Búsqueda contra reloj para encontrar a Alejandro y Yassine, los dos menores desaparecidos en El Confital: «Ojalá vuelvan a casa»

Los dos menores, amigos de 17 y 16 años, salieron el viernes a pescar en Las Coloradas y desde entonces nada se sabe de ellos

El estado del mar complica la búsqueda de los menores que pescaban en El Confital: «No pararemos hasta encontrarlos»

Búsqueda de Alejandro y Yassine en El Confital

Alejandro, de 17 años, y Yassine, de 16, quedaron el viernes por la mañana –poco después de que saliera el sol– y se adentraron en la zona de El Confital. Pescar era el plan de la jornada de los dos amigos adolescentes. Recorrieron los senderos y acantilados de La Isleta y, según apunta la investigación, llegaron hasta La Hondura, el extremo más al norte. Allí se les pierde la pista, tras posiblemente ser sorprendidos por un golpe de mar. 

Después de más de dos días sin noticias, la familia y los allegados esperan que se obre el milagro y regresen con vida. «Está siendo muy difícil, pero hay que tener paciencia y esperanza», dice a este diario la hermana de Yassine, recién llegada de Alemania para poder seguir las tareas de rescate y acompañar a su familia. 

Las alarmas saltaron a primera hora de la tarde del viernes. Los menores llevaban horas sin responder a los teléfonos móviles, pero todo el mundo creyó que se estarían divirtiendo sin prestar atención a las llamadas y mensajes. Hasta que el reloj marcó la hora en la que los padres de uno de ellos les habían dicho que los recogían en Las Coloradas. Esperaron y no llegaron. «Podían retrasarse un poco, pero tanto tiempo no era propio de ellos». Ese fue el detonante, y el inicio de la multitudinaria y exhaustiva búsqueda que, desde entonces, se realiza en La Isleta.

Unidos por el deporte, según apuntan fuentes de la investigación los jóvenes conocían la zona de pesca. Alejandro más que Yassine, aunque este último era un apasionado del entorno de Las Canteras. El fútbol y el mar ocupaban la mayoría de su tiempo libre.

Los efectivos de emergencias, en el puesto de mando avanzado

Los efectivos de emergencias, en el puesto de mando avanzado / C. A. C.

«Lo que ha sucedido es una desgracia. Ojalá se quede en un susto y regresen a casa», desea Francisco Javier Trujillo, ‘Paco Pepe’, director deportivo del Unión Viera, club de fútbol en el que jugaba, desde hace seis años, Yassine, tras dejar la Unión Deportiva Las Palmas. 

Un partido de fútbol

En el equipo nadie se cree lo sucedido. No quieren creerlo. Prefieren pensar que estos tres días son una pesadilla hasta que el menor vuelva a poner sus pies en el césped del Alfonso Silva.

Fue el sábado por la mañana cuando los compañeros tuvieron constancia de que algo pasaba con el adolescente, que no se presentó a un partido de fútbol. Era la primera vez que faltaba. «Es muy buen jugador». Trujillo habla en presente, no puede ser de otra forma. «Lo llamé por teléfono antes de que empezase el partido, le mandé mensajes... Nada. No respondió. El equipo jugó, aunque era raro pensamos que ya aparecería», cuenta sobre cómo descubrieron que Yassine era uno de los jóvenes a los que se buscaba, desde la tarde anterior, en El Confital.

«Nunca vas a pensar eso, que es él», añade. Todos se preguntaron dónde estaría, pero no fue hasta el mediodía cuando otro entrenador se enteró de lo que había pasado. 

Agentes de la Guardia Civil de Buceo, a los pies de El Confital

Agentes de la Guardia Civil de Buceo, a los pies de El Confital / C. A. C.

En el Unión Viera solo tienen buenas palabras hacia el joven. «Máximo anotador en cadetes el año pasado», dice Trujillo y subraya: «No faltaba nunca». El fútbol era la ilusión de Yassine: «Todo lo hacía enfocado en el fútbol. Todo. Nunca tuvo una mala cara, nunca dijo ‘no’. Era ejemplar, y muy querido por sus compañeros. Un niño que se hace querer», alaba.

Tal era la dedicación del joven desaparecido que, con solo 16 años, tenía las metas claras y luchaba por ellas: se levantaba a las seis de la mañana todos los días para ir a correr una hora antes de ir al instituto; luego iba al colegio y entrenaba, si había entrenamiento, o aprovechaba el tiempo en Las Canteras.

Su madre lo esperaba el viernes para comer, pero no llegó. Llamadas y llamadas sin respuesta, que tuvieron contestación pasadas las horas, ya bien entrada la tarde. A las 19.15 se detuvo el reloj para las familias de los dos adolescentes. Fue ese el momento en el que los bomberos y los militares (los jóvenes pescaban en terrenos del ejército en La Isleta, una zona muy habitual entre los aficionados) hallaron las cañas y los teléfonos, en una zona escarpada de La Hondura. 

Puesto de mando

Inmediatamente, se puso en marcha el operativo de rescate, con un puesto de mando avanzado en la zona: drones, buzos, helicópteros, patrulleras... Nadie se atreve a dar una cifra de cuántas personas forman el operativo. Salvamento Marítimo, Unidad de Tierra del Grupo de Emergencias y Salvamento del Gobierno de Canarias (GES), Servicio de Búsqueda y Salvamento Aéreo del Ejército, patrullera Río Ara y el Grupo Especial de Actividades subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil, embarcación y moto de agua de Cruz Roja... A esta lista se suman los bomberos, Policía Local, Policía Nacional y Policía Portuaria. «Desde el amanecer hasta el ocaso, las tareas no cesan», dicen. 

La búsqueda, no engañan, se hace contra reloj y marcada por el mal estado del mar. Cada hora es crucial para dar con Yassine y Alejandro. Las familias difunde sus fotos y piden colaboración. Mantienen vivo un deseo: que regresen vivos a casa.