Algunos de los clientes habituales mostraban su sorpresa por el cierre y también su indignación por lo sucedido e incluso varios animaron a los vendedores a ser más combativos y reivindicar ante las autoridades una solución urgente. Un cierre que se anunciaba en una hoja tipo Din A4 en la que se indicaba que el Mercado estará cerrado hasta nuevo aviso. Una hoja sin sello oficial del Ayuntamiento, según comprobaron los clientes y los empresarios.

Una usuaria indicó: "Esto es una vergüenza para la ciudad, nunca creí que esto iba a pasar en Telde y muchos deberían tomar nota de los políticos que tenemos". Y es que, como apuntan los vendedores, la clientela también sale perjudicada con este problema. Hay que añadir a los negocios cercanos al recinto, como las cafeterías, que cuentan entre sus clientes a puesteros y compradores del Mercado.

Los concejales de Mercados y Vías y Obras, Marta Hernández y Eloy Santana, sobre las 10.30 horas mantuvieron una reunión con los representantes de los puesteros para abordar posibles soluciones, pero según Juan Fernando Pérez, presidente de la asociación de comerciantes del Mercado, "ha sido más de lo mismo oído ayer [el martes para el lector] y no compartimos su optimismo sobre los plazos del traslado al área polivalente, no creemos que sean reales".

El grupo de gobierno, en un comunicado, defiende su gestión y argumenta que intensificará los trabajos para acelerar el traslado de los puesteros al área polivalente de Narea y "pondrá todos los medios disponibles a disposición de los puesteros, buscando la normalización en el menor tiempo posible y la reducción del impacto negativo que el traslado vaya a tener en la actividad de estos profesionales, así como para la ciudadanía que realiza sus compras diarias en el mercado de abasto".

El gobierno local recuerda en su nota de prensa que trabaja desde mayo de 2017 en una reforma integral del Mercado, en la que se invertirán 1.208.000 euros, de los cuales "prácticamente la mitad irá destinada a la renovación de la instalación eléctrica y al sistema contraincendios", las deficiencias que obligaron a Industria al corte del suministro por su alta peligrosidad.

Además de resaltar los trabajos en Narea, el Ayuntamiento muestra su pesar por las molestias ocasionadas a puesteros y clientes.

Pedro Benítez, uno de los empresarios afectados y que cuenta con con dos puestos de venta de queso en el Mercado, se llevaba 600 kilos en un vehículo frigorífico a unas cámaras frigoríficas de su propiedad, "pero muchos de los quesos están partidos y no se podrán vender, a ver qué hago con ellos, me temo que se irán al carajo".

Mostraba su preocupación por sus dos empleados "porque tendré que hablar con un asesor para ver qué puedo hacer durante el tiempo que estemos sin abrir". Sobre el traslado a las casetas, explicaba: "Las casetas no reúnen las condiciones necesarias porque no son como los puestos, pero nos arreglaremos como podamos porque es una situación de emergencia".

No confiaba en que sean 15 los días en los que se produzca el traslado a Narea y recuerda que este es un problema que se viene arrastrando desde hace años, "pero nadie ha hecho nada y ahora estamos nosotros pagando el pato, con gente llorando ayer por no tener empleo, son gente humilde, trabajadora. Entre y verá todavía gente llorando porque esto se ha hecho mal".

Carmelo Galván, propietario de Frutería Carmelo Galván, también estaba retirando sus frutas con sus dos empleados. Las donará a la parroquia de San Juan para que no se pierdan. No las pueden conservar porque no cuentan con cámaras frigoríficas ni venderlas de forma ambulante porque los denunciaría la Policía Local. "Hemos recibido muchos wasap de clientes dándonos ánimos y aquí solo queda pensar y pensar hasta que nos traslademos a la caseta asignada en Narea, esto es como un desahucio", expone. Lleva en el edificio desde su inauguración hace más de 30 años y antes, en el antiguo.

Otro veterano empresario es José Cruz, quien confesaba: "Esto es un sinvivir, no sabemos qué va a pasar con las tres personas que trabajamos aquí". Cree que perderá la mitad de la mercancía, aunque venderá lo que se pueda y también regalarará y se muestra escéptico sobre el traslado. "Han hablado de que nos mudaremos en 15 días, pero este problema lleva desde 2016 y no lo han solucionado, no creo que lo solucionen ahora en dos semanas". Lamenta que se ha llegado a este extremo, sobre todo "porque hemos hecho una inversión en el puesto para poder trabajar y ahora resulta que, aunque paguemos por trabajar, no nos dejan y encima pagamos el pato. Pero habrá que apechugar y tranquilizarnos, viendo lo que hay".

En la parte alta del edificio, donde se encuentran los puestos de carne y pescado, también el panorama era de una zona desmantelada. Lourdes Ramírez esperaba en su puesto de charcutería al notario para que levantara acta. Calcula que puede perder por el corte de luz unos 25.000 euros y quiere tener el acta notarial para presentar luego la reclamación de indemnización ante las administraciones públicas responsables.