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Pino de la Nuez Abogada y presidenta de la asociación Themis de mujeres juristas

Pino de la Nuez: «Los textos legales deben usar un lenguaje que tenga presente a la mujer»

«Themis reivindica en varios estudios que muchas veces no se contempla la violencia oculta», asegura la abogada y nueva presidenta de la asociación Themis de mujeres juristas

La abogada Pino de la Nuez, durante la entrevista José Carlos Guerra

La abogada Pino de la Nuez (Las Palmas de Gran Canaria, 1965) es, desde el 30 de junio de 2022, presidenta de la Asociación Themis de mujeres juristas, de la que es socia desde 1994. Antes, ya había formado parte de la junta directiva como vocal, y se pone el objetivo de impulsar las actividades de la Fundación Themis y lograr que más mujeres juristas se incorporen. También «feminizar» la redacción de textos legales.

¿Qué es la asociación Themis y cuáles son sus objetivos?

La asociación se funda en 1986 por un grupo de mujeres abogadas que están disconformes con el tratamiento que se está dando a los derechos de las mujeres y de los menores, y con cómo los reclamos y las demandas no están viéndose reflejados en los textos legales, pese al amparo constitucional. Themis, dentro de sus objetivos, trata de visibilizar a las mujeres, propiciar una incorporación de la perspectiva de género a la redacción de los textos legales. Las mujeres no somos un grupo, como pueden serlo las personas de una raza distinta, de una orientación sexual diferente... sino que somos más del 52% de la población. El trabajo que hagamos siempre será desde una perspectiva jurídica feminista. Somos más de 400 socias a nivel estatal.

¿Qué objetivos se pone por delante en su presidencia?

Pues una de mis intenciones, junto con el de otras compañeras que nos hemos incorporado ahora, es precisamente el de tener mayor presencia en otras comunidades autónomas en las que no estamos, y que se incorporen abogadas jóvenes. Como retos, no solamente incorporar a compañeras jóvenes, sino también el que las socias se sientan más partícipes dentro de la asociación. Creo que corren malos tiempos para el feminismo y para las juristas feministas, porque nos encontramos en un momento en el que hay mucho discurso popular, mucho oportunismo feminista. Hay mucha gente que se dice feminista, pero que se olvida de lo que es realmente, quien se autodefine como tal, debe conocer la importancia que conlleva. Y hay quien dice que no es feminista, cuando realmente sí que lo es. La Constitución española no enuncia el género, sino el sexo, pero da esos pasos y esas herramientas en varios artículos para poder ser incorporada esa normativa con perspectiva de género.

Para usted que ha estado desde 1994 y ha viviendo todas estas décadas de lucha, ¿qué supone el haber llegado a la presidencia de Themis?

A mí me parece una gran responsabilidad, porque creo que pertenezco a una asociación de mucho peso y de mucha consideración, conformada no solo por mis antecesoras, sino también por las coetáneas y las que quieren llegar e incorporarse. Creo que la igualdad de género tenemos que conseguirla y las mujeres somos las protagonistas, pero sin olvidarnos que tenemos que seguir reclamándolas. Los derechos de las mujeres y el entender la justicia de género quizás sea nuestro mayor reclamo, y me encantaría poder aportar un granito de arena en mi mandato. Somos un equipo, no existen protagonismos. Las feministas tenemos que enseñar que los derechos hay que seguir reclamándolos, porque lo más fácil es perderlos, y creo que tenemos ese reto en la actualidad, porque puede haber un involucionismo.

Es fundamental el seguir concienciando pese a la lucha de muchos años...

"Debemos enseñar la importancia de seguir reclamando los derechos feministas para no involucionar"

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Concienciar a las jóvenes juristas es importantísimo, porque estamos viendo, y hay muchos estudios que lo avalan, que la juventud entiende que están en un mundo de iguales, pero no es así. El feminismo ha pasado de la igualdad formal, la igualdad de oportunidades, a la igualdad real, pero es que nos estamos olvidando de la igualdad efectiva. Hay que comprometerse, el legislador y los políticos se tienen que comprometer con dotar de medios para que las herramientas jurídicas que tenemos en estos momentos sean de verdad una forma de implementar y llegar a esa justicia social y en equidad.

