La arena de Melenara apareció peinada después de la limpieza realizada por una cuadrilla especial coordinada por las concejalías de Limpieza Viaria y Playas. Con algunos surcos todavía visibles de la faena realizada a partir de las cinco de la madrugada de ayer domingo y con las papeleras y contenedores limpios después de la gran noche de los fuegos artificiales del sábado, el paseo y la arena del barrio costero aún tenía una cita inaplazable y muy esperada.
Era el colofón popular y religioso que desde hace décadas siguen los vecinos de la costa y los visitantes: la procesión marítima-terrestre que desde Melenara llevaría a las tres imágenes embarcadas a la vecina playa de Salinetas y de ahí de vuelta a la iglesia parroquial de Clavellinas. Las tallas de Nuestra Señora del Carmen, Santo Cura de Ars y Sagrado Corazón salieron por un día del templo donde se les venera todo el año para poder ser vistos al aire libre y a pleno sol, que ayer, aunque sin ser picón, se dejaba notar entre los asistentes.
Así, como estaba previsto por la tarde, las tres imágenes salieron acompañadas por los vecinos desde la iglesia de Clavellinas por un itinerario que recorrió toda la barriada de Melenara hasta llegar a la arena, donde aún había un importante número de bañistas disfrutando de un buen día de playa. La solemnidad de la procesión se combinó con el asueto dominical y todos quedaron expectantes ante la maniobra de embarque de las tallas.
Ésta se realizó muy cerca del muelle de Melenara, donde en tres barcas engalanadas se fueron colocando a las imágenes religiosas, que serían acompañadas durante su periplo marítimo por otras barcas también adornadas y algunas embarcaciones de recreo.
El trayecto por una mar sin muchos vaivenes por las olas se finalizó en la vecina playa de Salinetas, donde la Virgen del Carmen, el Santo Cura de Ars y el Sagrado Corazón fueron desembarcados. Desde allí se retomó la procesión terrestre hasta la iglesia de Clavellinas, lugar donde se encuentran todo el año las tres imágenes.
No obstante, éste no fue la única actividad realizada en el fin de fiestas de Melenara, ya que desde primera hora de la mañana, una diana floreada, con charanga de amanecida, invitaba a los residentes a recibir el nuevo día para continuar con los festejos como marca la tradición.
Por la noche, como estaba previsto, se realizaba el broche final de los festejos patronales del barrio costero por este año. Se celebró una escala en Hi-Fi con la participación de las casadas del barrio, un espectáculo donde las interpretaciones de las participantes oscilaron entre las ganas que pusieron y los aplausos de los asistentes. Todo un ejemplo del espíritu familiar de las fiestas, nacidas al amparo de los vecinos de toda la vida de Melenara y a las que se han incorporado en los últimos años los nuevos residentes del barrio costero.
Por último, la entrega de una serie de trofeos y distinciones a los galardonados por su participación en las fiestas puso el colofón a una nueva edición de los actos programados en honor de la Virgen del Carmen y el Santo Cura de Ars, los dos compatronos de Melenara. Y ya se prepara el próximo año.
