‘El Jala’, el asesino de la pensión Padrón, en Tenerife, muere en Salamanca

José Antonio Luis Aguiar, que mató a dos personas en el hostal tinerfeño, padecía cáncer y solicitó el tercer grado hace un mes

José Antonio Luis Aguiar, el asesino de la pensión Padrón, en un juicio en 2022. | | LP/DLP

José Antonio Luis Aguiar, el asesino de la pensión Padrón, en un juicio en 2022. | | LP/DLP / Miguel Autero/Pedro Fumero

El hombre que fue condenado por dos asesinatos cometidos en la misma habitación de la pensión Padrón, en Santa Cruz de Tenerife, José Antonio Luis Aguiar, alias El Jala, falleció de cáncer en un hospital de Salamanca, un mes después de solicitar el tercer grado. Hasta pocas semanas antes de morir permanecía en una prisión de dicha provincia. Por matar al exsoldado Ángel Bermejo cumplía 17 años de cárcel, mientras que por acabar con la vida de su pareja, Adoración de la Cruz, se le impuso una pena de otros 20 años.

Hacía menos de dos años que se dictó la última sentencia de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife por la muerte violenta de la mujer.

El abogado Alfonso Delgado, quien ejerció su defensa por el caso de Ángel Bermejo, explicó ayer que «era una persona con un carácter un tanto agresivo, como quedó acreditado en la vista oral». En ese primer juicio se reflejó que José Antonio tuvo conflictos con otros usuarios y el vigilante del albergue, así como con otras personas que se hallaban a su alrededor.

Delgado recordó que mantuvo «las comunicaciones normales» que se tienen con un cliente en el centro penitenciario Tenerife II. Durante el juicio, Aguiar se negó a responder a la Fiscalía.

Otras fuentes consultadas señalaron que el implicado en las dos muertes de la habitación 306 de la pensión Padrón «no le importaba recurrir a la violencia física y psicológica para obtener sus fines, pues tenía muy poca empatía hacia los demás». Personas cercanas a la investigación están convencidas de que «no estaba arrepentido de lo que hizo; le daba igual hacer daño a otras personas».

Primer asesinato

El primer asesinato de la pensión Padrón fue el de Adoración de la Cruz. La mujer y José Antonio tuvieron una relación sentimental. Tras una agresión machista, la víctima lo denunció y el varón entró en prisión. Poco después, la vecina de Santa Cruz de Tenerife también llegó a la cárcel. En el centro penitenciario, ambos continuaron con su relación. En la primera mitad del 2009, Aguiar salió de Tenerife II. Y en junio de ese año quedó libre Adoración.

La última vez que ella sacó dinero de su banco fue el 22 de junio, cuando los vieron juntos. Tres días más tarde, en la pensión consta que la mujer cambió de habitación, de la 207 a la 306. Y fue en ese cuarto donde acabó con su vida. Después, metió su cuerpo en un petate y lo ocultó en un barranco a 400 metros de la pensión. Fue hallado de forma fortuita en julio del año 2016. El ADN extraído a los huesos fue cotejado con el de la hija de Adoración. Y así se pudo confirmar la identidad de la víctima.

José Antonio hizo una foto con su móvil al cadáver el 25 de junio del 2009, pero la había borrado. Ese terminal fue requisado por los agentes del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional. De dicha imagen sólo se conservaba en la memoria una miniatura, de muy baja calidad.

El entonces jefe de Homicidios, Antonio Roldán, hizo gestiones en el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) por si se podía hacer algo. Roldán explicó a El Día que un doctor en Astrofísica se brindó a colaborar para mejorar la foto. Gracias a un programa de inteligencia artificial se apreció que en la foto aparecía una persona tumbada en una cama. En la foto se veía también un dintel de una puerta y un cabecero que coincidían con los de la habitación 306.

Segundo asesinato

En enero del 2010 asesinó de Ángel Bermejo, músico militar retirado. El 25 de agosto de ese año, se hallaron unos huesos humanos entre dos colchones sobre una cama. Encima de estos se habían apilado unas maletas, algo de ropa y una silla, entre otros enseres. Era la habitación 302, en la tercera planta de la pensión, cerrada al público en general.

En el levantamiento del cadáver «se cayeron los huesos de uno de los pies», por lo que, tras recogerlos, «se ataron con cinta americana los dos colchones para no perder más partes del cuerpo». Así lo contaron Francisco Javier González Delgado, subdirector del Instituto de Medicina Legal de Santa Cruz de Tenerife y el patólogo forense Ángel Luis Pérez, que hicieron la autopsia.

El informe de ambos determinó que aquella persona encontró la muerte de una forma muy violenta. El hombre fue «maniatado, amordazado y torturado durante días» antes de que su verdugo le clavara un objeto punzante en el pecho. El suceso ocurrió en la habitación 306 y después el cuerpo lo llevó José Antonio a la 302.

En junio de 2011 se detuvo a El Jala, del que se sospechó casi desde el inicio de las investigaciones tras las entrevistas con personas que frecuentaban la pensión Padrón, el Albergue y el Centro de Atención para Drogodependientes (CAD). Contaba con 33 antecedentes policiales y penales, algunos por lesiones, maltrato y violencia machista. En 2012 se celebró el juicio y José Antonio fue condenado a 17 años y medio de prisión por este asesinato a pesar de que la Fiscalía solicitó una pena de 40 años.