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Telde saca a Franco de sus calles

Cultura elabora un expediente para localizar las vías relativas a la Guerra Civil y al régimen franquista para quitarles el nombre - Las vías localizadas se encuentran en cuatro barrios

Calle García Escámez en el barrio de El Ejido.

El municipio de Telde está empecinado en borrar de su historia el nombre de Francisco Franco Bahamonde y todo lo relacionado con el régimen totalitario que gobernó España desde 1939 a 1975. Si en noviembre, coincidiendo con el 40º aniversario de su muerte el pleno de la corporación municipal acordó por unanimidad retirarle el título de Hijo adoptivo concedido en 1939 y la Medalla de Oro entregada en 1975, ahora se pretende retirar el nombre de las calles que recuerdan la Guerra Civil o a militares y ministros del dictador.

Desde la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Telde se ha iniciado un expediente para localizar las vías o espacios públicos que aún conserven referencias al antiguo régimen para proceder a su retirada y cambio por otros nombres. En este caso no habría que acudir a lo fijado en el nuevo reglamento de Honores y Distinciones, aprobado en ese mismo pleno, sino a la Ley de Memoria Histórica aprobada por el Gobierno de España liderado por Rodríguez Zapatero.

Aunque hay hermetismo municipal en torno a cuántas calles son las afectadas y en qué barrios se encuentran, fuentes consultadas por este periódico han señalado que "al menos hay cinco vías que tienen relación con el régimen franquista, bien por ser una batalla, como le pasa a la calle Belchite o militares como los generales Aranda o García Escámez y el ministro Galo Ponte, por poner ejemplos. Estas calles se encuentra en barrios del municipio, no en el centro urbano. Así, Belchite está ubicada en Balcón de Telde; García Escámez en El Ejido; Galo Ponte en Marpequeña y General Aranda, en Las Huesas.

Y es precisamente en esta última calle donde más problemas habría para su cambio, porque en ella hay "un porrón de edificios y se afectaría a muchos vecinos que residen en esa vía". Esta ofensiva contra la presencia de todo lo relativo al régimen del general Franco en Telde ya tuvo en mandatos anteriores -incluso antes de la elaboración de la Ley de Memoria Histórica- su particular majo y limpio en vías y plazas del municipio, aunque en ese ardor democrático también se llevó por delante nombres de conquistadores como Pedro de Vera, relevante cuatro siglos antes de Franco o su dictadura.

No es un debate que se haya dado solo en Telde, aunque el municipio ha protagonizado en los últimos meses un intenso debate sobre la conservación de la figura de Franco y su régimen. Por ejemplo, en Las Palmas de Gran Canaria, por votación de los vecinos, hay un nuevo caído por la Conquista de Canarias, Juan Rejón, pero habrá que esperar si el Pleno capitalino finalmente acepta el cambio por el de La Carretera.

Algunas fuentes han indicado que estos cambios de nombres de las calles supondrán un quebradero de cabeza para los vecinos, "no les soluciona nada, al contrario, les supondrá molestias a la hora de recibir correspondencia, sin contar los problemas para los carteros".

Otras fuentes van más lejos y exponen que si eso es así, "¿también habría que recriminarles a los concejales que aún viven y que aprobaran el último acuerdo plenario de 1975, donde se le concedió a Franco la Medalla de Oro de la ciudad y que se le entregó en el palacio del Pardo?"

Además, según estas opiniones, "si se sigue en esta dinámica se podría plantear por parte de sus promotores quitarle el nombre de las calles a alcaldes como el fallecido Alejandro Castro, que era el presidente de la corporación municipal en 1975. La Historia no se va a anular por retirar esos nombres y tampoco se va a olvidar la existencia de la Guerra Civil o la Dictadura, fueron hechos que ocurrieron y forman parte de nuestro pasado, nos guste o no".

Las calles investigadas hacen referencia a batallas tan sangrientas como la de Belchite. Esta población fue escenario de tan encarnizada lucha entre republicanos y las tropas de Franco que quedó destrozada. Al acabar la Guerra Civil, el nuevo jefe del Estado decretó que no se realizase la reconstrucción de este pueblo zaragozano. En su lugar, se construyó uno nuevo y se quedó el denominado Belchite Viejo en el símbolo de los que los vencedores consideraron un exceso de los soldados republicanos en la contienda.

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