El convento de las Carmelitas Descalzas fue ayer un lugar donde la fe y la mística fueron de la mano. En un centro religioso alejado del mundanal ruido que se respiraba en la ciudad de Telde con la celebración de La Noche Más Corta, la figura religiosa y literaria de santa Teresa de Jesús fue homenajeada al cumplirse ayer los 500 años de su nacimiento por las monjas de las Carmelitas Descalzas, orden que fundó Teresa de Ávila, una de la tres Doctoras que tiene la Iglesia católica, junto a santa Catalina de Siena y santa Teresa de Lisieux.
El acto, consistente en una solemne eucaristía que se inició a las 19.00 horas, y que corrió a cargo del delegado diocesiano de la Vida Consagrada, Segundo Díaz, atrajo a un centenar de feligreses a la recoleta ermita de este convento situado en el apartado barrio de Las Medianías, y donde el frío seguía en sus treces de no abandonar la estación primaveral. Aunque la santa de Ávila no llegó a estar en Canarias, habría probablemente dado su aprobación al lugar elegido, muy a su gusto: lejos del bullicio para encontrar la paz espiritual que acerca al Creador.
La eucaristía, donde participaron leyendo pasajes de la Biblia y del Nuevo Testamento algunos de los vecinos de este núcleo poblacional de Telde, también contó con los cantos de las monjas carmelitas, que con sus voces llenaron de paz la pequeña y austera ermita, presidida por un altar con una fuente de agua al lado, la imagen de la santa abulense y de un Cristo en la cruz. El resto del pequeño templo, pintado de blanco, solo estaba decorado por cruces y algún pasquín pegado a la pared para recordar la efeméride teresiana o, simplemente, el horario de oficios.
Segundo Díaz recordó la importancia de la escritora mística española, una de las grandes figuras de la Iglesia católica y cuyo mensaje aún se transmite a través de las enseñanzas de los centros que la orden tiene por todo el mundo.
Díaz hizo mención a las palabras del papa Francisco sobre la cercanía de los religiosos a la población: "donde hay religiosos debe haber alegría" y destacó que el actual pontífice haya declarado 2015 Año Jubilar teresiano en reconocimiento a la figura de una mujer, dijo el delegado diocesano de la Vida Consagrada, "que desde niña ya quiso seguir el camino de Dios y que con los años se convirtió en una persona donde la fe y su amor por Cristo condujo su vida".
Hizo referencia también a que santa Teresa tenía una gran predilección por el pasaje del Evangelio de san Juan que recordaba la parábola del pozo y que la escritora mística siempre consideró su favorita. "De ahí, que junto a este altar, las hermanas de la orden hayan colocado esta pequeña fuente para honrar esa preferencia".
El resto de la eucaristía transcurrió en el mismo ambiente apacible que tuvo desde su inicio. Ahora, con el Año Jubilar, se espera la llegada de peregrinos hasta octubre de este año. Una oportunidad para que los fieles puedan pedir la indulgencia.
