El parque de La Barranquera, situado en el centro urbano de Telde, presenta grandes deficiencias que denuncian usuarios y vecinos de la zona. "La instalación está abandonada por todos los responsables", asegura Juan Calderín, un residente. Como solución, asegura, el Ayuntamiento de Telde se ha dedicado a colocar vallas en las zonas afectadas como el que pone tiritas para tapar una herida.
El parque se inauguró en marzo de 2003 y fue terminado con prisas, "para que Román Rodríguez y Paco Santiago salieran en la foto", explica Calderín. Añade en su recordatorio de la situación de este espacio público que "un jueves y viernes santo llegaron unos camiones cargados de hormigón que estuvieron echando toda la mañana para terminar el parque". A partir de ese momento cada cosa que se estropea se ponen vallas y se cierra al público. "Cada vez que se rompe algo hacen lo mismo, lo cierran y listo. Casi nunca vienen a arreglar nada". Así, el graderío del auditorio se encuentra cerrado con vallas después de ceder. "Es un peligro porque se puede saltar fácilmente por los niños, que muchas veces lo hacen", señala Calderín.
Las fuentes son otro problema. "Solo funcionaron el día de la inauguración. Ahora están abandonadas, sin agua y valladas". Junto a las dos fuentes que alberga el parque están las torretas de la luz que están abandonadas y suponen un otro riesgo más. "La calle en la que está la entrada principal del parque no tiene iluminación y cuando se apagan las luces del recinto se queda en penumbras", argumenta Calderín. Un hecho que el Ayuntamiento está resolviendo con la instalación de una farolas LED.
Es en esa calle en la que está otra de las grandes demandas de los vecinos. "La entrada principal no se abre nunca porque el pilar cedió y por eso la mantienen cerrada. Pero ese pilar -que mantiene la puerta- puede caer para fuera también en una calle bastante transitada", apunta este vecino. A lo que se une que es la única entrada de vehículos de urgencias. "La semana pasada una niña se cayó y tuvo que venir la ambulancia, pero no tenía por donde entrar".
Más allá de las deficiencias estructurales y los remiendos que ha hecho el Ayuntamiento, como amarrar las vallas con verguillas en la cancha, se está convirtiendo en un foco de venta de droga.
"La zona de skate es el núcleo principal de venta, y es habitual ver a muchos jóvenes fumando", explica Calderín. Los vecinos también denuncia las funciones de los guardias de seguridad. "Vienen a pasar el rato. Si el parque cierra a las 23.00 horas, ellos desde las 22.30 horas están cerrando las puertas e incluso apagando las luces", sentencia este vecino de la zona.
Más allá de la resolución de las deficiencias pide que añadan algunas mejoras como la instalación de aparato de gimnasia para los mayores o una pequeña cafetería. "Son cosas que atraen a más gente de la zona", sentencia Calderín.
