mañana de mañana mantendrán una reunión con los vecinos para informarles de la situación. El concejal recalcó que serán los técnicos de la propiedad quienes realicen los estudios de las viviendas para evaluar si se procede a su realojo o no.

Mientras tanto,los agentes de la Policía Local de Arucas acompañaron ayer a los afectados a sus viviendas para que procedieran a retirar los enseres de primera necesidad.

El inmueble afectado es de reciente construcción. La promotora gallega Xunqueiriña fue la que inició el proyecto en 2007 con idea de finalizarlo en 2010, aunque la empresa quedó extinguida en 2011 y la construcción la continuó otra sociedad mercantil. Los primeros residentes entraron a vivir en 2013.