El 20 de mayo de 1570 Abrahán Ortelius (1527-1598), publicó Theatrum Orbis Terrarum, una colección de 70 mapas presentados con un criterio científico, todos de igual formato (35x50 cms., aproximadamente), citando la fuente y el autor de cada uno, con un índice toponímico y en una edición magnífica que tendría hasta 25 reediciones en vida del autor.
Ortelio había nacido en Amberes (Flandes entonces, Bélgica en la actualidad). Tenía una amplia formación y destacaba como iluminador y dibujante de mapas. Viajó por toda Europa y compró o encontró todos los mapas que luego publicaría en su Teatro del Mundo. Este libro, hoy diríamos "este Atlas", fue un avance importantísimo en la cartografía europea y supuso a su autor ser contratado como geógrafo por Felipe II.
Naturalmente no eran los primeros mapas que se publicaban. Conocemos mapas que tienen miles de años aunque los más antiguos no son sino dibujos imaginarios de territorios muchas veces inexistentes. Fue Ptolomeo (circa 90-168) el primer matemático y geógrafo que abordó de manera más científica la confección de mapas y los 27 que aparecen en su Geografía, libro desaparecido para Occidente durante casi mil años, fueron publicados en imprenta por primera vez en Vicenza en el 1475 teniendo innumerables reediciones. Eran mapas 'norteados', con datos de longitud y latitud y proyectados desde la esfera de la Tierra a una superficie plana (el mapa).
Pero el gran avance cartográfico se produce con los portulanos, siendo el primero del que tenemos fecha de ejecución el de Pietro Vesconte del 1311. Estas 'guías de puerto' tenían un sentido de aplicación a la navegación. Son cuadrados o rectangulares con líneas de orientación local propias para navegar con brújula, y se refieren a una zona geográfica determinada, con la rosa de los vientos, representada desde un punto central y con ocho o dieciséis puntos alrededor de éste con un sentido más decorativo que práctico, y las distancias entre puertos o accidentes geográficos. Están más cerca de las modernas cartas naúticas, en las que terminó su evolución, que de las representaciones cosmológicas de los mapas anteriores y se realiza-ban en base a relatos de los navegantes que después se representaban en un dibujo. Las Is- las Canarias no aparecen en un portulano hasta que Angelino Dulcert, cartógrafo mallorquín, en 1339, dibuja un mapa con tres islas. Junto a una de ellas pone el nombre de Lanzarote, en la otra Forte Ventura y entre ambas Li Vesci Marini (actual isla de Lobos).
Nuestro siguiente hito es Gerardo Mercator (1512-1594), quien a partir de 1569 utilizó un nuevo sistema de representación cartográfica, que hoy llamamos 'proyección Mercator' en la que las líneas de longitud son paralelas, con lo que se puede navegar sin cambiar el rumbo que da la brújula. Esta proyección se concibe como si una superficie cilíndrica recta envolviera a la esfera de la Tierra siendo tangente a ella en el Ecuador y proyectáramos los puntos de la Tierra sobre la superficie cilíndrica desde el centro de la esfera. Esta superficie una vez extendida es el plano que soporta el mapa. Mercator en 1578 empieza la publicación del Atlas sive Cosmographicae meditationes de fabrica mvndi et fabricati figura (Atlas, o meditaciones cosmográficas sobre la creación del universo y el universo en tanto creación). Como se ve este sí es un verdadero Atlas.
A partir de esos años se produce un desarrollo importante de las proyecciones, cada vez más afinadas, de forma que los mapas respetaran las condiciones de distancias, ángulos y superficies. Así, por ejemplo, Giovanni Cassini (1625-1712) fue uno de los matemáticos y astrónomos que hicieron avanzar la elaboración de mapas por procedimientos científicos. Levantó un mapa de Francia mucho más preciso de los que en aquel tiempo se manejaban gracias a su método de determinación de las longitudes terrestres mediante una medida más precisa de las diferencias horarias de los eclipses en distintos meridianos. Al resultar en el mapa Francia más pequeña de lo que se aceptaba que era, Luis XIV declaró que había perdido más territorios por culpa de Cassini que por todas las guerras emprendidas en su reinado.
Algunos años más tarde, hacia 1700, surge la controversia entre Newton (1642-1727) y Cassini (hijo del anterior; 1677-1756) sobre si la forma de la Tierra era achatada por los polos o por el ecuador, lo que se resolvió en 1736 y obligó a revisar los mapamundis para adecuarlos a esta nueva realidad.
Hoy día los mapas son soporte para multitud de informaciones no solo geográficas sino epidemiológicas como hemos visto con el covid-19 de Wuhan, económicas, sociológicas, y un largo etcétera, deformándose a gusto del ilustrador para mostrar pedagógicamente lo que se quiera en cada caso.
Hace 15 años, 2005, se creó el Google Maps, que junto con el sistema GPS (Global Positioning System) nos permite orientarnos a través de nuestros teléfonos móviles, calcular distancias entre dos puntos, recordar donde hemos aparcado el coche y mil utilidades más de tal forma que están haciendo inútiles los mapas clásicos (¡con lo bonitos que son!). No obstante, podemos asegurar que a Ortelio le hubiera encantado el asunto.
