Salvados por una llamada

Dos pescadores cubanos trabucan en la costa de La Isleta y el móvil les permite hacer una única llamada para pedir ayuda al 112

Jesús Alberto Florez, izquieda, y José Blanco, derecha.

Jesús Alberto Florez, izquieda, y José Blanco, derecha.

Jesús Alberto Flores, 52 años y natural de Santa Clara, y José Blanco, 42 y de La Habana, hablan tranquilos en el Muelle Deportivo de Las Palmas de Gran Canaria. Esperan la llegada de Salvamento Marítimo con la zódiac con la que esta mañana habían salido para disfrutar de una jornada apacible de pesca que acabó convirtiéndose en la primera experiencia de ambos en apuros en el mar: la embarcación se trabucó por el embate de una gran ola cuando se encontraban al norte de la costa de La Isleta. El móvil que llevaban les permitió hacer una sola llamada: al 112 para pedir ayuda e indicar las coordenadas donde se encontraba. El celular después murió y aproximadamente una hora después fueron localizados por la Cruz Roja. Flores y Blanco se encuentran ilesos. 

A las nueve de la mañana zarparon para ir a pescar por la zona de Roque Ceniciento en una pequeña neumática de 4,70 metros de eslora. Todo iba bien hasta que sobre las cuatro de la tarde, cuando se encontraban a 200 ó 300 metros del litoral, una ola volcó la embarcación. Los dos pudieron incorporarse rápido y agarrarse a la neumática, que se mantenía a flote. Accedieron a la consola central donde tenían una mochila con sus efectos personales. «Perdimos todos los aparejos de pesca, pero las carteras, las llaves y uno de los móviles los recuperamos», indica Jesús Alberto.

Ese terminal aún estaba activo; había entrado en contacto con el agua, pero les permitió hacer una llamada de emergencia. «Cuando fui a avisar a mi familia el móvil dejó de funcionar», apunta Jesús Alberto, quien agregó que en la primera de las llamadas facilitó el número de un familiar de su compañero que a su vez fue avisado por el 112 de lo ocurrido. «Al final ellos lo pasaron peor porque no sabían nada de nosotros», apostilla.

La zódiac en la que iban los dos pescadores ya en el Muelle Deportivo.

La zódiac en la que iban los dos pescadores ya en el Muelle Deportivo.

Y es que, a diferencia de sus allegados, tanto Jesús Alberto como José se tomaron el incidente con tranquilidad. «Teníamos que mantener la calma, estar serenos», dice Jesús Alberto. Avisaron a varias embarcaciones que estaban en la zona, pero denuncian que ninguna de ellas quiso socorrerlos. Cuando vieron una zódiac de color rojo activaron la bengala que tenían a mano y entonces sí que, junto a la de Cruz Roja, llegaron unos jóvenes que ayudaron a mantener su embarcación a flote hasta la llegada de Salvamento. «Aprovecho para darle las gracias», dice José Blanco

Sin apenas ropa, los dos cubanos, residentes desde hace años en el barrio capitalino de Schamann, fueron trasladados a Las Canteras y de ahí fueron caminando hasta el Muelle Deportivo, donde a las nueve de la noche llegó la Salvamar Nunki con su zódiac volcada. Los dos recuerdan el incidente como una anécdota que tuvo un final feliz. Y todo gracias a esa llamada.