Hablaba de que existe cierto retroceso en los derechos de las mujeres en los últimos tiempos, ¿se están dando pasos hacia atrás después de lo que ha costado avanzar?

Podemos volver a dar pasos hacia atrás, pero estamos empeñadas en no darlos. Pero para eso tenemos que estar vigilantes, porque lo que no se recoja en los textos legales no se puede reclamar en los tribunales. Y la forma de redactar los textos legales es importantísima. Es fundamental el lenguaje, no solo inclusivo, sino ese lenguaje en el cual las mujeres estemos presentes, y las niñas estén presentes. Aparte de esto, la forma de redactar y qué verbos se utilizan: no es lo mismo «se garantizará» que «se obligará», al igual que no es lo mismo «se deberá» que «se procurará». De ahí que tengamos que estar revisando siempre la redacción de los textos legales. Y también hay ausencias en las normativas, después de la Constitución. Hay una brecha en la justicia para las mujeres, y es necesario incorporar la perspectiva de género en los tribunales. 

La planta judicial en Canarias es mayoritariamente femenina, pero ¿sigue existiendo ese sesgo machista?

La perspectiva de género es una categoría analítica que ha venido a cuestionar cómo afecta cualquier cuestión, no solo una norma, de forma diferente a hombres y mujeres. Si en perspectiva de género no estamos siendo formados desde pequeños, en cualquier área, no vamos a vivir en libertad. Si cualquier operador jurídico -ya sea judicatura, fiscalía, abogacía, medicina forense...- no tiene esa perspectiva, es imposible que lleguemos a un mundo igualitario.

La estadística muestra que Canarias es una de las comunidades más litigantes en casos de violencia de género...

Tenemos un alto índice de litigios. Lo que sí tuvimos fue una pionera ley contra la violencia de género, pero Canarias tiene sus características diferenciadas. Somos una región muy cosmopolita en la que convivimos diversas culturas, y eso nos obliga a aprender a convivir, y estamos impregnados todavía en esos sesgos machistas en nuestra educación. Pero no creo que Canarias difiera de otras comunidades autónomas en cuanto a la disparidad de género. 

Aumentan las denuncias, ¿pero es por la concienciación o porque hay más casos de violencia?

La macroencuesta de la Delegación del Gobierno de 2019 dice que, efectivamente, no se denuncia toda la violencia que está aconteciendo, solo el 22%, con lo cual, hay mucha violencia oculta. Tenemos desde Themis diversos estudios en los que cuestionamos cómo a veces no se contempla esa violencia oculta. Siguen existiendo esos sesgos de género, esa falta de credibilidad hacia las mujeres, que no denuncian siempre ni tanto como lo que están sufriendo por el miedo a que no las crean, por el miedo al proceso largo y lento o porque no quieren continuar con ese calvario. Si todo fuera más rápido, si los protocolos e instituciones trabajaran como tienen que trabajar, si el proceso judicial no revictimizara a la mujer, las víctimas no se quedarían atrás y darían ese paso. Tenemos la obligación como Estado de amparar a esas víctimas, hay que trabajar en el diagnóstico, en la reparación, en la prevención y en la punición, que debería ser lo último.

¿Ustedes creen que existe cierta desafección hacia el aparato judicial cuando tiene que tratar casos de violencia de género?

La obligación del órgano jurisdiccional no deja de ser impartir justicia en cumplimiento del principio de legalidad, y actuar con la debida diligencia, instruyendo, estudiando y resolviendo las cuestiones que se presenten y lleguen a sus instancias. Esa formación en perspectiva de género, en justicia de derecho, en derechos humanos ha de ser necesaria para todos los operadores jurídicos. Pero también para las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado o de los centros sanitarios, los primeros sitios en los que se puede visibilizar una situación de violencia. Hay que ir en contra de prácticas que sigan siendo de violencia de género, como es la prostitución, la pornografía, los matrimonios forzados, las prácticas de mutilación genital o los vientres de alquiler. Hay temas que no interesa que se toquen, pero a las feministas nos importan y seguiremos incidiendo en ellos para tener una sociedad equitativa.

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