El barrio teldense de Valle de los Nueve, en las medianías, tuvo ayer una triple alegría en sus fiestas en honor de Nuestra Señora del Pilar. Al nacimiento de un becerro en plena feria de ganado pasadas las 12.30 horas del mediodía, se unió el buen tiempo que reinaba -el año pasado llovió y deslució los festejos- y la visita del obispo de la Diócesis de Canarias, Francisco Cases Andreu, a la parroquia, una visita que el propio prelado reconoció "que es sacarme una espina con Valle de los Nueve, ya que he pasado por aquí varias veces, pero no me había detenido hasta hoy [ayer para el lector] y nada mejor que hacerlo para asistir al homenaje a la madre del Señor".
La jornada se inició pronto con la llegada de los animales que participaban en la feria de ganado -vacas, ovejas, cabras, machos cabríos, caballos- y que alcanzó el medio centenar. David Rodríguez, presidente de Jóvenes Agricultores y que ayer esperaba el nacimiento de su hijo, se encargaba de colocar y apuntar el número de ejemplares para el posterior dictamen del veterinario sobre los ganadores.
Cerca del terreno donde se reunían a los animales, en el local social, Alexis Domínguez, presidente del patronato de fiestas Los Naranjos se afanaba en la preparación de la paella que se repartiría después de la procesión a los asistentes a los actos. Una asistencia, por cierto, nutrida de vecinos y visitantes, que se repartieron entre la feria, la misa en el pequeño templo y la procesión.
La misa la presidió el obispo de la Diócesis de Canarias, Francisco Cases Andreu, y participaron los párrocos de Tara, Ojos de Garza, El Ejido, Lomo Magullo y Valle de los Nueve. El oficio contó con la música del colectivo de la asociación de Vecinos Punto y Seguido de La Garita, procedente de la Escuela municipal de Folclore. Terminada la función religiosa, las imágenes de la Virgen del Pilar y de San Hermenegildo presidieron la entrega de trofeos a los ganadores de la feria de ganado. Luego, a la procesión, a las 13.30 horas, se sumó un importante número de vecinos y feligreses. La paella y la verbena del solajero fueron el colofón a una jornada con buena temperatura.
La feria de ganado de Valle de los Nueve volvió a ser punto de encuentro de los ganaderos y en el caso de Telde, de momento en el único lugar del municipio que acoge este tipo de acto, una ocasión para ver sobre el terreno el resultado del esfuerzo de un pequeño barrio para mantener sus tradiciones. A los premios obtenidos por Emeterio López, un ganadero de Ingenio que llevó diez vacas y se fue con 11, con el nacimiento del becerro, se sumaron los recibidos por Antonio Sosa, el último de los ganaderos de San Gregorio y que reconoce que asiste a la feria para que no se olvide la ganadería en el municipio, aunque la situación no es precisamente boyante.
La leche no sale de las botellas
Sosa, que lleva toda su vida -tiene 70 años- como ganadero, una tradición en su familia, lucha porque los niños sepan que la leche procede de la vaca, "no de las botellas o los tetrabricks".
La desaparición de numerosas granjas en el municipio, señala este ganadero, cuando antes había una casi en cada esquina, ha hecho que las nuevas generaciones no hayan visto nunca a estos animales y crean que sus productos salen del supermercado o de la tienda.
"Hoy en día no es negocio ser ganadero y los que venimos a las ferias es porque nos gusta traer a nuestras reses sobre todo para que los niños y los más jóvenes las conozcan. Yo le pongo nombre a mis vacas como Mariola, Sonia, Lucrecia o Esmeralda, pero lo bonito es ver como disfrutan los más pequeños viéndolas porque para ellos es algo nuevo y sería una pena que se perdiera esta tradición, que forma parte de nosotros", apunta.
